Estrategias Orientadoras Para El Desarrollo De Las Potencialidades Humanas.
dianaylonen6 de Mayo de 2014
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UNIDAD II. Estrategias Orientadoras para el desarrollo de las
potencialidades humanas.
II.7 Autoconocimiento
“Cuando aprendemos a conocernos, en verdad vivimos” R.Schuller.
Cuando alguna persona decide comenzar seriamente un camino de
perfeccionamiento de sí mismo
.
“El conocimiento acerca de nosotros mismos, es una
actividad muy beneficiosa e interesante. El saber qué es lo que nos
hace actuar de cierta manera, por qué nos enojamos o nos ponemos
nerviosos, por qué nos deprimimos o nos angustiamos, es una
información muy útil de poseer. Si queremos eliminar la negatividad
de nuestro interior, primero tenemos que ver exactamente qué es
eso que queremos eliminar.. Este es el primer paso hacia el
conocimiento de uno mismo.
Naranjo Claudio, (2002), Autoconocimiento Transformador ,España, Ed. Llav, p 13-15
El hecho
de racionalizar y ejercitar nuestro potencial mental representa la posibilidad de
lograr soluciones existenciales más satisfactorias y asertivas.
Algunas de las capacidades más comunes:
☯ Inteligencia racional: es la madurez del sentido común y del
pensamiento.
☯ Inteligencia emocional: es la madurez para canalizar los sentimientos y
las emociones
☯ Sensibilidad: percepción y reacción creativa.
☯ Intuición: cálculo y deducción lógica y espontánea.
☯ Templanza: fuerza y control sobre las emociones.
☯ Memoria: retención de información.
☯ Sensitividad: percepción extrasensorial.
☯ Sentidos sensoriales: gusto, olfato. Vista, tacto y oído.
☯ Afectividad: capacidad de amar.
☯ Creatividad: capacidad de abstraer e innovar ideas.
Analiza cuáles capacidades se han desarrollado de manera natural y en cuáles
necesitas trabajar.
II.8 EL YO BIOPSICOSOCIAL.
El yo biopsicosocial.
El ser biopsicosocial es el yo integral, o sea la reunión de todas sus partes (la
que se es y se tiene) que cargadas de energía salen o se manifiestan en las
actuaciones.
El yo Físico, que es el que más claramente se ve, es el organismo; necesita
atención y cuidado para poder desarrollar sus capacidades y convertirlas en
habilidades, (alimentación, ejercicio).
El yo Psíquico, que es la parte interna, se divide en tres: lo emotivo, la mente
y el espíritu.
La parte emotiva es la que lleva al hombre a conocerse; es a través de estados
de ánimo, sentimientos y emociones, como se da cuenta que existe, y como
decía un maestro "no es lo mismo tener un sentimiento en las manos que estar
en las manos de un sentimiento"
La mente tiene todos los talentos; es necesario desarrollarlos y, más aún, estar
conciente de ellos para poder manejarlos positivamente. Debe recordase esto a
las personas que dicen con frecuencia: "así soy yo"; "me enojo cuando las
cosas no salen como yo quiero". Esas personas están funcionando sólo la
parte emotiva; no usan sus talentos de la mente y menos utilizan las
10Rodríguez, M. (1997), Autoestima clave del éxito personal. México, Manual Moderno, pp. 11-13
capacidades del espíritu; viven reaccionando a las grabaciones que tienen
automáticamente, sin ver que cada situación que se presenta en la vida tiene
diversa soluciones y no ven más opciones; esta lleva a sentirse mal, frustradas;
podría decirse que escogen el camino erróneo.
El espíritu es el elemento que busca el significado de la vida, es el "YO
profundo", el núcleo de identidad, la parte más interna y dinámica. Se
manifiesta a través de lo que se quiere lograr y como quiere lograrse
El yo social: puede expresarse a través de los papeles que vive el individuo
como hermano, amigo, padre, madre, vecino, alumno, maestro, etc. Al
relacionarse el hombre trasciende a través del yo social, pero no de la que él
cree, sino de lo que en realidad es.
II.9 Cualidades y defectos.
Es muy importante que asumas que eres una persona valiosa, capaz de
resolver cualquiera de tus problemas y tener éxito, educando tus cualidades.
Aceptarte es asumir el deber de trabajar contigo mismo/a, para desarrollar tus
posibilidades. Podrás ir a tu aire, marchando con seguridad, si aceptas cuanto
eres y tienes, incluidos tus defectos.
Todos los defectos son relativos, según la cultura y el momento histórico que
consideremos. De manera que las valoraciones vergonzantes de los defectos
han de ser matizadas convenientemente, porque oscilan El defecto, una vez
aceptado, no malgasta energías en producir desvalorizaciones y se puede
convertir en reto a superar, trabajando la propia persona, asumiendo el
compromiso de desarrollar alguna habilidad que neutralice los efectos del
defecto.
Aceptar las cualidades personales y los defectos es una condición previa para
evolucionar. Todos los seres humanos tenemos más cualidades que defectos.
Las cualidades son recursos positivos que sirven para muchísimas
aplicaciones, entre otras, superar los defectos. Todos los seres humanos
debemos valorarnos por nuestras cualidades.
Por ello acrecienta el poder de cada uno. Todos los seres humanos tenemos
derecho a tener defectos, pues son parte de nuestra naturaleza configuran
nuestra singularidad personal.
II.10 Motivaciones
Un individuo está motivado cuando siente deseo, anhelo, voluntad, ansia,
carencia o necesidad. Esto es en lo m{as profundo del ser; por tanto, la
motivación es subjetiva. Hay dos clases de motivaciones: de deficiencia y de
desarrollo. Las primeras se basan en las propias necesidades básicas,
primarias o deficitarias, que son las que sólo pueden ser satisfechas por los
demás, es decir, desde fuera de la persona; realidad que se sucede desde la
niñez hasta la adolescencia de manera decreciente. Esto implica una
considerable dependencia del exterior. La segunda de las motivaciones -de
desarrollo, y en contraste con la primera, el individuo que se auto realiza es
menos dependiente, menos espectador, más autónomo y autodirigido. Lejos de
necesitar a los demás para que le den, las necesita para darles; ésta dispuesto
a dar y tiene espacial preferencia por la intimidad y la reflexión. La motivación
del desarrollo puede ser a largo plazo, como llegar a ser un buen profesional o
artista y puede absorber casi la totalidad de una vida, en tanto que otras
motivaciones son a corto plazo.
II.11 Autoconcepto
“Dale a un hombre una autoimagen pobre y acabará siendo un siervo”
R. Schuller
Opinión que tiene una persona sobre sí mismo. “Es el conjunto de
representaciones que el individuo elabora sobre sí mismo y que incluyen
aspectos corporales, psicológicos, sociales y morales”11
Es una serie de creencias acerca de sí mismo, que se manifiestan en la
conducta.
Características, atributos, cualidades, defectos, capacidades, límites.
Ejemplos de estas percepciones:
El autoconcepto se adquiere, enriquece y modifica a lo largo de la vida
del individuo. El origen del autoconcepto se sitúa en los primeros años de la
vida de una persona, y va evolucionando, produciéndose cambios tanto
cualitativos como cuantitativos. El autoconcepto se desarrollará positiva o
negativamente según haya sido reforzado.
Componentes básicos:
a) Conocimiento de sí mismo
b) Autoestima
c) Autocontrol
d) Autonomía
El autoconcepto positivo favorece el desarrollo de las capacidades
potenciales de cada persona y motiva a la autorrealización
a) ¿Cómo me veo?
b) ¿Cómo quisiera verme?
c) ¿Cómo creo que me ven los otros?
Definir el autoconcepto es imprescindible para poder tomar conciencia de lo
que no nos gusta de nuestro estado actual y poder cambiarlo al estado
deseado.
“Autores como Erick Ericsson y James Marcia, que se
dedicaron al estudio del desarrollo de la personalidad y del
autoconcepto, encontraron que conforme las personas maduramos,
pasamos de perspectivas concretas y fragmentadas acerca de
nosotros mismos a perspectivas más abstractas, organizadas y
objetivas. Los jóvenes, ante la pregunta de ¿Quién soy? responden
considerando, no sólo los rasgos físicos o tangibles, sino que
pueden describir sus características psicológicas. Las descripciones
de sí mismo en los jóvenes suelen incluir sus cualidades
interpersonales y sociales y comienzan a pensar en ellos mismos y
en los demás, en términos de valores y actitudes abstractos
(solidario, tolerante, honesto, justo). De hecho las grandes
11 Delval, Juan, (1994), El Desarrollo Humano, España, Siglo XXI, p.37
decisiones de una persona con respecto a la religión, la
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