El Acuerdo de Valencia
gabrielaonsaloReseña9 de Abril de 2020
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EL ACUERDO DE VALENCIA
Venezuela, tierra de gracia y resistencia, bendecida con riquezas naturales, minerales, espirituales y ancestrales. Patria perpetua de encuentros para la paz, el amor, el desarrollo y la justicia, cuna de mujeres y hombres desprendidos de odios y miserias; prodiga para los visitantes, que comparte sus recursos en beneficio de los pueblos, sin distingo de raza, credo, condiciones sociales o económicas. Portadora de la flama de la libertad, la independencia y la autodeterminación de los pueblos (…); es también, pedestal de resistencia y luz: pensadores, filósofos, lideres, dirigentes, jefes de gobierno, presidentes y naciones se reconocen en su historia y se empinan en su gloria; asediada por la voracidad de los imperios y las aves de rapiña, en complicidad con la traición de algunos de sus hijos; enfrenta hoy una conjura, como la mayor amenaza de su historia Republicana; ya que no se trata sólo de los recursos naturales, minerales y energéticos, para saciar las fauces del moribundo capitalismo, pretenden borrar la memoria, la conciencia, el humanismo, la idiosincrasia y cultura de nuestros pueblos, apagar la flama y sepultar las banderas, disociar, manipular, engañar, traicionar, construir falsos positivos para justificar la invasión y la guerra en nombre de la Paz. Como práctica recurrente que, ha violado, destruido, asesinado, masacrado, saqueado, pueblos, culturas y gobiernos por no someterse o venderse a sus intereses, capaces inclusive de actos contra sus propios ciudadanos.
Estas circunstancias nos colocan en la vanguardia, como Organizaciones Populares, Movimientos Sociales y expresiones colectivas de diversos índoles, junto al Gobierno Bolivariano, las Fuerzas Armadas Bolivarianas, nuestro noble pueblo y el conjunto de Naciones que respaldan al legítimo Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, para Denunciar las pretensiones injerencistas, las violaciones a los Derechos Humanos y amenazas a nuestro estamento militar, por parte del imperio norteamericano y los gobiernos subordinados a sus intereses, en violación flagrante del Derecho Internacional, los tratados, acuerdos y convenios multilaterales, las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas y del propio Concejo de Seguridad de la ONU, acciones todas que nos impone una agenda de acciones, una ruta para la Resistencia, la PAZ y el Desarrollo.
Por lo tanto, nosotras y nosotros, todos integrantes de las diversas organizaciones sociales de base que suscribimos este acuerdo, en nuestra condición de herederos de las luchas por las reivindicaciones, la organización del trabajo con justicia social, el derecho a la salud, la educación, el deporte, la recreación, la participación protagónica del pueblo, la justa distribución de las riquezas en una Patria libre, independiente y soberana cuya autodeterminación fue conquistada con el sacrificio de nuestras mujeres y hombres en la gesta independentista, bajo el liderazgo del Libertador Simón Bolívar que, en su tiempo, recogió en el crisol de la patria las proezas de Miranda, la visión del maestro Simón Rodríguez, la rebelión de José Leonardo Chirinos, de Gual y España, entre muchas y muchos otros, como los de aquella Juventud Patriótica Caraqueña acompañada de los pardos, los indios, los negros, los llaneros, de nuestras hermanas y hermanos en toda la naciente república y más allá, llevando con Bolívar la libertad, a las hermanas repúblicas de la Patria Grande que, reencontrados en Chávez, retomamos las Banderas del ideal Bolivariano., materializado en los cinco objetivos históricos del Plan de la Patria, la conformación de un mundo pluripolar, la construcción de una región potencia, en armonía con la vida en el planeta, la paz y el desarrollo. Con el fin de confrontar las acciones guerreristas e injerencistas imperiales manifestadas contra nuestro pueblo, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el gobierno legítimamente constituido que, desde el ascenso al poder, del Líder de la Revolución Bolivariana Hugo Rafael Chávez Frías, los ataques y conspiraciones contra el gobierno, la revolución y la construcción del socialismo se incrementaron por parte del imperio norteamericano, la oligarquía nacional y la oposición política de extrema derecha, la cual perdió el favor de las mayorías por la dictadura de los partidos que la conforman, suscrita en el pacto de Nueva York, legitimada por Acción Democrática, URD y Copey en el pacto de Punto Fijo. Lo que desencadenó en la rebelión del 4 de Febrero de 1992, que dio paso a la elección del Comandante Chávez como Presidente Constitucional en 1998, que trajo como resultado: Leyes Habilitantes, Asamblea Nacional Constituyente, refundación de la República, surgimiento del Poder Popular, nacimiento del Alba, Acuerdos de Cooperación: Unasur, Petrocaribe, entre otros, alianzas de los venezolano patriotas; mientras que, los dirigentes de extrema derecha conspiraban y preparaban Intentos de golpes de Estado, paros, marchas, sabotaje, que culminó con el secuestro al Presidente Chávez e Intento de magnicidio, en abril de 2002; golpe de estado que fracasó, con la inmediata recuperación del poder y restitución del Presidente Chávez, por parte del pueblo.
Tales conjuras, se desataron nuevamente, a partir del fallecimiento del Comandante Chávez; sin embargo, el pueblo mantuvoel poder al elegir a Nicolás Maduro Moros, como el Primer Presidente Chavista. Esta derrota de la oligarquía venezolana, automáticamente redobló las acciones Imperiales para derrocar al Gobierno, a través de guarimbas, golpes parlamentarios a los gobiernos aliados, para debilitar la unidad y la cooperación suramericana, ataque a la OPEP, confiscaciones, bloqueo económico, robo de los depósitos en el extranjero, nuevas conspiraciones, cada vez más radicales y hasta cínicas, debido a la incapacidad, soberbia y mediocridad de la dirigencia opositora apátrida; lo que determinó la reacción del pueblo, en su gran mayoría, quien apoyó la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, para restablecer la paz. No obstante, las presiones continuaron e interrumpieron el dialogo convocado por el Presidente Nicolás Maduro, lo que aparejó un adelanto de las elecciones presidenciales, en las cuales este es reelecto, con el 68% de los votos. Elección en la que, nuevamente, la oposición desconoce la voluntad del pueblo; y, se reinicia la más miserable de las conspiraciones, poniendo a pueblo contra pueblo; con la connivencia de la oficina de colonias de los EE.UU, la OEA, a través de Almagro, Santos, Uribe, Macri, el defenestrado Kussincky, Bolsonaro, el traidor de la Revolución Ciudadana Lenin Moreno, convocan al Cartel de Lima para arremeter contra la soberanía y los derechos del pueblo venezolano a la salud, a la alimentación, a la paz, usando el hambre del pueblo para doblegarlo, para llevarlo a la guerra y justificar la invasión, generando el conflicto para disfrazar el saqueo, pero fracasan.
Por su parte, el imperialismo norteamericano, una vez que los conflictos con Corea del Norte y Siria, como puntos calientes del planeta, bajaron relativamente de tono en su confrontación, éste arremetió una embestida feroz contra Venezuela, con el objetivo central de derrocar al Gobierno Constitucional de Nicolás Maduro y reimponer la Cuarta República neoliberal de la derecha apátrida y apropiarse de los recursos naturales y energéticos del país… En este contexto geopolítico mundial, el máximo representante del régimen imperialista estadounidense, Donald Trump, en múltiples ocasiones ha amenazado, señalando que “todas las opciones están sobre la mesa, incluyendo la militar “. Sin embargo, en virtud de los últimos acontecimientos, es posible aseverar que, esas múltiples “opciones” han fracasado rotundamente; que sólo queda en la mesa la invasión militar de Venezuela, al estilo de República Dominicana (24 de abril de 1965), la invasión militar de Granada (25 de octubre de 1983) o de Panamá (20 de diciembre de 1989) que se hizo bajo el cobijo de lo que llamaron “la causa justa”.
Pero a pesar de toda esta brutal embestida. del régimen imperialista norteamericano, a través de un bombardeo sistemático, permanente y sin fronteras de fake news por los medios corporativos de comunicación y las redes sociales, no ha provocado otra cosa que radicalizar y concientizar más y más a las masas populares de Venezuela — incluso a muchos sectores de la oposición que están en contra de cualquier intervención — y fortalecer todavía más la Unidad Cívico-Militar del pueblo venezolano, el respaldo al Presidente Nicolás Maduro, a nuestros gobernadores, alcaldes, autoridades, lideres e instituciones; que es un hecho determinante que fortalece la unidad y la moral para enfrentar y vencer al imperialismo norteamericano y sus lacayos. En consecuencia, luego de analizar y deliberar sobre las acciones a seguir, a través de una hoja de ruta, que nos lleve a alcanzar la paz definitiva, el desarrollo, la cooperación, la productividad y la construcción de una región potencia en el nuevo orden multipolar, acordamos:
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