LA TAUROMAQUIA

TAUROMAQUIA, INCLEMENTE REALIDAD

Para hablar de la tauromaquia es necesario e indispensable, conocer donde nace esta práctica; “la tauromaquia se refiere a todo lo relacionado a la práctica de lidiar toros, tanto a pie como a caballo, y se remonta a la Edad de Bronce”. A principios del siglo XII nace en España en un concepto más moderno, las corridas de toros. Desde su nacimiento, esta ha generado diferentes argumentos tanto a favor como en contra por parte de los aduladores y los detractores, la tauromaquia se ha expandido con rapidez y fuerza, tanto que ha llegado a diversos países entre ellos Francia, Portugal, Colombia, México, Perú, ecuador entre otros.

Los argumentos han cambiado seguramente un poco, pero siguen basándose en lo mismo. Lentamente los activistas en contra de esta actividad, junto con los defensores de los animales, han proclamando que la tauromaquia es una agresión contra los derechos fundamentales de un animal, en especial del toro, a pesar de que esta práctica sea considerada cultura, arte y tradición para sus seguidores, esto no disminuye su crueldad, Todas las culturas tanto las occidentales como las orientales tienen elementos destructivos. La tradición no justifica la crueldad, el aprecio y el respeto no se demuestran por medio de la tortura. Estos con los cuales estoy plenamente de acuerdo, se refieren a las corridas de toros, como una arte de barbarie, una actividad en la cual, lo único seguro es la muerte del toro, después de un acto de tortura inhumana; los aduladores promulgan que la tauromaquia es una fiel representación de su cultura, diversión, arte, deporte y hasta la clasifican de tradición milenaria.

En su defensa estos fieles, argumentan que la tauromaquia es un arte porque cumple las tres condiciones fundamentales para poseer dicha categoría: Su fin es producir una emoción estética; como tal, está en perpetua evolución; y como todo arte, se ejecuta para un público, también proponen que las corridas de toros, representan una gran riqueza, no solo para sus esténtores, si no al mismo tiempo, para el país en el cual se lleva a cabo esta práctica, también afirman que están en todo su derecho de observar una actividad , defenderla y hasta lanzar injurias en contra de los defensores, con su famoso dicho “a la persona, a la cual la tauromaquia no sea de su preferencia, está en todo su derecho de no observar, no hablar y ni participar en las corridas de toros”; yo me pregunto, entonces, que hace el toro prestando presencia, si él no quiere ser maltratado, torturado y mucho menos ser la diversión de personas morbosas, con sed de sangre. A pesar de de esto, ellos insinúan que dios a creado al toro, para luchar con el torero y morir en esta lucha, creo, que Es pretencioso ponerse en el puesto de Dios y disponer así del destino de los animales. Afortunadamente algunos países están tratando de abolir esta actividad, de tortura y que es la viva representación del maltrato hacia los animales.

A mi parecer, la tauromaquia es un acto de crueldad, donde el toro, nada tiene para decir y está obligado a participar en una actividad, donde su muerte es segura, para el filosofo español Jesús monsterin, la tauromaquia no tiene nada de bello, ni de interesante en ver como torturan a un pobre toro, con elementos punzantes de metal, provocando así, su desangramiento.

Para algunos las corridas de toros, son algo sagrado y los patrocinadores de estos han hecho creer a sus seguidores, que en estas, el toro es tratado con respeto y cuidado como un animal sagrado, antes de entrar a la arena.

Con base, en desmentir estas afirmaciones, este pobre animal, no es más que un objeto de diversión, tratado como una bestia, lo que pocos no saben, es lo que el toro es obligado a pasar.

Quiero iniciar, con las primeras 24 horas antes de entrar a la arena: el toro ha sido sometido a un encierro a oscuras para que al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterre y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la imagen en el público de que el toro es feroz, sin embargo la condición natural del toro es huir, pero no atacar. También se le han recortado los cuernos para proteger al torero.

Aun así, lo patean. Le cuelgan sacos de arena en el cuello durante horas. Lo golpean en los testículos y en los riñones. Le inducen diarrea al ponerle sulfatos al agua que le dan de beber. Todo esto con el fin de minar su natural fuerza y llegue débil al ruedo y en completo estado de desorientación. Se le unta grasa en los ojos para dificultarle su visión y en las patas se les pone una sustancia que le produce ardor y escozor y le impiden mantenerse quieto, así el torero no deslucirá su actuación.

A pesar, algunas personas creen; que en las corridas, solo se hiere al toro; no están al tanto de lo que pasa con los caballos de los picadores: los bienhechores de esta actividad, eligen a caballos que no tienen valor comercial, porque el animal muere en 3 o 4 corridas, a lo mucho. Es muy habitual que el animal sufra quebraduras múltiples de costillas por las cornadas de los toros, al momento que el picador se acerca para picarlo. Se les coloca un peto simulando que se les protege, pero en realidad se trata de que el público no vea las heridas del caballo cuyas cicatrices frescas quedan en evidencia aún para el espectador que se encuentra sentado en el punto más lejano del recinto en donde se lleva a cabo el espectáculo. Me parece

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