Felicidad. Eso que a veces comparan con sonreír todo el tiempo

Felicidad. Eso que a veces comparan con sonreír todo el tiempo o ver el lado positivo a todo. A veces la felicidad viene en un momento de inspiración, en la lectura de tu libro favorito, en resolver un crucigrama, entre otras cosas.

Hay gente que dice que la vida es una plasta, quizá por las experiencias de su vida, otros porque no tienen lo que siempre han querido o hasta las personas que alguna vez amaron les dieron uno de los desaires más impactantes para su autoestima.

Para esas personas, solo les digo que en realidad la felicidad consiste en esas pequeñas cosas que parecen casi imperceptibles para el ojo humano, esas que solo se ven cuando de verdad haces una retrospección en tu pensamiento. Es un detalle no menor para alguien que sabe lo que le gusta.

¿Que tu vida es una mierda (con el debido respeto de mi público) porque sufriste un accidente o no hay nada que hacer? Tal vez ese accidente te ayudó a ver qué es lo que sobraba en tu vida y cuál era lo que tenía más relevancia en ella. ¿Que te cortaron porque esa persona no sentía lo mismo por ti? Pues mejor, así no tienes que sufrir de más y te enseña a amar mejor a alguien que tú sabrás que es sincero (a).

Recuerdo una anécdota que me pasó recientemente. Hace tres meses terminé una relación con una persona especial, mis amigos estaban dispersos en otras cosas y tuve un problema familiar fuerte. Definitivamente, me sentía terrible, así que tuve que platicarlo con alguien cercano a mi vida, esa persona me ayudó a no sentirme y apreciar todo lo que tenía: no había pasado nada a mayores por la familia, no era el fin del mundo porque había que seguir delante de mi relación y mis amigos han recurrido a mi vida desde siempre, ellos dieron el primer espaldarazo a mi vida. Es ahí donde llegó una inspiración para escribir este discurso de motivación.

La felicidad está en ver tu programa de televisión favorito, en escribir poesía cuando estabas triste, en tomar tu vino predilecto, en ir a la iglesia si te sientes con la necesidad o ser disidente en las creencias de los demás (que es válido también). En leer las historietas de los personajes que sigues, los amigos con los que te ríes, tu pareja con la que amas o sientes especiales sentimientos. En dar una clase donde dominas el tema, en un partido que disfrutas en vivo o en un examen que creías no haber pasado, el editar un video, en escribir un discurso, todo eso que te hace sentir como si fueras la persona más afortunada del planeta.

Hablando de planetas, uno de los mayores ejemplos metafóricos de la felicidad viene en esos pequeños mundos escrito con tinta de imprenta y papel: libros. Un libro te pueda dar una grata experiencia de viaje o simplemente una lección muy importante sobre tus gustos o literatura basura. En un viaje por Nueva York tal como los describe Woody Allen, ir al centro de la Tierra o navegar 20000 leguas por el mar profundo según Jules Verne, viajar a una escuela de magia y hechicería para aprender más con Rowling, hacerte amigo de un robot como alguna vez te narró Sir Issac Asimov. Entre otros tantos autores que te dan gotas de felicidad encerrada en párrafos y papel de imprenta.

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