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LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA POLÍTICA SOCIAL

escalona4 de Junio de 2012

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LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA POLÍTICA SOCIAL

Introducción.

El desarrollo humano aparece como una nueva cuestión social del siglo XXI, como consecuencia de las fracturas sociales que se presentan en este nuevo mundo globalizado y que motiva redefinir una nueva política social, que necesita de nuevas reflexiones y estrategias eficaces para la medición de lo político y lo económico, para poder alcanzar los objetivos conociendo las causas disgregadoras de la sociedad. Por lo consiguiente la sociedad moderna tiene nuevos retos originados por una globalización desmedida y creciente, teniendo una nueva fase de producción capitalista donde el capital se internacionaliza de una manera acelerada, en lo social ahora también esta sujeto a cambios con una mayor organización, mas allá de Estado-Nación para poder mantener un control y evitar desequilibrios sociales.

El conjunto de políticas sociales tienen una relación directa con las causas y efectos estructurales que genera el sistema económico de cualquier sociedad y que se presentan en una manera clara en la disgregación social generando desigualdades sociales, que es la función principal del desarrollo humano ver la manera de que haya igualdad, equidad para que el desarrollo social tenga un equilibrio y se tenga una mejora en las condiciones de vida de las poblaciones y por consiguiente el crecimiento del desarrollo económico.

Como definición el desarrollo humano es el proceso por el que una sociedad mejora las condiciones de vida de sus ciudadanos a través de un incremento de los bienes con los que puede cubrir sus necesidades básicas y complementarias, y de la creación de un entorno en el que se respeten los derechos humanos de todos ellos. También se considera como la cantidad de opciones que tiene un ser humano en su propio medio, para ser o hacer lo que él desea ser o hacer. El Desarrollo Humano podría definirse también como una forma de medir la calidad de vida del ser humano en el medio en que se desenvuelve, y una variable fundamental para la calificación de un país o región.

El desarrollo humano, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, integra aspectos del desarrollo relativos al desarrollo social, el desarrollo económico (incluyendo el desarrollo local y rural) así como el desarrollo sostenible.

Desarrollo.

La Política Social, sensu stricto, nació durante el siglo XIX como “moralización de la economía”, de la mano de la Sozialpolitik germana, y ligada a la generalización de la legislación laboral y los seguros sociales; un fenómeno que nos remite a una cuestión social originaria, el llamado problema obrero, eminentemente industrial y con trabajo y capital como protagonistas. Posteriormente, tras la Segunda Guerra mundial, la difusión del paradigma del welfare anglosajón por Europa Occidental, dio lugar al nacimiento del denominado como Estado del bienestar, constitucionalización de los “derechos sociales” y universalización de las prestaciones socio-económicas básicas (Tirmuss, 1981). Pero el siglo XXI debe discernir el contenido y dirección de la nueva cuestión, ante una revolución tecnológica que transforma, rápidamente, las formas individuales y colectivas de existencia. Ahora bien, Patrick de Laubier mostraba como toda Política social, realizada en el pasado o proyectada en el futuro, “dependía y depende de una voluntad política y de una situación económica”; de ellas surgen sus creaciones, se determina su posibilidad, pero también surgen sus contradicciones . Las “fracturas sociales” emergentes (de nuevo cuño o de persistente problemática) que conlleva esta nueva cuestión, así como las nuevas “mentalidades sociales” asociadas, fruto de una economía globalizada y una comunicación de ámbito mundial, impelen a reflexionar sobre las teorías y los métodos hasta ahora empleados

Los sectores de la política social tienen una nueva perspectiva, que está destinada a resaltar los cambios y las aceleradas transformaciones de las últimas dos décadas en materia de progreso social (conocidas como etapas de transición), la cual contempla tres momentos de análisis:

1. ubicar a la transición en el contexto de la globalización, enriqueciendo los debates acerca de la desigualdad social y la internacionalización de los procesos sociales.

2. hacer referencia al debate entre desarrollo o crecimiento, resaltando la controversia entre el modelo dominante y el emergente.

3. analizar las bases sobre las cuales se construye el concepto de desarrollo humano.

El propósito básico del desarrollo humano es ampliar las opciones de las personas. En principio, estas opciones pueden ser infinitas y cambiar a lo largo del tiempo. Por lo general, las personas valoran logros que no aparecen del todo, o por lo menos inmediatamente, en cifras de ingreso o crecimiento: mayor acceso al conocimiento, mejor nutrición y servicios de salud, medios de vida más seguros, seguridad frente a crímenes y violencia física, un tiempo libre más satisfactorio, libertades políticas y culturales y un sentido de participación en actividades comunitarias. El objetivo del desarrollo es crear un ambiente que permita a las personas disfrutar de una vida larga, saludable y llena de creatividad.

El paradigma del desarrollo humano lleva a cabo un importante servicio al cuestionar el supuesto vínculo automático entre la ampliación del ingreso y la ampliación de opciones humanas. Dicho vínculo depende de la calidad y distribución del crecimiento económico, no sólo de la cantidad de dicho crecimiento. Un vínculo entre crecimiento y vidas humanas tiene que crearse a conciencia a través de políticas públicas deliberadas, tales como el gasto público en servicios sociales y en políticas fiscales para redistribuir el ingreso y los bienes. Este vínculo no existe dentro del accionar automático del mercado, lo que puede marginar aun más a los pobres.

Transición y globalización.

Los inicios del “nuevo proceso de globalización” se caracterizaron a partir de los años setenta por la recesión a nivel mundial, los países no habían podido mantener sus ritmos de crecimiento económico ni habían logrado el “derrame” para los sectores mayoritarios de la población.

La idea de que la globalización representa algo nuevo es una presunción de finales del siglo veinte. Los países en desarrollo han sido integrados crecientemente en una economía global desde el descubrimiento del Nuevo Mundo hace ya más de cinco siglos. Existen algunos importantes elementos de continuidad entre el pasado y el presente, incluyendo el papel de los países ricos en la gestión de los mercados globales para favorecer sus propios intereses. Sin embargo, a principios del siglo veintiuno la globalización está revolucionando las relaciones económicas entre los países y la orientación futura de los cambios tendrá profundas implicaciones en la lucha contra la pobreza.

Dicho de la forma más sencilla posible, el término «globalización» designa la interdependencia creciente entre los países del mundo. El comercio internacional, unido a enormes incrementos en los movimientos de capital, la rápida expansión de las empresas transnacionales (ETN) y el cambio tecnológico, es uno de los motores más poderosos de esta interdependencia. Pero detrás de fuerzas económicas abstractas, la globalización está transformando también la vida de la gente corriente y redefiniendo las relaciones económicas entre los países

En México la desigualdad social se ha acrecentado aceleradamente y aunque las cifras estadísticas varían y los niveles de pobreza se clasifican de varias formas, se ha determinado que para 1994 el 69% de la población nacional se consideraba pobre. De ese total, 40% de la población se encontraba en pobreza extrema y 29% en pobreza moderada. (Boltvinik 98)

De continuar estos desequilibrios entre países desarrollados y países en desarrollo las condiciones sociales de la mayor parte de la población mundial serán inhumanas y a nivel de los países la desigualdad social se constituirá en un elemento de desestabilización política.

Los indicadores económicos de la globalización apuntan a cambios importantes en la forma en que los países se relacionan en la economía internacional, aunque estos indicadores cuantitativos reflejan cambios bastante más profundos, resultado de tres fuerzas interrelacionadas: nuevas tecnologías, aparición de sistemas globales de producción y operaciones de empresas transnacionales.

Los indicadores sociales son estadísticas, serie estadística o cualquier forma de indicación que nos facilita estudiar dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos con respecto a determinados objetivos y metas, así como evaluar programas específicos y determinar su impacto (ONU, 1999).

Algunos indicadores sociales son:

• Acceso a la salud y las instituciones de seguridad social

• Acceso a la educación

• Vivienda y servicios

La globalización puede verse desde dos perspectivas diferentes.

La primera "parte de la idea de Estados soberanos que actúan en forma privilegiada desde el campo político -y militar- y están en creciente interdependencia y coordinación internacional entre ellos".

La segunda propone como característica principal una fuerza económica que "no se identifica con las divisiones territoriales de los Estados" que rige los procesos globalizadores.

La globalización expresa una tendencia convergente en lo político, lo económico y lo cultural, así como la intensificación y alargamiento de las relaciones sociales gracias a la formación de una red que cubre todo el globo.

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