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Historia de La Rioja


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2023  •  Monografías  •  6.944 Palabras (28 Páginas)  •  64 Visitas

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PROVINCIA DE LA RIOJA

La provincia de La Rioja se encuentra situada en el noroeste argentino, al pie de la cordillera, limitando al norte con Catamarca, al este con Córdoba, al sur con San Luis, al oeste con San Juan y al noroeste con Chile, cuyo límite está determinado por la cordillera de los Andes.

Estamos hablando de una de las provincias más áridas y menos pobladas del país, ya que habitan en ella unas 388000 personas, lo que la convierte en la cuarta provincia menos poblada, detrás de La Pampa, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Está compuesta por 18 departamentos.

En cuanto a su relieve, se distinguen con claridad una región noroeste montañosa y otra sudeste llana y arenosa. Cada una de estas regiones presenta distintas características climáticas, como así también diversos tipos de vegetación. En general, la provincia, debido a la falta de un curso de agua permanente, presenta una escasa vegetación.

La flora es del tipo xerófila, caracterizada por pequeños arbustos y tipos de flores que no tengan gran altura.

Hablando de su fauna, podemos mencionar a una gran variedad de animales:

  • Mamíferos: armadillos, cuises, ratones, conejos, liebres, pumas, zorros, entre otros menos comunes.
  • Reptiles: rana ágil, lagartijas, víboras, cascabel, entre otros.
  • Insectos: el cocuyo, insecto que transmite la enfermedad del Mal de Chagas.

En cuanto a su clima, presenta características de tipo semiárido continental y árido de montaña, con poca humedad y alta radiación solar. En las zonas mas bajas, los inviernos son suaves, secos y cortos, con temperaturas medias por encima de los 10°C y escasas lluvias. Los veranos son extremadamente cálidos y es aquí donde se dan la mayor cantidad de precipitaciones, con temperaturas máximas promedio de 36°C (a veces máximas absolutas de 48°C) y mínimas promedio de 25°C. De todas formas, cabe destacar que al ser un territorio tan variado en cuanto a su conformación, ofrece diversas condiciones climáticas de acuerdo a cual sea la zona a la que hagamos referencia. Sin embargo, hay un rasgo constante en todas ellas: la aridez.

Su economía se sustenta a partir de la agricultura bajo riego artificial, con la producción de vid y olivos principalmente. Se dedican a la fabricación de vinos, la producción de nuez/nueces y aceitunas, y al cuero, se crían principalmente bovino y caprino, sobre todo en la región de los llanos.

Durante los últimos años también se ha acrecentado el turismo, actividad que nos compete.

Esta oferta turística está sobre todo basada en los bellísimos paisajes naturales que nos presenta la provincia, como la ciudad de Chilecito, al pie de Famatina, Nonogasta, en el Valle del Río Grande y en Villa Unión, donde se puede acceder al Parque Nacional Talampaya, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, gracias a su importante valor paleontológico.

El mayor centro cultural y social se encuentra en su ciudad capital, La Rioja, donde se pueden visitar distintos museos y atractivos de índole cultural e histórico. Esta ciudad es además, la mas poblada de toda la provincia, con mas de 210000 habitantes.

Tierra de sucesos históricos a lo largo de la conquista. La Rioja fue ocupada principalmente por indígenas diaguitas, encontrándose dentro de la influencia cultural del Imperio Inca. Avanzando mas en el tiempo, podemos destacar como íconos tanto de los riojanos como de la resistencia federal del interior frente a la hegemonía porteña, a tres caudillos sumamente influyentes tanto en la historia, como en la construcción de la identidad provincial: Facundo Quiroga, el Chacho Peñaloza y Felipe Varela. La Rioja también es la cuna de prominentes educadores, como Joaquín V. González y Rosario Vera Peñaloza.

Como sucede en las demás provincias de la Argentina, existen en La Rioja leyendas populares y mitos. En los valles, en las quebradas, en las montañas, en los soleados llanos, en los puestos y parajes, en las minas abandonadas, perduran tradiciones locales de origen indígena y criollo.

Entre los personajes mitológicos que se supone moran en las quebradas de Famatina y Velasco pueden mencionarse: la Pachamama o Madre de la Tierra; el Llastay o Dueño de los animales y Aves del cerro, entre otros.

Son tradicionales la Fiesta Nacional de la Chaya, que mezcla sus raíces diaguitas con elementos del carnaval europeo, y el Tinkunaco, emotiva ceremonia religiosa popular que cruza política, historia y religión, y cuyos orígenes se remontan al año 1593.

HISTORIA DE LA RIOJA

HABITANTES PRIMITIVOS

La Provincia de La Rioja guarda historia por donde se la mire. Si queremos hablar de sus orígenes geológicos tenemos que remontarnos a decenas de millones de años atrás, cuando gran parte de estas tierras estuvo totalmente cubierta por el mar. Esto queda en evidencia con los fósiles de plantas y animales submarinos que hoy se exponen a plena luz del día.

También fuertes plegamientos, con placas cuyos bordes se levantaron hasta quedar casi verticales. Una muestra de ello es el Parque Provincial Talampaya, que contiene grandiosos farallones de tierra bermeja del estrato geológico de Paganzo.

Desde el punto de vista humano, se entiende que los primeros habitantes llegaron a La Rioja hace unos 10 mil años, cuando las lluvias eran abundantes, la fauna y la flora ricas y la vida de los cazadores y recolectores relativamente llevadera. Prueba de ello son los petroglifos que se pueden encontrar en diversas partes de la provincia, que probablemente eran centros rituales. La agricultura aparece en el lugar recién en el año 200 a.C., cuando aparece la cultura Condorhuasi, que será sucedida por las culturas Ciénaga y de La Aguada.

Los habitantes de esta zona en los años previos a la conquista española fueron los diaguitas, que se extendían por todo el noroeste argentino, en compañía de los calchaquíes y los pulares. El nombre de diaguitas fue impuesto por los incas (en quechua quiere decir “serranos”), con quienes compartía algún que otro lazo cultural.

Vivían en pueblos autónomos e independientes, a lo largo de los valles y quebradas de la región, formando parcialidades con nombres particulares. Levantaban sus caseríos en sitios poco accesibles de los valles. La forma de las viviendas era rectangular y no solía haber mas de 40 casas por pueblo. Es decir, vivían unas 200 o 300 personas.

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