El papel de la psicología al legalizar la marihuana

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Índice

Introducción        3

Capítulo 1. Historia del uso de la marihuana        6

Capítulo 2. Efectos del uso de la marihuana        9

2.1 Efectos físicos        9

2.2 Efectos Psicológicos.        10

Capítulo 3. Tipos de consumo y riesgos        13

3.1 Uso        13

3.2 Abuso        13

3.3 Riesgos en el uso y el abuso        14

Capítulo 4. El potencial de la marihuana  en la salud.        16

4.1 Potencial en la salud mental.        16

4.2 Potencial en la salud física        16

4. 3 Potencial recreativo        19

Capítulo 5. El papel de la psicología frente a la legalización de marihuana        20

5. 1 Prevención        20

5.2 Intervención        27

5.3 El abordaje familiar        30

Conclusión        31

Bibliografía        32

Introducción

La legalización de la sustancia cannabis, mejor conocida como marihuana, es sin duda uno de los temas más polémicos en la actualidad. Esta planta se ha ingerido desde tiempos muy remotos y es parte importante de la historia del ser humano, como refiere el primer farmacólogo que estudió los alcaloides del peyote  Ludwing Lewin (1924, en Molina 2008): “Con la sola excepción de los alimentos, no existen en la tierra, sustancias que estén tan íntimamente asociadas a la vida de los pueblos en todos los países y en todos los tiempos, como las drogas”(p.95).

La polémica en el uso de esta sustancia se presenta a partir de dos variables: la médica y la social. En la primera variable se intenta comprobar que puede ayudar enormemente en enfermedades tan devastadoras como el cáncer y la esclerosis, siendo solicitada por enfermos y familiares. En la segunda variable,  se le considera para el uso recreativo y, algunas veces existe una inmensa cantidad de información errónea  acerca de la marihuana y sus efectos (García, 2012).

Respecto a la marihuana la realidad en nuestro país es que legalmente no se puede comprar, pero sí que se puede consumir dado que está despenalizado su consumo particular. Es una incongruencia legal que permite usar la sustancia sin riesgo de ser penalizado, pero sin tener opción a comprarla de una forma regulada (García, 2012).

En otros países, como en Holanda, la marihuana es legal. Se vende  en coffee shops, ahí se puede fumar y comer en postres. El cliente puede escoger entre decenas de variedades. La venta está prohibida a menores de 18 años y no se puede comprar más de cinco gramos, la tienda no puede tener depósitos de más de 500 gramos. Por eso mismo ha aumentado el número de los turistas de toda Europa que visitan Holanda sólo para fumar, por esto se prohibió la venta a extranjeros, a excepción de Ámsterdam (Revista Semana, 2014).

En Estados Unidos, en 23 estados se permite el uso medicinal de la marihuana, en Colorado desde el 2012 el negocio se volvió completamente legal. Los mayores de 21 años pueden plantar hasta seis plantas de marihuana y  tener hasta una onza (28 gramos). El Estado también entrega licencias para cultivar, producir y vender legalmente. Los turistas pueden comprar marihuana, pero no la pueden sacar de Colorado. En Washington también es necesario ser mayor de 21 años para comprar marihuana. Se puede comprar hasta una onza de marihuana seca, hasta 7 gramos de marihuana concentrada (hachís) y hasta 16 onzas en infusiones. Los impuestos alcanzan el 25 % del valor para los mayoristas y la misma cantidad para los minoristas(Revista Semana, 2014).

En Uruguay también es completamente legal aunque con algunas restricciones. El presidente José Mujica aprobó esta ley, siendo este el primer país del mundo en legalizar toda la cadena de fabricación, venta y consumo de cannabis (De Los Reyes, 2013).

Portugal además de legalizar la marihuana, legalizó  y permite la posesión de otras drogas duras, ya que permite tener hasta 25 gramos de cannabis, 5 gramos de hachís, 2 gramos de cocaína, 1 gramo de heroína, 10 gramos de opio, entre otros.

En países como Chile, Perú, Corea del norte, Canadá y Egipto  también es legal su consumo (De Los Reyes, 2013).

Regresando a México, la marihuana es de las drogas más utilizadas en  por la sociedad juvenil y adulta, como indica la ENA (Encuesta Nacional de Adicciones) en México (2008), como en el resto del mundo, el consumo de drogas muestra periodos de aumento y periodos de decremento. Hacia el año de 2008 se encontraron crecimientos significativos en el consumo en comparación con lo que ocurría 6 años antes; en los tres años siguientes el consumo se ha estabilizado y no hay cambios significativos en los índices de consumo en el último año, en la población total estudiada. Cuando los datos se analizan por sexo, se encontró un incremento en el consumo de marihuana en los hombres. Al analizar los datos por regiones, este aumento se manifiesta en la Región Occidental. La prevalencia más elevada se observa en el Noroccidente con 2.8%(Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa) y la prevalencia más baja en la región Sur con el 0.6% (Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Chiapas y Tabasco). El consumo en adolescentes no se modificó, pero en las mujeres, consistentemente con lo observado en 2008, el consumo de marihuana y de cocaína es mayor para las mujeres adultas, lo que refleja su incorporación más reciente en el mercado de consumo.

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