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Inmigración Y Racismo


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2014  •  2.489 Palabras (10 Páginas)  •  192 Visitas

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Comentario

sobre

los aspectos éticos del tratamiento informativo

de

la inmigración y el racismo.

En España, los medios de comunicación siempre han querido mostrarse tolerantes y comprensivos con aquellos colectivos surgidos de la inmigración que eligieron este país como destino laboral o lugar de residencia habitual. La práctica totalidad de los medios, tanto los escritos y audiovisuales, como los públicos y privados, han tendido y tienden a creerse o sentirse exentos de clasismo, libres de prejuicios e impunes de racismo. Pero, la realidad es bien distinta. El tratamiento informativo de los medios respecto de las noticias relacionadas con inmigrantes viene siendo desde hace tiempo discriminatorio y excluyente. El tratamiento de sucesos cometidos por inmigrantes o extranjeros se ha hecho casi siempre resaltando el origen o procedencia de sus autores. Ha sido moneda común en las portadas de casi todos los periódicos, de los noticieros radiofónicos y de los informativos televisivos.

En efecto, si diez delincuentes de nacionalidad española atracan un banco, los titulares se referirán a que ha tenido lugar un atraco perpetrado por diez individuos, pero si el acto delictivo lo han cometido diez albano-kosovares o diez rumanos, la noticia hará referencia, sin duda, a la procedencia y nacionalidad de sus autores. Los medios alegarán razones y argumentos basados en que se trata de datos relevantes desde el punto de vista informativo o que solo se hace así cuando dicha información es bien acogida por los receptores, pero lo único cierto es que las consecuencias de este tipo de informaciones conducen al racismo, a la xenofobia y a la discriminación social. Con ese tipo de informaciones no se hace otra cosa que contribuir a la creación de tópicos y estereotipos en torno a los inmigrantes, con la consiguiente percepción social de relacionar la inmigración con la pobreza, la delincuencia, la explotación…

En España, los medios llegan a distinguir entre extranjeros e inmigrantes, reservando para los primeros el estatus de personas de mayor poder económico que vienen de turistas y se dejan aquí su dinero, mientras que el calificativo de inmigrante se reserva para los que vienen a trabajar a cambio de errantes divisas y, aunque cada vez son más las voces que se alzan en contra de esta distinción, especialmente en los ambientes académicos y universitarios –ya en noviembre de 2008, en una conferencia en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad CEU/Cardenal Herrera, Godzone Mora, pedía a los medios y a los futuros periodistas un tratamiento menos discriminatorio para con los inmigrantes- la realidad es que aquellos que se encuentran en la necesidad de buscar trabajo fuera de sus fronteras son todavía considerados como distintos, diferentes o singulares y el tratamiento de cualquier noticia o referencia a su condición se hace siempre de forma diferenciada y discriminatoria por razón tan solo de distinción de clases.

A estas alturas nadie cuestiona el peso y, por tanto, la influencia de los medios de comunicación mayoritarios en la configuración social de la realidad, así como que su producto puede contribuir a construir o a reforzar un imaginario social y una agenda de temas de preocupación de la sociedad en relación con la inmigración,. En la actualidad, la inmensa mayoría de las personas sabe de la inmigración por lo que conocen a través de los medios de comunicación. Pero el gran número de medios existentes no es sinónimo de pluralismo –más bien al contrario, en donde la continua concentración conlleva la progresiva monopolización del sector- y la consecuencia es que se produce una homogeneización de contenidos al priorizar los aspectos comerciales sobre la responsabilidad social atribuida al periodismo.

Lo esencial es reflexionar sobre cuán necesarias son las tomas de conciencia de todos los profesionales de la información y de las empresas propietarias de los medios de comunicación, en orden al daño o al bien que pueden ocasionar en relación con los temas de la inmigración. En este sentido, los profesionales y trabajadores de los medios deben ser conscientes de que su aportación debe estar marcada por la no diferenciación de los inmigrantes en el tratamiento de las informaciones.

Para ello, existen dos documentos en nuestro país que sirven de guía y de modelo a seguir. Se trata, por una parte, del Manual de estilo periodístico del Foro de la Inmigración y la Asociación de Periodistas de Vizcaya y, por otra, de las recomendaciones en esta materia del Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC). Ambos documentos parten de la base de que los medios suponen un factor educativo muy potente y, por tanto, tienen una enorme influencia en la formación de la opinión pública y una irrenunciable responsabilidad en el tratamiento de las informaciones en materia de inmigración. Se inclinan de forma tajante por la no utilización de estereotipos o arquetipos, por la evitación de prejuicios, simplificaciones o reduccionismos y por el abandono de las rutinas productivas, la espectacularización y el dramatismo de las informaciones.

El Manual de estilo periodístico del Foro de la Inmigración y la Asociación de Periodistas de Vizcaya recomienda textualmente no incluir en la noticia el grupo étnico, el color de la piel, el país de origen, la religión o la cultura si no es estrictamente necesario para la comprensión global de la misma, debiéndose evitar –añade- las generalidades, los maniqueísmos, los sensacionalismos, la simplificación, la negativización y la dramatización de las informaciones. Por su parte, el Consejo Audiovisual de Cataluña, recomienda prescindir de elementos meramente anecdóticos, rutinarios o superfluos de los relatos que no incorporen información significativa, evitando el uso de un lenguaje discriminador o que incorpore prejuicios genéricos o atribuciones tópicas que comporten valoraciones desiguales, con especial cuidado para con los titulares de los informativos, en donde se debe evitar la función espectaculizadora y la identificación de una minoría étnica o de un colectivo concreto con una determinada actividad.

Cuando hace unos meses saltó la noticia de que una niña de Lebrija había sido madre a la edad de 10 años, los medios de comunicación se apresuraron en puntualizar que se trataba de una niña de nacionalidad rumana y, más tarde, a modo de aclaración, que lo era de etnia gitana. Hasta aquí, dentro de lo que cabe, todo normal, pues dada la singularidad en nuestro país de un hecho

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