LA POBREZA EN MEXICO Y COMO AFECTA A LA SOCIEDAD
rafa102039 de Diciembre de 2011
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LA POBREZA EN MEXICO Y COMO AFECTA A LA SOCIEDAD
Introducción
En este ensayo se da a conocer como afecta la pobreza a México como sociedad, y las condiciones que crean este problema, como causa actitudes derrotistas, conformistas, etc. en la población “pobre” de México, esto es un problema muy visible en este país, ya que gran parte de la población se encuentra en pobreza y pobreza extrema, esto genera condiciones no favorables para el país como la delincuencia, la sobre población,etc. También a este sector de la población carece de oportunidades para estudiar y formarse académicamente este problema no permite progresar a estas personas.
También se discute primeramente el carácter de lo psicológico y social, para poder pasar después a una discusión sobre la marginación, la pobreza y la indigencia. Con una breve reseña de documentos legales y una reflexión a partir de una entrevista con funcionarios del Instituto de Asistencia e Integración Social, se integra lo visto, para cerrar la reflexión. Tomando como ejemplo una agencia de gobierno y su acción, desde un punto de vista específico y propio de la psicología social descrito y discutido, se aborda el tema de la marginación y pobreza y la atención ofrecida por parte de una agencia que implementa acciones específicas.
El 26% de la población en México se encuentra en condiciones de pobreza extrema. Tenemos alrededor de 4.2 millones de hogares en esas condiciones, con casi 24 millones de personas que representan ese 26% de población en 1.7 millones de hogares en zonas urbanas y 2.5 rurales (Gordon, 1997).
Quienes son excluidos en un inicio rápidamente se ven alterados, tanto interna como socialmente y tienden luego a hacerse aún más vulnerables y marginados. Es así que podemos decir como Bourdieu (1970) que las desigualdades sociales dependen de un conjunto de factores, mismos que en un momento dado pueden bien resumirse y describirse como una diferencia cultural. Los pobres manifiestan diferencias en normas y valores, así como en formas de interacción e intercambio y construyen códigos específicos de significación. Podemos decir que aquello que hace imposible para los sujetos obtener acceso a las instituciones sociales más fundamentales, por ejemplo de salud o educación, es de carácter cultural y subjetivo.
Es en la comprensión y reconocimiento del proceso social y subjetivo de la marginación y la pobreza que lleva incluso hasta la indigencia donde se hace posible reconocer aquello que puede ser necesario y apropiado para atender los principales problemas que representa y poder así promover acciones transformadoras. Solamente con el análisis y comprensión de todo el proceso, y también los componentes intrasubjetivos del mismo, que se hará posible formular propuestas con vistas a la recuperación de las fortalezas y abordaje de las carencias que conlleva. Es en este sentido que se hace necesario estudiar lo que la atención social a población marginada y en extrema pobreza engloba.
Psicología social
¿De qué psicología social estamos hablando?
¿Existe una psicología que no sea social? El ser humano se constituye en y por el lenguaje. Siendo el lenguaje medio para la institución, difusión y perpetuación de los símbolos, es con él que se construyen simultáneamente sujetos y vínculos intersubjetivos. Es en este medio que se gesta la urdimbre del tejido social. Al ser lo humano y lo social un entramado irreductible de sentido y relaciones que se desenvuelven permanentemente en el lenguaje ¿cómo pudiera entonces hablarse de una psicología que no fuera social?
En la estructura psíquica del sujeto, son los vínculos con otros que nos constituyen, lenguaje de por medio. Desde la díada con la madre (Caruso, 1979) y pasando por el complejo de Edipo, nos hacemos humanos al entrar en el lenguaje y relacionarnos así con otros, en un medio familiar, social e institucional específico. El campo de la psicología social es precisamente ese espacio simbólico y proceso de subjetivación. Son los múltiples elementos por los que este entramado de relaciones, interacciones y sentido se constituyen en motor del proceso subjetivo interno de la psique en cada sujeto, tanto en cuanto pensamiento consciente e inconsciente, como en cuánto estructura y esquemas para conocer, comprender y desenvolvernos en el mundo natural y en el social. Lo que se aborda es “la interdependencia entre procesos sociales y la experiencia de sujetos situados en condiciones históricas particulares” (Baz, 2001:22).
El campo de una disciplina es también la esfera en la que se aplica profesionalmente un conocimiento específico. Es el ámbito de la realidad social que corresponde a una división específica de la investigación en ciencias sociales. Es el tema o área de interés y especialización académica y el terreno del ejercicio profesional o quehacer, provincia y territorio de actividad, pensamiento, y estudio.
La psicología social aborda el lenguaje y el sentido, como medios por los que lo social opera en el pensamiento y lo configura, pero también como elementos del proceso inconsciente y afectivo. Trata de la estructura y formas de relación social que son modelo de los procesos al interior de la psique. (El inconsciente está estructurado como un grupo nos dicen tanto Pichón-Riviére como Kaës.) Trata de los discursos instituidos y los procesos instituyentes de creación (póiesis, producción) que son el proceso de acción en el que el sujeto participa. Aborda aquello a lo que afectivamente nos adherimos y aquello contra lo que luchamos, a partir de los vínculos intersubjetivos significativos que nos constituyen. Trata de proyectos y modos de actuar; esquemas de comprensión del mundo que le dan sentido a la experiencia y a lo conocido y que nos hacen sujetos sociales y nos guían en la acción. Por tanto, debe abordar también la ética y la moral en las que nos encontramos inscritos, involuntariamente o bien por elección. El campo de la psicología social es ese proceso de relaciones, vínculos y sentido, acción e inscripción que nos brinda identidad. “El asunto clave es el significado que la realidad tiene para los sujetos y la manera en que esos significados se hacen la base de conductas y acciones específicas” (Arano, 2001:27).
Como diría Pichón-Riviére, el objetivo de la acción profesional en psicología social es “operar en lo subjetivo-social de modo tal que los sujetos fuesen cada vez menos víctimas y más artífices de su propio destino” (Jasiner, 1992:13). Es abocarse a “la relación entre estructura social y configuración del mundo interno del sujeto” (p. 22). Implica abordar la relación entre los discursos imperantes del mundo en el que el sujeto participa y la constitución de su mundo interno y forma de ser. Por tanto requiere de la atención a la relación entre lo instituido, la normatividad del medio y la configuración subjetiva en acción.
“Ser sujeto es ser autónomo siendo, al mismo tiempo, dependiente.” (Morin, 1994:97). Para una “adaptación activa a la realidad” (Pichón-Riviére, 1975:11) que es criterio de bienestar de los sujetos, la participación en un grupo es una forma de hacer posible ese carácter activo de la adaptación. Y esto implica todo tipo de grupos. Se trata de medios microsociales que pueden hacer posible arribar a una perspectiva y sentido crítico, contestatario de la adecuación a una situación, por parte de un sujeto que lucha en contra de posicionamientos que se le han impuesto o en los que ha entrado, circunstancialmente, ya sea desde su nacimiento o en los momentos de su inserción en entornos familiares, de estudio, de trabajo, de amistades. Esa adecuación o adaptación activa a la realidad, antes que conflicto, implica aceptar y tomar en cuenta elementos que difícilmente pueden ser transformados radicalmente, pero al mismo tiempo implica valor, coraje, fuerza moral y empuje para luchar contra aquellos elementos que se busca transformar en alguna medida, para adecuarse en protesta y alterándolos.
En estos procesos precisamente es que la participación en grupos hace posible la transformación de una adaptación pasiva a la realidad en una que sea activa, mediante dispositivos y formas de organización social o bien técnicas profesionales adecuadas a estos procesos.
Procesos de subjetivación
En la medida en que la palabra es comprendida por otro y toma el carácter de una promesa es que cobra fuerza y se hace significante. Se constituye en el medio y la forma de convenir y contratar todo aquello que se imagina y que se construye como potencial a futuro. Se hace entonces parte de una permanente anticipación, que toma en cuenta lo posible y lo operativo, integrando a los otros en la comprensión de las situaciones. El acto de hablar con otros cobra valor en la planeación estratégica e integración de intereses y objetivos de unos y otros. El diálogo fluye a la par de la metáfora y la capacidad creativa de la imaginación que se pone en acción entre sujetos. En esta interacción activa, constituida antes que mediada por el lenguaje y la fuerza de las palabras, radica la posibilidad de futuro, hecha posible por el valor de compromiso y promesa en la que se fundan continuamente y cada vez más sólidamente los vínculos intersubjetivos.
En el lenguaje, la construcción de sentido opera en una circularidad y proceso continuo. Lo simbólico es producto directo de la construcción imaginaria. A su vez, tiene una fuerza y eficacia constituida y sustentada por mecanismos de regulación que se desprenden de la ilusión misma que con lo imaginario se establece.
Sin estar la imaginación, creación y expresión de cada sujeto particular acotada a los límites de un lenguaje
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