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El caso Centro Comercial


Enviado por   •  22 de Febrero de 2016  •  Apuntes  •  7.532 Palabras (31 Páginas)  •  354 Visitas

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  • El caso Centro Comercial

Recuadro 3.2   Testimonio de la víctima La señora agredida en el Centro Comercial, es indígena k’iche’, actualmente tiene 46 años. Se unió con su esposo que era originario de Sibilia, quien la llevó a vivir a Quetzaltenango. Tuvo tres hijos, de los cuales la última tiene 15 años. Su esposo falleció hace cinco años y desde entonces es vendedora informal La víctima narra: “Desde la muerte de mi esposo he sufrido mucho,  porque el dinero que él dejó de herencia para mi hija menor se lo apoderó uno de los hijos mayores que él tuvo con su primera esposa en Sibilia…  nunca  me entregó ni un centavo”. “Gracias a Dios aprendí a cocinar con mi cuñada, la esposa de mi hermano, porque desde que él (su esposo) no está, hago comida para la venta”  “Antes él me daba para el gasto, Q 1,000.00 a la quincena aparte los gastos de la niña y los de la casa.” “Me levanto a las cuatro de la mañana, empiezo a cocinar el pollo, la verdura para enchiladas, salsa para tostada y el arroz en leche o atol de plátano o atol de cereal. A las ocho de la mañana preparo la venta, enchiladas y 20 panes y tostadas y a las nueve ya salgo de la casa”. “Llego a las 10 de la mañana a ofrecer refacciones al Centro Comercial. A veces se vende todo pero a veces no.  Si sobra venta voy por la tarde a otro centro comercial”. Casi siempre termino a la una o dos de la tarde. Yo nací en Escuintla, pero mi mamá y mi papá son de Rabinal, siempre hemos usado el corte de allá y el güipil (el traje indígena de Rabinal).  Me tuve que quitar el corte desde enero, …yo pensé que la señora ya no me iba a molestar si me ve (sic) sin corte.  Pero no fue así cuando me vio, me dijo: “la mona aunque se vista de seda mona se queda”. Todos los insultos me han dolido mucho. Mi hija esta muy afectada, no quiere que me sigan maltratando, me dijo que no haga nada más para que no me sigan molestando, porque yo llegaba llorando a la casa… Ha sido muy difícil no me hallo sin el corte no me gusta el vestido (es difícil no usar su traje tradicional y adaptarse a la ropa occidental). Ahora estoy muy afectada económicamente porque mi trabajo es la venta de comida en ese lugar…  me costó mucho hacer clientela, casi un año. Con lo que saco (gano) de la venta diaria mantengo a mi hija de 15 años.. Ella todavía estudia, aunque ahorita no está estudiando…este año no pude pagar el colegio porque desde enero no me dejan trabajar en el Centro Comercial. El pago del colegio es de Q 300.00 al mes, además le daba Q 10.00 diarios para pagar camioneta (transporte) y sus gastos. Yo también gasto diario en camioneta. Al día vendía 20 empanadas, 50 tostadas o enchiladas, 20 panes con pollo y vasos de atol o de cereal. Después de la venta voy al mercado a comprar para el otro día, porque mi comida es buena, es fresca, no es sucia como dice la señora que me hizo de menos. En total sacaba Q 150.00 diarios, aparte lo que me pagaban por quincena.

Producto Precio unitario Empanada 5.00 Enchilada 5.00 Pan con Pollo 10.00 Vaso de atol de cereal, de plátano o arroz en leche 2.00

Después que murió mi esposo, empecé mi venta con Q 500.00. Cuando vendía afuera del Centro Comercial obtenía diariamente Q400.00 pero con eso volvía a comprar los productos para la venta del día siguiente. Me quedaba para la camioneta (transporte), los gastos de la casa y el estudio de mi hija. Siempre he dejado para el pago de la quincena (dar crédito), pero debido a que no pude entrar al Centro Comercial a cobrar lo que varias personas me debían, perdí más de Q400.00 (Equivalentes a US$50 aproximadamente). Para continuar mi venta presté a una señora pero ahora apenas saco Q 300.00 y eso no me alcanza para los gastos, casi solo me queda Q 50.00 diarios

Desde 2007 la víctima vende refacciones a los empleados de los locales del Centro Comercial, ubicado en la ciudad de Quetzaltenango. El antiguo administrador de dicho centro le autorizó realizar su actividad. Ella nunca ubicó su puesto de venta adentro del edificio del citado lugar. Siempre llevó la comida en una canasta y pasaba entregando la refacción a cada persona que le solicitaba comida. Desde el mes de enero de 2009, después que el administrador del Centro Comercial fue destituido y fue nombrada otra persona como administrador, la señora empezó a ser víctima de diversos hechos de discriminación.  En noviembre 2009 fue retirada del edificio comercial por el nuevo administrador y una señora, miembro de la junta directiva del Centro Comercial.  Esta última le indicó “no puede vender aquí porque es india y la gente india es gente sucia y cocha, patarrajada, que no usan calzón”. La víctima ubicó su venta afuera del Centro Comercial y dejó de usar traje indígena para evitar seguir siendo  insultada. En octubre 2009, un mes antes de ser retirada, la víctima  presentó denuncia en la Auxiliatura Departamental del Procurador de los Derechos Humanos –PDH- según consta en acta.   El día 4 de noviembre personal de la PDH realizó investigación en el  Centro Comercial y para el efecto habló con el señor administrador. Este último indicó que habían solicitado a la víctima que no vendiera comida en las instalaciones del Centro Comercial porque es prohibido, pero que podía hacerlo en la calle, siempre que los compradores salieran y que ella no entrara a vender. La oficial de la PDH solicitó al presunto agresor que permitiera a la víctima entrar a cobrar lo que los compradores le debían.  Él indicó “estar muy de acuerdo siempre y cuando ella no repita sus acciones de querer seguir vendiendo dentro del centro comercial”. En el mes de noviembre 2009,  según consta en la denuncia penal por actos de discriminación presentada ante el Ministerio Público (Exp. No. MP113/2010/1790) en contra de los presuntos agresores, el nuevo administrador le indicó “que por órdenes de la señora integrante de la Junta Directiva del Centro Comercial, tenía prohibido continuar  llevando las refacciones a ese lugar”. Posteriormente, la presunta agresora profirió insultos en su contra, que denotan claramente estereotipos y prejuicio hacia las personas indígenas.  La víctima les indicó que los denunciaría a lo cual la señora de la junta directiva, respondió con la siguiente amenaza “vaya a donde quiera, puedo ponerle hasta seis abogados, con el dinero baila uno, yo no le tengo miedo a la justicia” (Exp. No. MP113/2010/1790).  En enero 2010, los presuntos agresores y dos policías privados, hablaron con la víctima y le indicaron “tiene prohibida la entrada al centro comercial, adentro hay una venta de comida más higiénica, la dueña se encargará de darle la comida a todos los del centro comercial, ella no es de aquí”  (Exp. No. MP113/2010/1790).  Nótese que lo expresado implica tácitamente que la comida de la víctima  no es higiénica lo cual está relacionado con que anteriormente le había dicho que “las indias son sucias”. La víctima dejó de usar traje indígena considerando que así evitaría seguir siendo  insultada, ubicó su venta junto a otros vendedores informales de sexo masculino en un espacio afuera del Centro Comercial y continuó vendiendo refacciones desde afuera.   La señora fue víctima de burlas racistas por parte de la señora miembro de la junta directiva, frente a varias personas le dijo: “la mona que se viste de seda mona se queda, sos una cholera regalada” y todos rieron (Exp. No. MP 113/ 2010 /1790). El 2 de febrero  de 2010, aproximadamente a las cinco de la tarde la víctima, ingresó al Centro Comercial para realizar una compra, posteriormente se dirigió a cobrar a las personas a quienes les vendía al crédito, lo cual fue impedido por dos policías de seguridad privada: uno de ellos le dijo “párese señora, hágame favor, la entrada acá al centro comercial usted ya lo sabe, está prohibida por parte del administrador”. La víctima intentó explicar que entró a comprar y mostró la factura de su compra, sin embargo uno de los policías tomó bruscamente la bolsa de la compra, la rompió y la registró, mientras el otro revisó la factura para constatar la compra.  En enero 2010 la víctima  volvió a presentar denuncia en la PDH y por última vez el día 4 de febrero 2010. En el acta respectiva se consignó que la víctima  presentó denuncia porque “fue vedada en su derecho de libre locomoción en un lugar comercial público como el Centro Comercial”. El acta de la denuncia presentada a PDH por la víctima en febrero consigna “SEGUNDO: Por lo mencionado anteriormente la señora solicita se le brinde una ayuda pues no comentó ningún delito y con esto se le estaba vedando el derecho de libre locomoción, poniendo a mi vista la factura de la salchichonería RAGUSA en donde consta que ella había ido a comprar chorizos, a  la hora y fecha indicadas.”  La PDH no trasladó la denuncia al Ministerio Público. La Fiscalía Distrital de Quetzaltenango tomó declaración de tres testigos, una de ellas quien trabajaba igual que la víctima vendiendo comida, afirmó que la presunta agresora desde octubre insultaba a  la agredida.  Los otros dos testigos, ambos agentes de la Policía Nacional Civil, afirmaron que la víctima vendía refacciones desde hace mucho tiempo, que tenía ubicada su venta en un sector de la 18 avenida y de la zona 3 de Quetzaltenango, al lado de la entrada del Centro Comercial.  El MP solicitó que se citara a los presuntos agresores para llegar a un arreglo. (Exp. MP 113 / 2010/1790).

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