La Criminalidad

La criminalidad en México

Como primer punto explicare los conceptos de, delincuencia, no es un fenómeno espontaneo. Siempre existen factores que lo acusan o la desencadenan. La exacerbación delictiva puede considerarse como la expresión de un serio y complicado malestar social con repercusiones en la ley penal. En todos los países del mundo y en todas las épocas de la historia ha habido crímenes.

La delincuencia es una conducta exclusivamente humana que no se observa en otros seres vivos, en los que la agresión se limita a la necesaria para alimentarse y defender a la especie y el territorio.

En las grandes ciudades del mundo entero las tasas de delincuencia han aumentado en forma drástica; la violencia juvenil es un fenómeno corriente y cada vez más ciudadanos, especialmente mujeres y ancianos se sienten inseguros. Cada vez hay más consenso con respecto a que la seguridad pública tiene una gran influencia en la calidad de vida y en el desarrollo económico y social de las comunidades. La delincuencia corresponde a la calidad de delincuente

La delincuencia es uno de los problemas criminológicos que crece cada día más, no solo en nuestro país, si no también en el mundo entero, es una de las acciones socialmente negativas que va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres creadas aceptadas por la sociedad.

Es así que pasmos hablar sobre la criminalidad en México ha sido un flagelo que se incrementó a partir del año 2000, con la llegada al poder de personas ineptas e irresponsables, quienes sin más iniciaron una estéril y cruenta lucha, particularmente en el ámbito de las drogas, renglón que en todo el mundo tiene su propia estabilidad, no obstante, en mi patria se convirtió en el único tema de los gobiernos panistas; como consecuencia de ello, se acrecentó el crimen en forma descomunal; empero no sólo se propició el aumenta el tráfico de enervantes, sino también su consumo, amén de delitos graves como la privación ilegal de la libertad, la extorsión, la trata de personas y el lavado de dinero.

Los datos que poseemos en México en materia de delincuencia son alarmantes y sólo equiparables con países en guerra. Se afirma que entre las 50 ciudades más peligrosas del planeta están 13 mexicanas: Tijuana, Acapulco, Ciudad,Juárez, Torreón,Cuernavaca, Durango, Chihuahua, Reynosa, Mazatlán, Culiacán, Nuevo Laredo, Tepic y el Distrito federal. Otras poblaciones también inseguras son: Mexicali, Tampico, Matamorosy varias del estado de México. De hecho, en esta última entidad, según una encuesta realizada por el Instituto Ciudadano de Estudios sobre Inseguridad, se deduce que el 15% de los mexiquenses ha padecido algún tipo de delito durante el último. Asimismo, se agrega en la estadística en cita que se cometen casi 16 mil delitos por cada 100 mil habitantes.

Los ilícitos denominados de alto impacto para la ciudadanía, como son el homicidio, secuestro, robo y extorsión han tenido un galopante incremento en todo México; esencialmente el secuestro, ya que año con año crece más de 6 por ciento.

De igual manera, los registros revelan que la cantidad de homicidios, tanto dolosos como culposos, se ha multiplicado considerablemente en cada uno de los estados del país, inclusive cada año se da un perturbador aumento en el caso de los asesinatos.

La delincuencia es una cuestión lacerante y el pan de cada día en México. Resulta importante destacar que el bajo número de detenciones y encarcelamientos de malhechores, hacen mayor el problema, ello aunado a una economía raquítica y la corrupción imperante en las instituciones de seguridad pública y de justicia.

En el rubro político no se ha sentido un cambio sustancial, las muertes siguen siendo la constante, acompañadas de los actos más aviesos que se puedan imaginar; por ejemplo, cuerpos desmembrados, cabezas cercenadas, colgados y quemados.

Continuando con las cifras, según el Centro de Investigaciones para el Desarrollo, AC por sus siglas CIDAC, del 100 por ciento de los delitos cometidos en México, en promedio, los ministerios públicos estatales averiguan sólo el 20 por ciento, 9 por ciento llega a un juez y sólo 1 por ciento se castiga.

La incidencia delictiva por cada 100 mil habitantes en suelo azteca, es casi el triple de la observada en Estados Unidos en 2009.

La proporción de delitos que no se denuncian se conoce como cifra negra. La media nacional para 2010 de cifra negra era de 83 por ciento, es decir, ocho de cada 10 delitos nunca son conocidos por las autoridades; los motivos por los que éstos no se denuncian, el 69 por ciento se debe a la ineficiencia del Ministerio Público.

Otras razones por las cuales no se denuncia, según dicta el CIDAC, son en un 39 por ciento por pérdida de tiempo, 16 por ciento por desconfianza en quienes se encargan de impartir justicia, 10 por ciento por trámites largos y difíciles, 9 por ciento al ser delitos de poca relevancia, 8 por ciento no tenía pruebas, 6 por ciento por miedo al agresor, 3 por ciento ante la actitud hostil de los funcionarios gubernamentales, 1 por ciento por temor a que lo extorsionaran y 8 por ciento otros.

Respecto a los óbitos, se señala que de 2007 a 2010 éstos se dispararon 700 por ciento. La cantidad de fallecimientos por año es: 2007 con 2,826; 2008 con 6,837; 2009 con 9,614 y 2010 con 15,273. El 9% del territorio mexicano concentra el 50% de los homicidios relacionados con el denominado crimen organizado: Chihuahua 29 por ciento, Sinaloa 13 por ciento y Guerrero 8 por ciento.

Subraya especialmente CIDAC, que la dificultad más grande que enfrenta la procuración de justicia en México, es que el Estado no ha sido capaz de erguirse como una amenaza creíble de castigo para quien delinque. Desde hace 10 años, los índices de impunidad han permanecido estables: sólo uno de cada 100 delitos cometidos en el país recibe sanción.

Invariablemente, la enorme disyuntiva que afronta la procuración de justicia mexicana es la impunidad, ya que sólo en uno de cada 100 delitos existe condena. Otra contrariedad es el tiempo para integrar una averiguación previa, todo un procedimiento plagado de burocracia.

La desesperanza por tanta anarquía, la lentitud e iniquidades, han permitido llegar al arrebato de la justicia de propia mano, donde el linchamiento colectivo al estilo Fuenteovejuna es cada vez más frecuente; en esta desgraciada práctica sólo se muestra no creer en la justicia, ni mucho menos en jueces o en pícaros policías, donde las sanciones parecen vergonzantes.

ESTADÍSTICA

La información es un factor estratégico para evaluar el desempeño institucional, asegurar el cumplimiento

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