La Ecología Del Desarrollo Humano

La "teoría ecológica del desarrollo humano" de Bronfenbrenner, estudia el modo en que los diversos contextos se interconectan y se influyen, determinando las posibilidades de desarrollo de un sujeto. Dicho de otra forma, nos permite entender la influencia que tienen los diferentes ámbitos en los que el niño se desenvuelve, para su correcto desarrollo.

El postulado básico de esta teoría explica que el desarrollo humano supone la progresiva acomodación entre un ser humano activo, en desarrollo y las propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que vive. Por lo que se podría decir que los ambientes naturales son la principal fuente de influencia sobre la conducta humana.

De aquí surge lo que Bronfenbrenner denomina el “ambiente ecológico” entendido como un conjunto de estructuras seriadas y organizadas en diferentes niveles, en donde cada uno de ellos contiene al otro. Estos niveles son: EL MICROSISTEMA Es nivel más inmediato en el que se desarrolla el individuo (usualmente la familia, el colegio). Corresponde al patrón de actividades, roles y relaciones interpersonales que la persona en desarrollo experimenta en un entorno determinado, con características físicas y materiales particulares; EL MESOSISTEMA comprende las interrelaciones de dos o más entornos en los que la persona en desarrollo participa activamente. Las características de las relaciones en estos entornos que mejor promueven el desarrollo son la confianza mutua, la orientación positiva, y un creciente equilibrio de poderes, lo que se puede denominar “vínculo de apoyo”; EL EXOSISTEMA lo integran entornos o contextos más amplios que no incluyen a la persona en desarrollo como participante activo, pero que es influida por ellos; y finalmente, EL MACROSISTEMA lo configuran la cultura y la subcultura en la que se desenvuelve la persona y todos los individuos de su sociedad. Dentro de una misma cultura, los entornos son muy similares entre sí, mientras que difieren claramente de unas culturas a otras. Por esto, el autor estima conveniente para el desarrollo del niño, la participación del mismo en actividades que le pongan en contacto con personas de otros entornos distintos al suyo.

Los ambientes definidos en el modelo ecológico se caracterizan en términos de sistemas. Así pues, el nivel más interno del sistema ecológico es la díada (sistema de dos personas). Hay tres tipos de díadas: Díada de observación (uno presta atención de forma duradera y cercana a la actividad del otro, quien reconoce el interés); Díada de actividad conjunta (lo que hace uno influye en el otro y viceversa, por ejemplo, una madre lee un cuento a su hijo); Díada primaria (el uno aparece en los pensamientos del otro, influyendo en su conducta aunque no esté presente). Además de las díadas, son importantes las tríadas, las tétradas y otras estructuras más grandes.

Bronfenbrenner da una gran importancia a las actividades molares, las cuales indican el grado y la naturaleza del desarrollo psicológico, siendo el medio principal por el que el ambiente influye directamente en la persona. Es por esto, por lo que propone que se introduzca en las escuelas un “currículo para cuidar”, en el que se pediría a los niños que asumieran la responsabilidad de cuidar a otras personas (bajo la supervisión de adultos). De este modo, el autor defiende que el desarrollo humano se puede facilitar a través de la interacción con personas que ocupan una variedad de roles diferentes. De ahí, que considere preocupante los escasos roles sociales que se adquieren en el colegio, en donde hay pocos modelos adultos. Para solucionarlo sería beneficioso que los niños pudiesen entrar en contacto con los roles y las actividades de la sociedad, mediante la participación de otras personas adultas que no sean los profesores.

...