La FARC no quiere la paz, quiere el poder
Maria SeguraApuntes13 de Septiembre de 2016
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LAS FARC NO QUIEREN LA PAZ, QUIEREN EL PODER
Con base en el artículo, recientemente publicado en el Heraldo Las Farc no quiere la paz, quiere el poder: Alias Karina, quiero compartir con Ustedes las siguientes reflexiones
Esta, sin lugar a dudas, es una de las tantas verdades de este proceso. Es 100% cierto! ¿A alguno le quedan dudas? Sin embargo es sólo una de las tantas verdades que se entretejen en todo este asunto... O es que no han habido, hay y habrán otros grupos - organizaciones - instituciones y actores que también desean lo mismo? y que de formas más nocivas para la democracia, lo hacen bajo la ̈legitimidad ̈ que les da un cargo o nombramiento público?
Yo quiero reflexionar sobre el punto del poder: ¿quién no lo anhela?, ¿quién no lo busca?, ¿quién teniéndolo no teme perderlo y muchas veces busca maneras perversas para mantenerlo?... No nos vayamos muy lejos: en el propio seno de las familias, en los puestos laborales, en el vecindario, en las escuelas, en grupos de investigación, agremiaciones, etc SIEMPRE hay uno (individual o colectivo) que ostenta mayor poder que otros, y sin ser infrecuente incluso emplea el mismo para dominar (en vez de usarlo en beneficio de los que no lo poseen)....
Desde la primatología (estudio de los primates: ancestros de nuestra especie) se ha demostrado que el deseo por poder es algo innato en nosotros; siempre hay quien quiere ser reconocido por tener mayor poder; de igual forma hay una tendencia innata a dominar a otro. Ahora bien, con los valores, ideales y creencias propias de la modernidad (permeadas a través de la colonialidad, el patriarcado y el capitalismo) esta naturaleza humana está siendo exacerbada!
Conocer esto y ser conscientes de esta verdad es esencial, pero el punto central, según mi percepción, va más allá... Bajo la premisa -demostraciones igualmente científicas- de que también somos capaces de desear y lograr la solidaridad, empatía y compasión; como especie inteligente, social y con lenguaje avanzado, me pregunto ¿será que no podremos ser capaces de compartir el poder?, ¿no somos capaces de generar relacionamientos mas equitativos entre todos?, ¿relacionamientos en donde la dominación de unos sobre otros no exista o, por lo menos, sea menos salvaje?
Creo que el proceso de paz invita a reflexionar sobre muchas situaciones, una de ellas, sin duda, el poder! el poder para qué? con qué propósito? el poder que poseo puede beneficiar a otros que no lo poseen? podremos unirnos -y potenciar poderes sociales, colectivos y políticos- para transformar la realidad? YO CREO QUE SI... y al menos con todo este tema del plebiscito estamos dando unos pasos hacía esa dirección
Debemos ser conscientes de que todo esto del ̈acuerdo de paz ̈ tiene de por medio intereses inimaginables con potenciales desenlaces, igualmente inimaginables (como siempre ocurre cuando coinciden dos o más personas frente a la disponibilidad de algún bien o recurso). Sin embargo, más allá de discutir este hecho considero que la reflexión debe darse entorno a dos cuestiones: ¿qué nos impide buscar el interés propio sin lesionar al otro? y, mejor aún, ¿qué nos impide buscar un bien propio que también beneficie al otro?
Considero que todo esto del ̈acuerdo de paz ̈ en el fondo no es más que un momento histórico compartido y sentido que nos ofrece la oportunidad de pensarnos como iguales, de ampliar la compasión por nosotros mismos y por los otros, de entender que la paz comienza en nuestro interior, y consiste en ese estado del ser que se alcanza cuando existe congruencia entre lo que se piensa, se siente y se hace.
Esto, a mi manera de ver las cosas, sólo será posible cuando logremos aceptar las diferencias - ̈errores ̈, ̈defectos ̈, ̈limitaciones ̈, ̈incongruencias ̈- que hay en nosotros mismos, y a partir de allí, aceptemos las diferencias del otro; sólo cuando miremos con ojos de compasión al otro -porque en el/ella se refleja también mi fragilidad humana- y asumamos una actitud abierta a ver, escuchar y sentir los matices que ofrece la experiencia particular del que está enfrente.
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