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GOBERNANZA Y GESTIÓN PÚBLICA EN EL CONTEXTO VENEZOLANO

luiyelrm23 de Abril de 2015

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GOBERNANZA Y GESTIÓN PÚBLICA EN EL CONTEXTO VENEZOLANO

Luiyel L. Romero M.

luiyelromero_1@hotmail.com

Universidad Bolivariana de Venezuela - Programa de Formación Avanzada Maestría en Ciencias para el Desarrollo Estratégico

Resumen: El análisis que se presenta a continuación aborda el tema de la gestión pública como acción básica gubernamental, contempla una interpretación del término Gobierno; así como una breve explicación del significado de gobernanza y gobernabilidad, vocablos interrelacionados que en ocasiones tienden a confundirse más allá de una simple imprecisión terminológica, por lo cual se intenta establecer en el texto diferencias y conexiones entre ambos conceptos. De igual forma, se plantean reflexiones fundamentadas en diversas teorías, posturas y prácticas aceptadas generalmente y se consideran además otros asuntos de interés que guardan correspondencia con la investigación. Para finalizar, se contextualizan en la realidad del sistema político venezolano los diferentes enfoques y posturas que se han asumido actualmente en materia de gobierno, observando las dimensiones históricas, sociales, económicas y políticas que caracterizan el contexto. Luego se formulan las conclusiones que se consideren necesarias.

Palabras claves: Gobierno, Gobernanza, Gobernabilidad, Gestión Pública.

“No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico”.

Aristóteles

INTRODUCCIÓN.

Estado y Gobierno son dos términos estrechamente vinculados, que se diferencian en que el Estado “Constituye una superestructura de toda sociedad de clases…” (Marx, citado en González, 2013), por tanto implica relaciones de clases; mientras que el Gobierno “…tiene múltiples atributos. No es solo una organización formal, sino también un activo proceso de movilización de leyes, dinero y empleados públicos para producir políticas públicas” (Rose 1998, 50), en tal sentido, es dinámico y establece las relaciones de poder. En este orden de ideas, puede entenderse al Gobierno como la autoridad que ejerce la dirección, gestión y control de las instituciones estatales, es decir, el órgano que conduce la política general y ostenta el poder del Estado, conforme a atribuciones que le han sido conferidas.

Las políticas públicas están ligadas directamente al ejercicio de la administración pública, pueden tomar forma de normas, instituciones, prestaciones, bienes públicos o servicios; llevan implícitas una toma de decisiones cuyos impactos afectan a toda una colectividad, por tanto deberían partir de un análisis de las necesidades sociales y del contexto, ya que las acciones estratégicamente planificadas generan mejores resultados que las realizadas improvisadamente. Entendiendo entonces las políticas públicas como las herramientas que determinan la efectividad de la gestión gubernamental, es esencial que sean cuidadosamente planificadas e implementadas para que puedan proporcionar resultados favorables que den crédito a la función de gobierno.

“Un gobierno no puede ser mejor que la capacidad personal e institucional de GOBIERNO que lo sustenta. La capacidad personal de GOBIERNO depende del dominio de las CIENCIAS Y TÉCNICAS DE GOBIERNO, de la experiencia y de la capacidad de liderazgo. La capacidad institucional de GOBIERNO depende del diseño organizativo. Los resultados de un GOBIERNO pueden ser previsibles y de alta calidad, en la medida que se eleve la CAPACIDAD DE GOBIERNO y se rediseñen las organizaciones públicas. El recurso más escaso es la capacidad de gobierno”. (Zambrano 2008, 31)

En virtud de lo antes expuesto, y considerando distintas conceptualizaciones, principalmente el enfoque que Luis Aguilar expone en su texto Gobernanza y Gestión Pública, se presenta un análisis crítico sobre los factores que influyen en la gestión pública y la capacidad de gobierno; luego algunos comentarios sobre la forma de gobierno en el contexto venezolano; y posteriormente las conclusiones concernientes a los aspectos argumentados.

1. GOBERNANZA Y GOBERNABILIDAD.

Para Canto (2008), no es ninguna novedad hablar de la gobernanza asociándola a la participación ciudadana. Sin embargo, el horizonte tradicional es el de las organizaciones clasistas, sobre todo en los países de Europa, donde existen mecanismos institucionalizados para dicha participación, lo cual justamente origina sus restricciones. El modelo social europeo y la economía de mercado se constituyeron en un entorno en el que la primacía de la agregación y de la representación social correspondía a las organizaciones clasistas. La construcción de su democracia se concretó sobre la base del triángulo de hierro mediante el cual han generado sus consensos.

Estos procesos entraron en una profunda crisis, determinada en algunos casos por lo que se denominó el cansancio ciudadano, que consistía en la pérdida de expectativas de la población sobre la clase política y su desencanto con las instituciones. Paralelamente, se fueron delineando nuevas formas de agregación y participación social, tematizadas de diversas maneras ya sea desde el enfoque de nuevos movimientos sociales, el resurgimiento de la sociedad civil, o bien desde la gobernanza multinivel. Si bien el modelo social europeo y la economía de mercado plantean nuevas posibilidades, también conllevan nuevas restricciones en general, particularmente la dificultad para conciliar diálogo social y diálogo civil, es decir, la relación entre la participación en las políticas de las organizaciones clasistas y las organizaciones de la diversidad social.

Según Canto (2008), el análisis de la relación entre gobierno y sociedad, se ha ido insertando lentamente en el terreno de las políticas públicas, luego del largo período de predominio de las visiones gerenciales en la administración pública, que limitaban la reforma del Estado en beneficio de la administración privada, y que ahora pretenden reducir la gobernanza a un solo enfoque, negándola como nivel analítico, así como la participación ciudadana, considerándola como instrumento para la mejor dirección gubernamental de la sociedad, no reconociéndola como un nivel superior de la democracia. La participación ciudadana en las políticas públicas está en el centro del asunto de la gobernanza, y por tanto, en el centro de la relación entre gobierno y sociedad, en torno a tres dimensiones: democracia, desarrollo y derechos.

Los cambios que se han experimentado en los últimos tiempos, tanto en la acción gubernamental como en la relación Estado y sociedad hacen que para vislumbrar el horizonte de formación de políticas en una perspectiva de participación de la sociedad, la gobernanza sea uno de los conceptos de referencia obligada. Para Aguilar (2006), gobernanza hace referencia a "la recomposición que sucede en el proceso actual de dirección de la sociedad mediante la construcción de nuevas relaciones entre el gobierno y los nuevos actores colectivos de las últimas décadas que suelen ser reticentes a la unilateralidad directiva del gobierno" (p.80).

En este sentido, la gobernanza implica ciudadanos activos y sociedad participativa. Actualmente, hablar de gobernanza no sólo se refiere a las buenas prácticas administrativas, sino que además implica un giro en la concepción misma del Estado y de las políticas públicas, contemplando la complejidad social que la vincula al desarrollo social y a la participación democrática de todos los involucrados en las decisiones.

La gobernabilidad de un sistema político instaurado se entiende como “una relación entre las variables que controla y no controla un ACTOR en el proceso de GOBIERNO” (Zambrano 2008,111); siempre involucra un actor y un proyecto. Puede concebirse también, como la habilidad del Estado para satisfacer el interés público por encima de los intereses particulares de quienes gozan de diferentes formas y grados de poder (CEPAL, citado en Canto 2008)

Zambrano (2008, 380) refiere cinco condiciones que caracterizan una gestión pública eficiente capaz de alcanzar resultados previsibles, estas son: alta capacidad de gobierno; buen diseño organizativo del aparato público; proyecto de gobierno compatible con la capacidad personal e institucional de gobierno, contexto situacional coherente con el proyecto de gobierno; y buena suerte. Por otra parte, Aguilar (2006) habla de la Nueva Gestión Pública que se apunta a una apertura de la gestión a la inteligencia, la reflexión y el coraje cívico para transformar la ingeniería pública. En este sentido, aparece la gestión del personal, y el interés por los modelos mentales, la cultura de actitudes, valores y orientaciones que ahora conjugan el derecho con la psicología. También presenta un vocabulario técnico del área gerencial, como planificación, organización, desempeño, control, ajustes, implementación y evaluación.

Entre los procedimientos de gestión, recomendados por Aguilar (2006) se encuentra la planificación estratégica, la cual considera la verdad de la vida, la existencia como lucha continua, una visión de estratego para una vida de índole militar; aunque no de milicias. De igual forma, refiere la gestión de calidad acorde a la época de calidad que se vive en pleno siglo veintiuno, se habla de la revolución de la calidad. En función de ello, deben definirse las características del perfil requerido para ejercer las funciones públicas. Viera (s.f.) clasifica las habilidades de un buen analista político como habilidades personales, políticas y técnicas.

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