El político y el científico Max Weber

El político y el científico

Max Weber

Surgió en un ambiente turbulento tanto política como socialmente en Alemania. Max Weber entiende por política a la aspiración por participar en el poder dentro del Estado. Tenía conocimiento de los sistemas políticos que había en Inglaterra, Francia, y Estados Unidos. Mientras que en su país de origen tras su derrota en la Primera Guerra Mundial que arrastró al emperador Guillermo II y a su régimen monárquico que imperaba, provocando una revolución que un nuevo orden político para el país.

Weber procuraba hallar el nuevo sistema necesario para su país, abogando por la implementación de un sistema parlamentario, electoral y constitucional. Criticó al régimen monárquico, pues consideraba que el poder del Estado estaba en manos de la burocracia. Su propuesta parlamentaria se excusaba en que “una clase política con valores propios de la profesión política (sentido de responsabilidad y toma de decisiones” y desplace a quienes no están capacitados para esa función (el funcionario, dotado de una ética de obediencia y, en este sentido, irresponsable)”. Dado lo presentado, Weber comprendía por política como algo importante en un Estado, y que está se debe desarrollar profesionalmente.

El político es un individuo que hace política para acceder y mantenerse en el poder, y usando esto mismo para conseguir otros fines, que pueden ser personales o favores. El político necesita ejercer la fuerza, y es algo que lo encamina a la violencia, que le dará autoridad para que los dominados estén controlados y siempre obedezcan. Se legitima tal violencia para que sea vista con normalidad o natural.

Existen tres tipos de legitimidad mediante los cuales las personas se logra que la colectividad sea obediente: la tradicional, que se basa en las costumbres inveteradas que no son cuestionadas por el dominado; la legal, que se basa en la creencia de la validez y el deber de obedecer las leyes; y por último, la legitimidad carismática que se deriva en un atributo particular que ven los dominados en el político.

La legitimidad carismática es la que más le resulta interesante al político, puesto que se considera indispensable en la vocación y es más difícil que exista una rebelión o desobediencia. Se debe hacer una profesión, se puede vivir para la política, cuando el sujeto orienta su vida a ella y no necesita ingresos que le pueda brindar la misma; y existe la vivencia de la política, cuando se requiere y se utiliza a la política como una fuente duradera de ingresos.

Según Weber, un político también existen las cualidades que debe tener un político por vocación: pasión, que se trata de pasión intensa ante cualquier causa dada. Sentido de responsabilidad, que lo hace consciente de cualquier consecuencia de sus acciones; y por último la mesura o capacidad de resistencia para ser paciente y tranquilo, ante cualquier situación crítica.

Lo actos imperdonables en la política son: la falta de objetivos y de responsabilidad.  Weber le da demasiada importancia a la responsabilidad, debido a que es algo indispensable para una plena consciencia del ejercicio. Además de que en su época, los políticos carecían de ella, por ejemplo; en Alemania, el emperador nombraba al canciller, y ya no tenía responsabilidad ante el Reichstag, sino ante el emperador, así mismo, el canciller se rodeaba de ministros que tampoco eran responsables, puesto  que solo seguían órdenes. La voluntad popular era invisible.

Esto derivo más, el deseo de Weber por tener un líder carismático que fuera legitimado por el pueblo y con apego a su responsabilidad como líder. Ya no era correcto o adecuado tener altas esferas de gobierno que solo sirvieran para seguir órdenes, sino que era necesario contar con un líder innato que fuese capaz de tomar verdaderas decisiones por su cuenta y que además se hiciera responsable de consecuencias. También realizó la distinción entre funcionario y político, el primero es quién no actúa con responsabilidad y tiene la libertad de poder echar culpa por sus actos, y el segundo es la persona que actúa con una ética responsable, en donde analiza las consecuencias de cada uno de sus actos, con la ética de la convicción.

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