El Diseño Universal (DU)

El Diseño Universal (DU) nace en la década de 1970 en Estados Unidos. Muy por el contrario, a lo que puede creerse, el concepto no se origina dentro del ámbito educativo, sino que en el de la arquitectura. Fue Ron Mace, fundador del Centro para el Diseño Universal (CUD), quien propuso el concepto por primera vez, definiéndolo como: “el diseño de productos y entornos que cualquier persona pueda utilizar, en la mayor medida posible, sin necesidad de una adaptación posterior destinada a un público específico” (Pastor, Sánchez y Zubillaga, 2008-1011); y cuyo objetivo principal consistía en diseñar y construir edificios y espacios públicos que estuvieran centrados en atender la variedad de necesidades de acceso, comunicación y uso de todos los potenciales usuarios (Pastor, Sánchez y Zubillaga, 2008-1011).

Entonces, ¿por qué y para qué nace el DU? La conciencia social y la proliferación de leyes permitió que una persona en silla de ruedas pudiera acceder tranquilamente a un edificio, pues hasta antes del DU la mayor parte de los edificios resultaban inaccesibles para personas con algún tipo de discapacidad. Pero no solamente se vieron beneficiadas personas discapacitadas, sino que todos pudieron hacer uso práctico de sus adecuaciones, como es el caso de las rampas y los coches.

Las implicancias que trajo este hallazgo para con la diversidad, se pueden reflejar en tres implicancias:

1. Se entiende que la diversidad es inherente a cualquier grupo humano, permitiendo que los individuos de una comunidad puedan escoger la alternativa que les resulte más cómoda.
2. Las diversidades y necesidades de una persona no tienen por qué ser permanentes, sino que pueden variar o manifestarse en algunos casos específicos. Por ejemplo, una persona que no utiliza silla de ruedas de manera personal puede sufrir un accidente que lo obligue a utilizar muletas, haciendo uso de una rampa que antes no necesitaba.
3. Se desplaza el término ‘discapacidad’ al entorno en lugar de a la persona. Es decir, si una persona no puede acceder a un edificio de manera satisfactoria, no es porque ella sea discapacitada, sino que el edificio es el que lo está, naciendo los ‘entornos discapacitantes’.

Con estos antecedentes no es difícil vincular el DU al ámbito educativo. El Diseño Universal para el Aprendizaje es desarrollado por el Centro de Tecnología Especial Aplicada (CAST) y es definido como “un enfoque didáctico que pretende aplicar los principios del DU al diseño del currículo de los diferentes niveles educativos” (Pastor, Sánchez y Zubillaga, 2008-1011) y “[…] un enfoque basado en la investigación para el diseño del currículo ―es decir, objetivos educativos, métodos, materiales y evaluación― que permite a todas las personas desarrollar conocimientos, habilidades y motivación e implicación con el aprendizaje” (CAST en Pastor, Sánchez y Zubillaga, 2008-1011) .

El CAST nace en 1984, enfocándose en el desarrollo de tecnologías que apoyaran el proceso de aprendizaje de estudiantes con algún tipo de discapacidad para que así todos los alumnos pudiesen acceder al mismo currículo.

El DUA nace en manos de David H, Rose (neuropsicólogo del desarrollo) y de Anne Meyer (experta en educación, psicología clínica y diseño gráfico) junto a un equipo de investigación en la década de 1990; el que busca la aplicación del DUA en el aula diseñando un marco teórico que abarque los avances en neurociencia aplicada al aprendizaje, la investigación educativa, las tecnologías y los medios digitales.

Tal como ocurría en el DU en el ámbito arquitectónico, se descubrió que, en el aula, los alumnos que no poseían ningún tipo de discapacidad también se veían beneficiados con las nuevas tecnologías implementadas. Así entonces, un alumno que utiliza un audio libro porque tiene algún problema visual, también era utilizado por estudiantes que no leían con fluidez, aquellos que aprendían mejor mediante audios, etc.  Creando, principalmente, dos aportaciones:

1. La diversidad es un concepto que se aplica a todos los estudiantes, por lo tanto, se rompe la dicotomía entre alumno con discapacidades y sin discapacidad. Es necesario, entonces, ofrecer diferentes alternativas que permitan al alumno escoger cómo aprende mejor.
2. Al igual que en los edificios, en el aula el concepto de discapacidad se desplaza a los materiales, a los medios y al diseño curricular y no al individuo.

Es el currículo el que se transformaría en ‘discapacitante’ cuando no permite que todos los alumnos accedan sin dificultad a él.  

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