Escasez de efectivo: Una odisea para el venezolano

Se dice que el dinero es el común denominador de la vida moderna, es una fuerza invisible que permite intercambiar los bienes y servicios de la comunidad en una forma ágil y precisa. El Dinero es el medio que permite en todo tipo de sociedad, la aceptación para realizar transacciones en una sociedad avanzada y facilita el comercio entre las personas para adquirir bienes y servicios; muchos de estos, los obtenemos por medio del dinero en efectivo, cuya escasez es un problema. Actualmente a los problemas que enfrentan a diario los venezolanos para conseguir alimentos, medicinas y otros bienes básicos, se suma otro: la escasez de dinero efectivo. Es notable que la crisis de efectivo que padecemos los venezolanos desde hace varios meses sigue empeorando constantemente con el transcurrir del tiempo; es un hecho que todo venezolano presencia y vive en su cotidianidad; una realidad de causa y efecto de la cual ninguno se escapa y afronta con distintas medidas y a la manera “más favorable”. La situación antes mencionada, inédita en Venezuela, supone una vuelta tuerca en la odisea que resulta pagar con efectivo en medio de una inflación enloquecida. Actualmente, las instituciones financieras no reciben suficientes remesas del Banco Central de Venezuela y los usuarios se ven en la necesidad de pasar varias horas en colas en las agencias y cajeros automáticos. Normalmente, solo consiguen sacar entre 10.000 a 30.000 bolívares, una cifra insuficiente para afrontar los gastos necesarios que conlleva el día a día. Cabe resaltar que, la variación depende de la institución financiera en la que se tenga el dinero y del día en que se decida retirar el mismo. La falta de bolívares ha forzado a muchos a hacer largas filas afuera de los bancos varias veces a la semana para tratar de hacer la mayor cantidad de efectivo posible. Otros optan por el trueque de alimentos o servicios, o realizan transferencias bancarias al comprar pan y cualquier otro producto como una taza de café, para evitar usar los billetes. Sin embargo, el problema se ha venido presentando no sólo porque hay escasez de liquidez y por el ingreso al país de las nuevas denominaciones del cono monetario, sino por otras circunstancias que se han dado, tales como la falta de repuestos para los camiones blindados de las empresas transportadoras de valores, la política aplicada en la entrega de remesas a los bancos del Estado venezolano que no es igual a los bancos privados y, por supuesto, a los nuevos programas sociales creados por el Ejecutivo Nacional para jóvenes, madres de familia, personas de la tercera edad, entre otros. A raíz de esta escasez de efectivo, en Venezuela se ha generado una mafia para lograr obtenerlo. En distintos establecimientos puede verse cómo algunos comerciantes cobran entre un 15% y 30% del monto solicitado para realizar un avance, mediante el uso de sus puntos de venta. Por consiguiente, este tipo de transacciones ha sido alentado por el Gobierno, quienes por medio de la Superintendencia de Bancos (Sudeban) ordenaron la suspensión de los avances de dinero en efectivo a todos los comercios para así combatir “la escasez de efectivo, que se ha agudizado en los últimos meses por varios factores, entre los que destaca el contrabando hacia Colombia y la masificación de avances ilícitos de efectivo”. En otras palabras, la escasez de dinero en efectivo en el mercado se ha venido agudizando, convirtiéndose en un verdadero problema para los usuarios en toda Venezuela quienes se ven imposibilitados de poder adquirir bienes o pagar servicios. La crisis económica, política y social en Venezuela abarca cada aspecto de la vida cotidiana de los ciudadanos. La búsqueda diaria de efectivo puede resultar una aventura con un final incierto para los mismos. La principal consecuencia de la falta de efectivo es la “ralentización” de las operaciones financieras de los venezolanos, lo que va desde algo tan simple como no tener dinero para pagar un pasaje de transporte público. Es tan lamentable la falta del efectivo; que los venezolanos estamos desesperados ante tal situación, es lo que se ve a diario, el lamento por no tener el suficiente dinero para pagar los alimentos a mejor precio, para el pasaje estudiantil y del público en general. Son muchas las necesidades que pasamos por no contar con este recurso que se hace cada vez más difícil de adquirir. Todos debemos tomar conciencia de que el dinero es un medio de intercambio y no es una mercancía, ya que eso ha contribuido al aumento de la inflación y a la pérdida de valor adquisitivo de las personas. Lo que no deberíamos aceptar en ninguna circunstancia es que producto de políticas monetarias erradas y contradictorias, el venezolano de a pie deba pagar las consecuencias y tener que aceptar, en contra de su voluntad, una suerte de corralito financiero o estricto racionamiento a la hora de retirar su propio dinero en momentos en que la liquidez monetaria es la más elevada de nuestra historia.

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