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LA CONCESIÓN DEL DERECHO DE VOTO A LAS MUJERES


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2020  •  Ensayos  •  2.461 Palabras (10 Páginas)  •  134 Visitas

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LA CONCESIÓN DEL DERECHO DE VOTO A LAS MUJERES

Asignatura: Pensamiento filosófico contemporáneo.

Curso: 1º Educación Social, Grupo E-1

        

INDICE

1. Análisis: detección de la cuestión crítica        3

2. Contextualización y perspectiva histórica        6

3. Relación ideas principales de Harriet con la Ley Orgánica 3/2007 de igualdad efectiva de mujeres y hombres.        7

4. Relación del contenido con los diferentes temas.        7

5. Síntesis: valoración crítica argumentada        8

6. Bibliografía        9

        

        

1. Análisis: detección de la cuestión crítica

A mediados del siglo XIX, es el momento histórico donde más en auge está la reivindicación de los derechos por la igualdad. Muestra de ello, son los movimientos dirigidos por mujeres para la consecución de los mismos.

Estas mujeres, realizaron su primera reunión pública en 1850 en el estado de Ohio. Más tarde, en Worcester sigue habiendo reuniones públicas, las cuales son presididas por una mujer y en ellas participan mayoritariamente mujeres. Como curiosidad, añadir que a esta convención sólo asistió una mujer negra, una antigua esclava llamada Sojourner Truth, víctima de la dominación sexista y de la opresión racista (Rodriguez, 2007).

El objetivo de estas reuniones públicas se dividía en 4 ramas;

Sufragio universal, una educación para las mujeres igual que la que recibían los hombres, poder participar en los mismos puestos de trabajo de los que gozaban los hombres y una igualdad a la hora de poder administrar leyes y asambleas.

Según Harriet, las mujeres nunca han disfrutado de los mismos derechos que los hombres. Pone el ejemplo distintas situaciones tanto de la sociedad británica como norteamericana donde debería haber cambios, como puede ser el hecho de que sean juzgadas por sus iguales. Es decir, que en vez de ser juzgadas nada más que por hombres, lo sean por mujeres al igual que los extranjeros tienen el derecho a que la mitad del jurado sean del mismo sexo que ellos. También hace referencia al hecho de que muchas mujeres que tienen propiedades, pero la ley se las otorga al marido, éstas siguen pagando los impuestos. Así como en estos casos y en otros se produce una gran diferencia de castas en la que una mitad predomina sobre la otra, se pregunta la razón por la cual se permite a una persona algo y lo mismo se le prohíbe a la otra.

Para ello achaca a la costumbre, que en la actualidad a menudo se utiliza en la frase "Siempre ha sido así y nunca nadie se ha quejado". Es propio de un pensamiento conservador, que tiende a pensar que cualquier cambio es malo y por lo tanto es rechazado, ya que sus privilegios o modo de vida podrían empeorar.  

La autora, pone de ejemplo a Platón y Condorcet como defensores de la igualdad de las mujeres.

Condorcet, en Esquisse d’un tableau historique des progres tomó posición una vez más en favor de la igualdad de derechos entre los sexos, abogando por "la total destrucción de los prejuicios que han establecido entre los dos sexos una desigualdad de derechos, funesta incluso para el sexo al cual favorece" (Fernández, 1991)

Es por eso que la costumbre y no la naturaleza, según Taylor Mill, es la que ha llevado a la mujer a ese estado de sumisión, de inferioridad política y civil.

En épocas antiguas han existido defensores de las mujeres, pero, aun así, las leyes estaban hechas por y para el hombre. La otra vara de medir que había, era la fuerza física traducida al dominio de la sociedad, dónde los más fuertes físicamente hablando, han sometido a la otra mitad. Reconoce que el mundo era joven, pero las costumbres seguían siendo injustas para la otra mitad y no sólo en el binomio hombre/mujer, otros aspectos como la religión, la monarquía o época feudal se incluían también.

Denuncia la segregación de los ámbitos público-doméstico como los lugares en los que está dividida la sociedad, los hombres para el público mientras que las mujeres para el doméstico, lo cual genera una desigualdad sexual. Acuñó el concepto de "esfera adecuada" que podría ser traducido como el lugar máximo al cual el ser humano puede llegar libremente sin ser discriminado por razón alguna.  Por ello, afirma que cualquier trabajo puede ser desarrollado por cualquier persona, sin importar su sexo o clase, ya que la sociedad se verá beneficiada, por lo que no debería haber interferencias a la hora de elegir la tarea.

Cabe recordar que, en la época en la que Harriet Taylor hizo estos escritos, las mujeres sufrían limitaciones educativas, ya que nada más se les permitía leer, escribir y realizar tareas domésticas. Las mujeres de clase media alta, para sobrevivir económicamente tenían que adentrarse en los conventos o a través del matrimonio.

Respecto al concepto de "esfera adecuada", hace un repaso a diferentes personajes históricos del sexo femenino que ocuparon un lugar elevado dentro de la sociedad, con lo que se reafirma en la idea de que cualquier persona que haya recibido una educación igualitaria y no se le haya privado de realizar determinadas tareas no correspondientes a su sexo, puede llegar a alcanzarlas. Justo lo contrario que pasaba en esa época, donde la educación diferencial asignaba los roles y defendía que cada sexo debía ocupar determinados puestos.

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