LIDERAZGO AUTOCRATICO. HISTORIA DEL LIDREAZGO
turciosbDocumentos de Investigación8 de Marzo de 2017
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INTRODUCCIÓN
A través del paso de la humana, se han enaltecido las acciones realizadas por dirigentes de gobiernos, empresas, equipos deportivos o grupos de personas de cualquier índole. Normalmente ellos son reconocidos como líderes, es decir, personas que trabajan con un grupo e influyen en él para lograr un propósito que todos juntos pretenden alcanzar, son capaces de inspirar y guiar y además son reconocidos como modelo para todos.
El recorrido por la historia permite relacionar las actividades desarrolladas con las capacidades, habilidades y conocimientos de cada uno de los personajes que influyó en el desarrollo de la humanidad.
El trabajo de investigación realizado nos permitió identificar algunas de las cualidades que permitieron y permiten que un líder direccione los procesos de desarrollo humano y organizacional encaminados al aumento de la productividad y competitividad de su organización, para realizar las acciones necesarias que permitan potencializarlas para facilitar así el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad.
HISTORIA DEL LIDREAZGO.
Con la aparición del hombre se inició la transformación en el desarrollo propio de la naturaleza, la producción de instrumentos de trabajo, el descubrimiento del fuego, la invención del arco y la flecha, entre otros; permitieron inicialmente que los inventores no fueran tenidos en cuenta y en muchos casos tachados como “locos”, sin embargo, cuando se alcanzaba el resultado se convirtieron en modelo a seguir por toda la comunidad, siendo los líderes los que coordinaban esfuerzos y ayudaban a la división natural de trabajo acordes con el sexo y edad entre hombre y mujeres; adultos, niños y ancianos.
Nos movemos en un mundo globalizado, donde se exigen cambios y adaptaciones continuas a nuevas realidades.
Todo ello implica también a las organizaciones a transformar y cambiar su dirección. En todo ello destacamos el rol del líder como transformador dentro de una organización.
Se buscan dentro de las organizaciones trabajadores con características y habilidades personales y profesionales que les permitan rendir al máximo nivel. Las organizaciones quieren rendir al máximo.
El liderazgo puede llevar a las organizaciones hacia el éxito si se toman las decisiones adecuadas y se transforman los éxitos en oportunidades.
Uno de los líderes más comunes es el líder autocrático o autoritario, el cuál tiene pequeñas ventajas pero también grandes desventajas.
¿Qué es el liderazgo?
Resulta difícil definir el liderazgo dada su falta de consenso por parte de los investigadores de este constructo. Todo ello se deriva del hecho de que tiene lugar una interacción compleja entre el propio líder, los seguidores y el contexto o situación en la que tiene lugar dicha relación.
Por ejemplo, algunos investigadores definen el liderazgo basándose en rasgos de la personalidad o físicos, mientras que otros se fijan en ciertos comportamientos. No obstante, sí que existe un hilo común a todas las definiciones de liderazgo, y este hilo conductor se centra en la influencia social.
Es la influencia social ejercida por una persona sobre otras dentro de una organización. Así, podríamos definir el liderazgo como la manera en la que se influye en los empleados para que, voluntariamente, persigan los objetivos de la organización.
El liderazgo organizacional es el proceso de influencia social en el que el líder busca la participación voluntaria de los seguidores (empleados, subordinados, colaboradores…) en un esfuerzo por alcanzar los objetivos de la organización. No debemos confundir el liderazgo con la dirección organizacional.
¿Qué es el liderazgo autocrático?
El liderazgo autocrático o autoritario es una forma de liderazgo en la que los líderes de la organización tienen el poder absoluto sobre sus trabajadores o los equipos que dirigen.
El estilo autocrático caracteriza al líder que no permite participar a los miembros del grupo en las decisiones, de manera que acaba dominando e induciendo respuestas sumisas por parte de los miembros.
Procede del griego “auto” (uno mismo) y “kratos” (gobierno o poder), de manera que es un sistema de gobierno donde la voluntad de un individuo, en este caso el líder, es la ley, dado que la autoridad recae sólo sobre él.
De este modo, los propios miembros de la organización no tienen oportunidades (o éstas son muy limitadas) para sugerir cosas, incluso aunque éstas vayan en beneficio de la propia organización.
El líder autocrático indica a los subordinados lo que espera de ellos, especifica el trabajo que ha de realizarse y las metas que deben alcanzarse y guía de manera específica sobre cómo lograrlo.
Uno de los autores, Richard Shell, de la Universidad de Ohio, planteó que existen cuatro estilos básicos de liderazgo: el autocrático, el burocrático, el liberal y el democrático.
LA PARADOJA DEL LIDERAZGO AUTOCRÁTICO (texto extraído de un libro del mismo nombre escrito por: MARIANO CODOÑER C., JOSE ANTONIO GARCIA MAYORGA)
Uno de los problemas que más afecta el funcionamiento de las organizaciones es la falta de un liderazgo efectivo, que logre alcanzar los resultados deseados a través de la gente. Por supuesto que no estamos acá haciendo referencia al tipo de liderazgo que usualmente se observa en la mayoría de instituciones: Aquel encarnado por líderes autocráticos que, haciendo gala de un buen “don de mando”, o de poseer “carácter” para dirigir a las personas, se enorgullecen al mostrar las cifras record alcanzadas o las metas sobrepasadas. Es necesario reconocer que en muchos casos este tipo de líderes alcanzan resultados, eso es innegable como ya lo planteamos hace unos pocos párrafos, pero lo que se pasa por alto es el elevado costo que este enfoque representa: La gente cumple pues tiene miedo. Miedo a ser despedida, miedo a ser ridiculizada, miedo a ser humillada frente a otros, miedo… siempre miedo. Ello provoca que la mayoría de quienes están sometidos a una presión como esta, constantemente estén buscando cambiar de empleo y, ante la primera oportunidad que se les presenta, abandonan el barco, y eso representa un costo elevadísimo. Según algunos investigadores, el costo de la rotación de personal, por cada persona que se va, es equivalente al monto de dos meses de salario de esa persona. Calcule usted la cantidad de dinero perdida en una empresa que tiene alto nivel de rotación. Además, en el ambiente provocado por un líder autocrático se elimina la creatividad, la iniciativa y la espontaneidad pues a nadie le gusta aparecer como tonto ante otros, sólo porque a un “brillante” jefe no le gustan las ideas planteadas por sus “torpes” subalternos y las ridiculiza y rechaza en forma tajante.
La gente sometida a un liderazgo autocrático no experimenta el más mínimo deseo de comprometerse con su trabajo y con la empresa para la que trabaja. Hace las cosas que se le dicen, pero no intenta ir más allá. ¿Cómo iba a hacerlo si ir más allá representa el riesgo de despertar la ira, el sarcasmo del jefe o una nueva reprimenda? Por supuesto, que hay estilos de liderazgo diferentes, y mucha gente que ejerce posiciones de poder lo sabe. Sin embargo no logran ejercitar una manera diferente de conducir a la gente a lograr resultados si no es con el “látigo en la mano”. ¿Por qué? A nuestro juicio es un asunto de concepción de la vida y de lo que hacemos en ella. Del concepto que tenemos de nosotros mismos y de los demás. Es un asunto de paradigmas, como ya se apuntó en el capítulo anterior .Es un problema de esquemas mentales, la mayor de las veces inconscientes que nos dictan cómo tratar a “esos otros”. Si una persona se “siente” superior a los demás
, “cree” que es más inteligente, cree ser infalible, ¿Cómo entonces puede aceptar ideas ajenas y errores propios? ¿Cómo podemos pedirle que confíe en la sabiduría del grupo? ¿Cómo podemos pedirle que considere las ideas de otros en forma equivalente a como considera las suyas? Es conveniente acá recordar que el papel fundamental de un líder, su verdadera MISIÓN es LOGRAR QUE LA GENTE:
Haga lo que de ella se espera
Lo haga bien hecho
Lo haga en tiempo
Con el mínimo posible de errores
Esforzándose por mejorar
Y…
¡CONTENTA!!!
Por supuesto que para lograr lo anterior, es necesario despojarse de concepciones erróneas, muchas veces muy enraizadas, pues recuerde que son inconscientes
: “La gente se aprovecha si se le da confianza”; “estos son llevados por mal”, “lo que se necesita es mano dura”, “si uno no está encima la gente no cumple”… y muchas otras de este tipo.
Aclaramos que no estamos haciendo apología de un liderazgo tolerante y falto de dirección, disciplina y eficaz conducción. No estamos hablando de un líder con estilo de Santa Claus, que a todo responda con un ¡Jo,jo,jo! Estamos hablando del trato digno que debe darse a las personas. La mayor parte de la gente no es llevada por mal, aunque haya algunos pocos que sí. No es cierto que haya que estar “encima” de la gente para que cumpla, aunque hay uno que otro caso. El serio problema es que muchos líderes asumen que por estos pocos malos trabajadores (estudiantes, miembros del equipo, compañeros, etc.) todo mundo necesita la aplicación de la fuerza para cumplir y tratan a todos por igual, con lo que desmotivan al grupo completo, pues la mayoría de gente no necesita estar siendo supervisada si cuenta con los conocimientos, destrezas, habilidades y condiciones adecuadas para desarrollar sus tareas.
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