El alcoholismo en estudiantes secundarios: un problema social

EVIDENCIA DEL DESEMPEÑO  15

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ACTIVIDAD GRUPAL

A partir de sus propias correcciones y las del  docente, reescribe tu texto.

“AÑO DEL DE LA SOBERANÍA NACIONAL”[pic 3][pic 4]

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ

UNIDAD DE ESTUDIOS GENERALES

FACULTAD DE ENFERMERÍA

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El alcoholismo en estudiantes secundarios: un problema social

INTEGRANTES:

Aponte Mantari Milagros Soledad

Castillo Burga Xiomara del Carmen

Mayta Apari Ariana Cristel

Montalvo Rojas Kattya Soledad

Rojas Castillo Mia Antonella

Villodas Arias Paola Isabel

Huancayo - Perú

2022

INTRODUCCIÓN

Una de las peores plagas que ha azotado a la humanidad es el uso excesivo del alcohol. El alcoholismo es considerado una enfermedad crónica por la que una persona siente deseo de tomar bebidas alcohólicas y que lamentablemente no puede controlarlo. Sin embargo, lo más reprobable, es que el alcohol sea consumido por los jóvenes estudiantes de nivel secundario.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2007) ha informado que en el Perú se consume 9,9 litros de alcohol puro per cápita por año, en la población adulta (de 15 años o más), por lo que, coloca al Perú entre los países latinoamericanos de mayor consumo. Por ello, el alcoholismo es un factor de riesgo que ocasiona daños en la salud física y psicológica de los estudiantes de nivel secundario, además, es un problema social que atrasa el desarrollo progresivo del país.

DESARROLLO

Causas del alcoholismo:

Según Morales et al. (2015) los jóvenes estudiantes son muy vulnerables, ya que tienen el riesgo de consumir diversas sustancias; pues en esa etapa, existen desafíos personales como la búsqueda de identidad, la problemática familiar, estrés, rechazo a la autoridad, cambios asociados al desarrollo; y factores sociales, que influyen de forma directa en el consumo de alcohol por los adolescentes, como la búsqueda de compañía en fiestas o reuniones, donde la justificación del consumo es convivir con los amigos.

Entre las causas se encuentran los hogares disfuncionales, que es un factor de riesgo del desarrollo de estilos de vida no saludables y de comportamientos desadaptativos, como el consumo del alcohol y el desarrollo de problemas emocionales (Abu-Rayya & Yang, 2012, citado en Alonso-Castillo et al., 2017); problemas familiares, presión de amigos y curiosidad.

Cicua et al. (2008, citado en Rodríguez, 2014) menciona que la presión social o de amigos es un índice de riesgo moderado, puesto que, los adolescentes consumen alcohol con mayor frecuencia en la casa de un amigo, es decir, que las situaciones relacionadas con la ingesta que involucran a terceros fuera del hogar. Por último, la curiosidad, es un motivo para descubrir las sensaciones percibidas por el consumo de alcohol, se ha observado que consumir alcohol les produce placer y es agradable el sabor de la bebida, además de que buscan experimentar y saber lo que se siente probar algo nuevo.

Sin embargo, Ruiz y Medina-Mora (2014), en una investigación, afirma que aunque el 60% lo experimentan por curiosidad y el 30% para llamar la atención o formar parte de un grupo. En ocasiones, la mayoría de los adolescentes experimentadores consideran que antes de que un adolescente decida beber piense en las consecuencias, además, el 53% plantean juegos donde no se involucra bebidas alcohólicas y se respeta las reglas, finalmente, 47% mencionaron que la forma de evitar el consumo es en respetar la decisión de no beber y que siempre diga que no.

Consecuencias del alcoholismo:

El alcohol tiene efectos acumulativos a largo plazo debido a toxicidad bioquímica directa sobre órganos y sistemas, por ejemplo, efectos anticoagulantes, toxicidad hepática, pancreática, mucosas del tubo digestivo, sobre el feto, etcétera, o conduce a la dependencia, en función del volumen consumido.

Childcare health program (2019, citado en Ruiz., 2019) establece que el alcoholismo en jóvenes evidencia un alto índice de agresividad, resaltando que los estudiantes agresivos tienen ciertas dificultades en su desarrollo y problemas para interactuar con sus padres, a consecuencia tenían altas probabilidades de ser rechazados en los juegos y actividades.

De acuerdo con un estudio de la Corporación Nuevos Rumbos que analiza el consumo de alcohol en menores de 18 años en Colombia, los niños que empiezan a tomar licor antes de los 14 años de edad tienen hasta 10 veces mayor probabilidad de desarrollar consumos problemáticos y dependencia o adicciones al llegar a la adultez, así como mayor posibilidad de consumir otras sustancias psicoactivas (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar [ICBF], 2020, párr. 6).

Las consecuencias económicas del consumo excesivo de alcohol son muy difíciles de determinar, ya que es causa de multitud de enfermedades o agravamiento de las mismas, motivo de accidentes, genera violencia, provoca rupturas de parejas, e incluso la muerte.

Estadísticas:

El Ministerio de Salud MINSA (2017, citado en Ruiz., 2019), menciona que el 91,5% de las personas de 15 y más años de edad declararon que han consumido bebida alcohólica, alguna vez en su vida. Siendo mayor este porcentaje en hombres con 94,8% y en mujeres, 88,3% el mayor porcentaje de personas que tomaron algún tipo de licor, se encontró en Lima Metropolitana, donde un 95,8% tomó alguna bebida alcohólica alguna vez en su vida. Seguidamente en la Costa (Lima Metropolitana) con el 94,4%. Los menores porcentajes se hallaron en la Sierra con 86,5% y la Selva con 90,5%.

Implicancias en la sociedad:

Sarasa-Renedo et al. (2014) menciona que el consumo de alcohol se relaciona con problemas familiares (malas relaciones de pareja, violencia doméstica,maltrato infantil, negligencia de cuidados), escolares, laborales (absentismo laboral, baja productividad), económicos y comunitarios (ruidos, molestias, robos, conductas sexuales violentas y no protegidas, peleas, etcétera.), que afectan tanto al consumidor como a la sociedad (p. 479).

Incluso, algunas veces estos jovenes alcoholicos se dedican a la prostitución o delincuencia y cuando lleguen a ser padres, no velan por la educación del hijo, ocasionando esto la existencia de un mayor porcentaje de analfabetismo y pobreza en el Perú. Además, el alcohol fomenta las relaciones sexuales sin protección, lo que acarrea el contagio de enfermedades de transmisión sexual y otros riesgos como el embarazo precoz, lo que conllevaria a muchos adolescentes el deseo de abortar.

Por otro lado, en “Perú, el abuso y la dependencia al alcohol figuran como la tercera causa más importante de pérdidas económicas por muerte prematura o discapacidad, superados solo por la neumonía y los accidentes de tránsito” (Fiestas, 2012, p.112). Por ello, el alcoholismo en el Perú es un gran desafío en el ámbito económico, ya que al realizar investigaciones demanda grandes gastos, y para ello se necesitan grandes recursos financieros.

Por otra parte, Fiestas (2012) menciona que existen medidas de salud que evidencian la reducción de los daños en la sociedad producidos por el alcohol como por ejemplo la reducción de los días de venta de bebidas alcohólicas, sin embargo, para ello se requiere una gran inversión por parte del país que lo aplique; o la reducción de puntos de venta, la incrementación de impuestos, siendo esta disposición la que más afecta a la economía de la sociedad, ocasionando un desequilibrio.

Prevención:

Entre las disposiciones para la prevención, se debe tener en cuenta: fijar una edad para comprar y consumir alcohol y regular la forma en que se promocionan las bebidas alcohólicas, fomentar la relación y el diálogo entre padres y adolescentes. La influencia del entorno familiar es crucial para que el joven siga unos hábitos saludables y evite el consumo de alcohol (Pons y Buelga, 2011, p.12).

Incluso, Rodríguez et al. (2014) consideran que la educación es un factor muy importante para prevenir el alcoholismo; los padres, el colegio hasta un psicólogo, pueden orientar a los jóvenes para mejorar las relaciones entre la familia y amigos, difundir los conocimientos de los efectos perniciosos del alcohol y el autoanálisis sobre la conducta bebedora, además, de ayudar en la adquisición de una autonomía emocional que fortalecerá la capacidad para enfrentar a situaciones que puedan atentar contra su salud, sin necesidad de la ayuda de programas especializados en un futuro.

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