GESTION PUBLICA

LAS EMPRESAS PÚBLICAS Y LA GESTION PÚBLICA

Según Peter Drucker (1989), el concepto de Gerencia corresponde a este siglo XX y ha emergido como forma específica de trabajo dentro de los últimos sesenta años. A pesar de la difusión de los términos “gerencia” y “gerente” su contenido suele ser impreciso, lo cual se hace evidente por la diversidad de definiciones y por la variedad de funciones atribuibles a la actividad gerencial que existe en la literatura administrativa.

La gestión pública se refiere a la administración que se lleva del sector público, el cual tiene dos significados: puede identificar tanto un conjunto de órganos como un conjunto de actividades. Por ejemplo, cuando se señala que la administración pública anda muy mal, que hay corrupción administrativa, que la administración pública es deficiente, en realidad no se apunta a un órgano o dependencia en concreto, sino a la totalidad de las actividades de la administración, ahora bien si se habla de la administración del impuesto sobre la renta y su funcionamiento se apunta en especial, que está situado en determinado lugar y que realiza determinada actividad de la administración tributaria. Es decir, se apunta en este sentido a la administración como órgano integrado dentro del aparato ejecutivo, representado por una serie de funcionarios

EMPRESA PÚBLICA

La forma jurídica de derecho público más utilizada en Venezuela para crear empresas públicas ha sido el instituto autónomo, es decir, un organismo de derecho público dotado de personalidad jurídica y patrimonio propio encargado de la realización de un objetivo económico. Según Brewer Carias, estos institutos autónomos empresariales equivalen a “los establecimientos públicos industriales y comerciales del derecho francés, belga, español, brasileño y uruguayo, a las instituciones públicas autónomas alemanas, a las entidades autárquicas argentinas y a los enti publici-economici-itailianos”.

LA GERENCIA PÚBLICA.

El sector publico emplea formalmente el termino de gerencia en el ámbito de las empresas publicas en forma de compañías anónimas, queriendo con ello subrayar desempeños directivos semejantes a los del sector empresarial privado, aunque de hecho contienen los rasgos determinantes que le son específicos al desempeño de la gerencia publica.. En la administración central la denominación de “gerencia” no está contemplada en la estructura formal de cargos. El rotulo que se asume es el de “dirección”, además de otros términos que lleva implícitos la función directiva.

Sin embargo, se observa la tendencia a destacar el trabajo gerencial como tal, y el uso del término tiene cada vez más aceptación.

CARACTERISTICAS DE LAS EMPRESAS PÚBLICAS

Según Kryegier, Morales y Asociados (1985), las empresas del Estado presentan una serie de características que la diferencian de la mayoría de las empresas privadas y que hacen difícil su manejo. Estas características se refieren a: el origen, la diversidad de misión y objetivos, el control, la información, uso y fuentes de fondos, continuidad, función social, recursos humanos, relaciones laborales, precios y costos, contraloría, dependencia de influencias políticas y disciplina partidista, tamaño, complejidad y diversidad.

En cuanto al origen, algunas de las empresas públicas pertenecen al Estado, no porque este haya querido reservarse esta actividad; sino porque estaban en mala situación económica y el Estado creyó conveniente salvarlas. Otras empresas han surgido por razones relacionadas con la finalidad del bien público, tales como la orientación de la economía, la activación económica de determinadas zonas geográficas estratégicas, la prestación de servicios que no han sido tradicionalmente atractivos para el sector privado, o la acción para el fomento de actividades sociales y culturales.

Sobre la diversidad de misión y objetivos, el Gobierno usa a las empresas del Estado para cumplir una misión y alcanzar una serie de objetivos que no son solo económicos o rentables; sino políticos, sociales, culturales, de administración de subsidios y otros, que no están claramente definidos o no son conocidos y confunden o complican las operaciones de las empresas.

Las empresas del Estado no son controladas en forma efectiva y adecuada en cuanto a su situación y operación; antes bien, lo que se da frecuentemente es la tolerancia hacia una actuación deficiente y la implantación de prácticas indebidas. La información sobre el establecimiento de objetivos y el cumplimiento de la misión no es adecuada ni suficiente. Los indicadores económicos de la actividad de estas empresas son confusos: información contable y financiera, operaciones, gestión y cumplimiento de planes. No tienen control completo sobre el uso y fuente de sus fondos, ni tienen tampoco un adecuado financiamiento. La continuidad en los planes y el personal dirigente y administrativo se ve casi siempre afectada por razones políticas y no por la estrategia del negocio. No hay un criterio adecuado para la fijación de precios, ni una discriminación efectiva entre gastos y costos. No hay una definición precisa del papel de la Contraloría, ni una ejecución clara de sus recomendaciones.

El costo de la función social en las empresas del Estado no está bien definido, ni separado de los costos operativos de la misma; pero tiene una sólida vigencia. Esto es lo que determina una presión política sobre la estrategia económica, que muchas veces resulta incompatible.

En cuanto a recursos humanos, existe dificultad para el reclutamiento, retención y remuneración del personal a nivel gerencial, técnico y obreros calificados. La remuneración suele ser baja y la competencia (empresa privada) suele llevarse la calidad.

La dependencia de influencias políticas y disciplina partidista es notoria. Para el cumplimiento de la gestión gerencial en muchas de las empresas del Estado se utilizan enfoques de naturaleza política, los cuales predominan sobre los criterios técnicos gerenciales.

En algunas empresas debido a su tamaño y compleja organización, es muy difícil delegar responsabilidades y ejercer un seguimiento y control estricto sobre tal delegación. En muchos casos se requieren flujos de caja considerables, a pesar del financiamiento ventajoso que tienen por parte del Estado. Como resultado de estas inversiones cuantiosas y alto empleo, estas empresas padecen una debilidad estructural para hacer frente a los cambios que exige la evolución técnica, social y económica.

PROBLEMAS DE LAS EMPRESAS PÚBLICAS

No resulta fácil intentar el estudio sistemático

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