Fundamentos Socioculturales Del Consumo

Caminar es una palabra tan sencilla, pero a la vez tan completa que me lleva a imaginar muchas cosas agradables de la vida, desde el momento en el que aprendí a hacerlo, hasta las veces que he corrido por motivos diversos en los años que tengo de vida. Pero hoy caminar lo llevo a un punto abstracto, un punto diferente lleno de matices, colores y realidades.

Estando en pleno siglo XXI caminar se ha convertido en una tormenta de ideas, decisiones, sensibilidades, tristezas, alegrías y decepciones, en las que el caminante se ve envuelto en un océano de marcas que intentan etiquetar al ser humano con sellos que tienen un precio y de los cuales muchas veces nos arrepentimos de ser parte. En los últimos años (más de 80 años) salir a caminar casi se ha convertido en salir a consumir, nos encontramos consumiendo la mayor parte del dia, consumimos sin razón, con razón, con agrado o para salir de depresiones, para ser mas, para dejar de ser menos, para pertenecer a un grupo, para aparentar. Somos todos seres dominados por la comunicación de quienes emiten los mensajes publicitarios y que lo único que buscan de nosotros es succionar el sudor convertido en dinero que cada dia caminando salimos a buscar.

Muchos textos hablan de la orientación que a tenido la economía hasta la fecha, y una de esas orientaciones es hacia el consumo, es decir hacia los consumidores, en donde plantean que las empresas fabrican cosas (elementos, objetos, servicios) por que el consumidor lo está pidiendo, incluso el neuro marketing investiga que hay en la mente de los consumidores para poder atraerlos a consumir más (cruda realidad).

Planteamientos hechos de manera acertada por Mary Douglas y Baron Ishewood, en los que afirman que “mediante los rituales los grupos seleccionan y fijan –gracias a acuerdos colectivos- los significados que regulan su vida” integrando a grupos de la sociedad en micro micro segmentos de personas que transpiran el mismo aroma y que tienden a pensar igual; hacer parte de algo o no serlo nos direcciona como consumidores, nos indica como somos que consumimos, incluso que podríamos llegar a comprar y no consumir, porque este caso ocurre muy a menudo en el que consumidores adquieren artículos para ser alguien por fuera, aunque por dentro sigan siendo los mismos.

Sin embargo ante tanta plasticidad que podemos notar en el tema, podemos hablar para el año 2013 de que una luz en el camino se abre y podríamos llegar a ser consumidores “inteligentes”, se plantea que se acaba la era del consumismo sin sentido y bruto, en donde ahora los compradores revisan cada aspecto del producto antes de adquirirlo y comparan con otros para saber cuál es el mejor de todos y así dejar atrás esa ignorancia al consumir un bien o servicio y pertenecer al grupo selecto de los que saben comprar. Regocijados de alegría se burlan de aquellos que no miraron 100 opciones antes

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