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Intimidad Y Cultura


Enviado por   •  27 de Octubre de 2013  •  5.982 Palabras (24 Páginas)  •  289 Visitas

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Contenido

Intimidad 4

Soledad y silencio 4

Soledad no es abandono. 4

La intimidad crece en la soledad y en el silencio. 5

Intimidad es lo contrario de alienación. 6

¿Por qué es buena la intimidad? 6

La doble naturaleza de la intimidad. 6

Importancia de la introspección o auto observación. 7

La intimidad nos hace fuertes 7

Espacio interior y espacio exterior. 8

La intimidad surge cuando aparece la noción de unidad. 8

Definiciones de cultura. 10

Desde el punto de vista de la sociedad: 11

Desde las personas 11

II. Características de la cultura. 11

Las necesidades según Linton- 12

III. Universales culturales: 13

IV. Procesos de aprendizaje. 15

V. Maneras de entender al “otro” presentes en la Antropología. 16

MESTIZAJE CULTURAL 18

Conclusión 19

Anexo 20

Introducción

En este trabajo estaremos tocando puntos muy importantes sobre el hombre y lo que es el en la región que interactúa. Uno de los puntos interesantes e importantes es la intimidad en el ser humano. Todo ser humano tiene necesidades y esta es una de ellas, destacaremos la diferencia que hay en intimidad y soledad.

Otro punto destacable es la cultura, muchos pensamos que la cultura es el cumulo de conocimientos, pero les brindaremos el verdadero significado que se le da a este término.

Intimidad

¡En busca de la intimidad!

Soledad y silencio

La intimidad comienza por no tener miedo a la soledad ni al silencio.

Si soledad es la ausencia de los otros del mundo, el silencio es la ausencia de ruido exterior y de las cosas del mundo.El silencio nos da INTIMIDAD, y esta, la posibilidad de vida interior.

La intimidad se nutre de la soledad y se nutre del silencio, que no es sino otra forma de soledad. Si alguien quiere alcanzar su propia intimidad, lo primero que debe aprender es a amar la soledad y el silencio.

¡Soledad hacia fuera y silencio hacia adentro!

Soledad no es abandono.

Quienes huyen del silencio y de la soledad, con frecuencia confunden estos con el abandono, y por ello lo asocian al dolor y a la tristeza.

¿Por qué el abandono? El abandono se puede deber a dos causas:

 Cuando nos abandonan. Es el producido por el abandono del otro, es decir, cuando el otro nos deja, sobre todo ese “otro” del cual esperábamos algo más; entonces sentimos mucho dolor.

 Cuando nos abandonamos. Hay otra fuente del abandono, la cual proviene del abandono de uno mismo y esa es peor, más grave y más dolorosa que la anterior. La gente suele abandonarse ante dos cosas: ante los placeres y ante los dolores. Ambas formas las podemos encontrar en todas las etapas de la vida.

La soledad es buscada, el abandono siempre depende de otro, o es causado por otro y otros.La soledad es producto de una decisión personal, libre, que surge desde nuestra conciencia. El abandono es una reacción irreflexiva ante una presión exterior.

El que se abandona a sí mismo se pierde inexorablemente, pierde la capacidad de cultivarse a sí mismo, cultivar su conducta (moral) y, por ello, pierde la capacidad de cultivar su vida; es básicamente una persona amoral y sin capacidad espiritual, pues no la ejercita.

Con frecuencia, es más fácil sucumbir ante el placer que ante el dolor. Por ello el placer es más peligroso; ambos causan lo mismo: la pérdida de la conciencia, la pérdida del juicio y, por lo tanto, la pérdida de la condición humana.

La intimidad crece en la soledad y en el silencio.

El estar con uno mismo exige estar –aunque sea por momentos– lejos del otro; este ejercicio enriquece poderosamente, permite que germinen y florezcan las virtudes humanas, y nos permite –posteriormente– relacionarnos con el otro de forma más clara, más intensamente; manejar –en definitiva– mejor las distancias, las cercanías y lejanías, sanas, voluntarias, conscientes… con el otro.

Observamos que el mundo entero, tal como lo hemos construido con nuestra cultura materialista, está diseñado para sacarnos de nuestra intimidad. Por otro lado, nos enseñan a temer el silencio. Vivimos en una sociedad de grandes mercados y de fabricación en cadena a los cuales lo que les interesa es que la gente tenga mentalidad de “masa”. ¡Sin intimidad es imposible “ser uno mismo”!

Como señalaron todos los grandes hombres de la humanidad, la clave de todo está dentro del propio ser humano. Dice el filósofo Jorge Á. Livraga que “un hombre nuevo y mejor es la posibilidad de un mundo nuevo y mejor”.

La clave del mejoramiento de nuestra capacidad de reflexión y de relacionarnos con los demás empieza por no temer ni a la soledad ni al silencio; en definitiva: a reconocer y emplear nuestra intimidad.

Esta es una muy vieja enseñanza. “Busca el silencio para ti” (Ani, escriba real del Imperio Antiguo. Egipto, 2500 a.C.).

La palabra intimidad proviene de la raíz latina “inti”, que significa interior, y de “mus”, que expone su carácter superlativo. Por ello, intimidad sería aquello que está muy adentro, lo que vive y se guarda muy dentro de uno mismo, aquel lugar donde ocurren los hechos esenciales de nuestra identidad, de nuestro “yo”.

En la propia intimidad están todas las claves del ser interior y de la existencia. La intimidad es una esfera invisible que engloba los propios pensamientos y sentimientos; esa es la clave: la intimidad contiene lo propio, y no lo de los otros.

Intimidad

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