Escuela Mercantilista y sus aportes al comercio internacional

Se conoce como mercantilismo a un conjunto de ideas que se debate entre el conservadurismo y el liberalismo, mismo conjunto de ideas que permitió que se produjeran cambios en el sistema de poder y riqueza desde principios del siglo diecisiete hasta finales del siglo dieciocho. Además, se conoce que los autores del pensamiento mercantilista conformaban un grupo dispar y con falta de cohesión en sus ideas, debido a que la comunicación entre pensadores mercantilistas era pobre o inexistente, además carecían de mecanismos analíticos que pudieran transmitir a futuras generaciones; Sin embargo, pese a las diversas diferencias dentro de esta corriente de pensamiento la finalidad principal de las ideas propuestas por el mercantilismo, se seguían enfocando en la obtención y acumulación de ganancias que en la época consistía en metales preciosos.

Si bien es cierto la corriente de pensamiento mercantilista realizó aportaciones que permitieron el desarrollo de la economía política, debido a la falta de cohesión de sus ideas y la falta de registros, muchas de estas aportaciones se han perdido, dejando como las más relevantes a las resumidas en el manifiesto mercantilista escrito por el abogado austriaco Philipp Wilhelm; las mismas consistían en nueve reglas que debía seguir una nación; la primera de estas reglas sugería en que la integridad del suelo de una nación debía destinarse a la agricultura, minería o manufactura; en la segunda regla se sugería el uso de la materia prima en la manufactura nacional, pues se reconocía que los productos finales tenían un valor agregado; esto repercutiría en que los países mercantilistas dejaran de comerciar materias primas en el contexto internacional; el tercer postulado mercantilista hacía énfasis en la importancia de una población grande y trabajadora; la cuarta regla prohibía las exportaciones de metales preciosos, y que el dinero nacional se mantenga en circulación; esto se debía a que la riqueza para los mercantilistas consistía en la acumulación de metales preciosos, y el exportarlos era una pérdida de riquezas; la quinta, sexta y séptima regla estaban íntimamente relacionadas, pues se sugería la obstaculización de las importaciones de bienes extranjeros, a menos que sean materia prima y que estas importaciones se realicen con un pago de bienes manufacturados y no de metales preciosos, pues era la única forma de conservar la riqueza de un país y de mantener en movimiento su comercio a nivel nacional; la octava regla consistía en que se exporten los excedentes de manufactura a cambio de metales preciosos de otras naciones, y finalmente la novena regla exigía la prohibición de importación de bienes producidos y suficientemente abastecidos en la nación; si bien es cierto bajo estas reglas se buscaba un proteccionismo en cuanto al comercio internacional, en el comercio interno se profesaba el “Laissez faire” y gracias a los aportes de Sir.

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