Intermedios. Medios de comunicación y democracia en Chile

FICHA Nº 3

TESIS

Los medios de comunicación, centrales en la formación de sistemas institucionales y en la consolidación de la democracia, han visto su industria afectada por el desarrollo de la tecnología, la cual los ha llevado a redefinir su relación con las audiencias y actores políticos producto de las nuevas herramientas que han facilitado la diversificación de las fuentes de información y el otorgamiento de mayor poder y participación a la audiencia/ciudadanía para ejercer la democracia.

ARGUMENTOS

1. El desarrollo tecnológico ha permitido reducir las asimetrías de poder e información entre la ciudadanía, medios y autoridades, y pasar de una relación de verticalidad entre ellos a una más bien horizontal. “De puramente receptoras de contenidos, las audiencias han pasado a ser también productoras de dichos contenidos” (Arriagada & Navia, 2013), y a participar más activamente en la fiscalización de sus autoridades, pues este rol que estaba limitado a las elecciones ahora puede ejercerse periódicamente gracias a la información disponible en redes sociales, ONG del tipo watchdogs y el acceso a indicadores sofisticados que dan cuenta del actuar de los gobernantes.
2.  “Si pensamos en los medios como un espacio para la deliberación de los asuntos públicos, estamos frente a una tarea pendiente. Para muchos, ese rol lo estaría cumpliendo la masificación de tecnologías digitales” (Arriagada & Navia, 2013). Los medios tradicionales de comunicación no logran canalizar de manera óptima las demandas de la ciudadanía ni ejercer la rendición de cuentas (accountability) que deberían, por lo que la desaprobación hacia ellos ha ido creciendo y las audiencias paulatinamente han optado por recurrir a medios digitales independientes para acceder a información transparente que de cuenta de la real situación pública del país.
3. La apropiación de nuevos medios tecnológicos como lo son las redes sociales, debates públicos, encuestas online y prensas independientes, han permitido a las audiencias aumentar sus espacios de participación, expresión e intervención sobre las instituciones. Producto de lo cual, los medios se han visto obligados a redefinir sus directrices e incorporar en sus agendas la diversidad social e ideológica del país. “A la vez que aumentan las fuentes y flujos de información para las audiencias que tienen acceso, los medios también deben responder, a través de distintas estrategias, al interés de sus propietarios y de esas audiencias cada vez más fragmentadas” (Arriagada & Navia, 2013)

RESUMEN

Los medios de comunicación han jugado un rol fundamental en la formación de sistemas institucionales y en la consolidación de la democracia; no se puede concebir la democracia sin la presencia de una industria de medios competitiva, autónoma y transparente, ni puede existir una industria de medios saludable cuando la institucionalidad democrática no refleja el pluralismo y diversidad de la sociedad.

La estrecha y dependiente relación entre medios y democracia se ha visto alterada por el avance de la tecnología, el cual ha permitido empoderar a las audiencias al diversificar sus fuentes de información y espacios de intervención, participación y control sobre la prensa y autoridades. Producto de esto, la relación entre audiencias, medios y gobernantes se ha visto redefinida, pasando de una relación de jerarquía entre ellos a una más horizontal, donde las asimetrías de poder e información disminuyen. Esto se ha hecho posible gracias al creciente acceso a la información y redes sociales, las cuales permiten un bajo costo de organización social y una constante e implacable fiscalización a las instituciones. Así, mientras los medios eran considerados históricamente como el cuarto poder encargado de vigilar el comportamiento de la élite gobernante, actualmente los propios medios son vigilados y criticados por sus audiencias a través de las redes. Cabe destacar que los medios y la clase gobernante no son dos expresiones de la misma élite, como se suele pensar, pues tienen funciones distintas dentro de la sociedad e intereses que muchas veces entran en conflicto, sin embargo, desde la perspectiva de las audiencias ambos se encuentran igualmente distanciados de sus realidades, y no cumplen a cabalidad con las funciones que deberían. Mientras los medios están llamados a cumplir el rol de agentes intermediarios entre la sociedad y el gobierno, y las autoridades deberían defender y promover las demandas de sus electores en las instancias de toma de decisión, la ciudadanía posee muy pocos mecanismos para fiscalizar que esto efectivamente ocurra. Sin embargo, el desarrollo de la tecnología y la aparición de organismos no gubernamentales, que llegan incluso a reemplazar a los partidos políticos y medios en el papel de intermediarios entre las personas y el gobierno, han posibilitado crear nuevas herramientas de control sobre las autoridades, tales como son los diversos índices que otorgan información sofisticada respecto al desempeño gubernamental, prensas digitales independientes, organizaciones “watchdog” o fiscalizadoras, entre otras. De esta forma, la tecnología ha traído innumerables oportunidades para redefinir la relación de los ciudadanos con sus gobiernos de la misma forma que está ocurriendo con los medios y sus audiencias, quienes han pasado de ser receptoras de los contenidos mediáticos a actores intermediadores en este contenido e incluso co-creadores de él, dado que la valorización de instrumentos de medición por parte de los medios, tales como los índices de lectoría o las métricas online, ha derivado en un mayor empoderamiento de las audiencias, que a su vez ha llevado a los medios a efectuar cambios en sus estrategias y paulatinamente representar la diversidad social e ideológica del país.

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