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La Fonda aristocrativa, Alberto Edward


Enviado por   •  4 de Junio de 2019  •  Resúmenes  •  2.128 Palabras (9 Páginas)  •  140 Visitas

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La fronda aristocrática.

Alberto Edwards.

La ideología de Diego Portales.

Teoría de que la humanidad sólo ha marchado al impulso de unos pocos hombres superiores. (Carlyle)

L a transformación de Chile operada por Portales, fue tan radical y profunda que marca un antes y un después sumamente fuerte en la continuidad de la historia de Chile, su espíritu e “ideal” personal de como debe marchar un país lo logra plasmar en el espíritu de nación. Ideal que no era compartido por nadie más que él mismo, convertido en patrimonio común.

Ideas que lograron enfrentar y vencer el periodo “anárquico” en que se situaba el Chile antes de 1830, pasando por encima de la aristocracia y los caudillos.

Su obra de querer restaurar los valores y aceptación de lo que antes fueron las instituciones de la colonia: un gobierno/estado con un poder fuerte y duradero, pero, por sobre todo, legitimo e impersonal (alejado de caudillos). Un respeto y obediencia ciega a la autoridad sin la necesidad explicita de la coerción. Ideas viejas, pero adaptadas a las condiciones objetivas de su periodo.

Restaurar los fundamentos espirituales de la monarquía, como la fuerza conservadora del orden y de las instituciones.

Portales no era tan indiferente a la institución escrita, pero estaba de acuerdo con la idea superior de esta política, un convencido en “arreglar el resorte principal de la máquina” que significaba el estado; autoridad tradicional, gobierno obedecido, fuerte, respetable y respetado, superior a partidos y caudillos. Obedecer al gobierno sin importar quien gobierne; de Carlos III a Bulnes.

La independencia le trajo miedo, porque sabía el caos anárquico que traería consigo, pero aceptó este nuevo régimen como algo consumado, sin embargo, se tenía que reconstruir ese poder fuerte del gobierno ya mencionado, sumisión y respeto a la autoridad entendida como el gobierno (no la persona).

Portales no concebía el poder sin forma, accidental o transitorio, el habría querido una constitución que legitime ese poder de manera legal, una fuerza tradicional y permanente.

Portales hombre de acción

Su idea era realizable y capaz de organizar un poder organizado y duradero en “toda forma”, porque esta residía en una fuerza espiritual orgánica (en la conciencia común) que sobrevivió a la independencia: obedecer al gobierno legítimamente establecido. Nada más difícil de llevar a la práctica.

De la estabilidad y las características sólidas del régimen monárquico sólo quedaba la obediencia pasiva, era necesario hacer surgir el orden después del caos generado por la revolución, debía nacer un gobierno hijo de la revuelta, pero que a la vez inspirase la veneración religiosa al gobierno (que usualmente acompaña a instituciones establecidas).

Para restaurar el país después de la anarquía de 20 años, para hacer el puente entre 1810 y 1830 para reestablecer la tradición interrumpida, era necesario un hombre inspirado en un pensamiento abstracto, grandioso y muy hábil, el mismo que logro reunir alrededor suyo a los elementos más contradictorios: O’Higgininistas, carreristas, realistas, la aristocracia pelucona (que exilio a O’Higgins) y a los que no logró atraer (pipiolaje) los desarmó de un solo golpe en sus intentos de surgir con el fantasma de la agitación democrática como si nunca hubiera existido.

Una serie de golpes para subyugar la rivalidad de estos grupos de poder que afectaban la estabilidad y sus aspiraciones de restaurar la fuerza del gobierno, “una revolución dentro de otra”, se elimina a toda la oficialidad libera en el ejercito y se organiza la guardia nacional imitando las milicias coloniales como medio de armar a la sociedad frente a cualquier intento de caudillaje.

En Santiago reinaba el orden y la eficacia de un gobierno legítimo, nacido de la rebelión, castigaba la rebelión como un crimen. La revolución que llevó Portales no llegó a decretos o leyes, sino que puso todo en orden de manera silenciosa.

Portales guardaba hostilidades al resurgimiento de caudillos de la independencia por el riesgo de volver al caos, por eso eliminó todo intento del O’Higginismo en la política, para que nunca se pudieran levantar y el espíritu frondista de la aristocracia dominado.

Inaugurado un gobierno impersonal, al vencedor que la masa obedecía y respetaba por derrotar a la anarquía. Entonces, de acuerdo con su ideal de impersonalidad en un acto de patriotismo y desinterés deja el poder y vuelve a Valparaíso junto con negarse a ejercer otro cargo público, después de vencerlos a todos se vencía a si mismo, logro crear un poder fuerte no vinculado a nadie, menos a él.

La fronda en desarme

Existió un intento de caracterizar el periodo de 1823-30 como un periodo de luchas ideológicas, pero esto roza lo simplista, las clases nunca estuvieron realmente organizadas y no combatían con algunas que no existían (clase media), sino más bien fue una disputa de caudillos de la aristocracia y por su carácter poderoso, los líderes del país nunca trataron de enfrentarla, por el contrario, trataron de atraerla, la política era personal (caudillo).

La aristocracia chilena se ha caracterizado siempre como una mezcla extraña de sentimientos burgueses y orgullo feudal, buscaban la estabilidad y el orden en el gobierno, el progreso económico, la paz y sus interese, pero también aspiraban a la dominación oligarca de lucha libre y ambiciosa heredada de la independencia con carácter señorial. Un espíritu frondista.

Espíritu que se debilitó por consecuencia de sus propios actos que propiciaron el desorden y la ruina pública. Portales era el enigma que llegó con sus ideas viejas de “restaurar el orden colonial”, la aristocracia ya estaba dispuesta a adorar aquello que antes derrumbó, a cambio de orden y tranquilidad, ahora se encontraban en una situación ventajosa que les dio Portales, el cual eliminó la posibilidad de resurrección del cesarismo y golpes maestros contra los pipiolos, dándoles ya en 1830 un poder fuerte, sólido e impersonal, el buen gobierno con respeto a la tradición.

Se procuró dignificar el poder en las costumbres, más que en las instituciones, y las altas funciones políticas volvieron a ser como antes, una especie de título nobiliario.

La república en forma.

Se constituyeron las fuerzas espirituales superiores que constituyen al estado como ser viviente, orgánico y provisto de alma colectiva, como lo fue la república romana, mas no el imperio y que la mayor parte de las nuevas repúblicas de 1810 ya no lo constituyen.

En Chile se facilitó la mantención del estado en forma, fue no solo a factores geográficos, sino que también al aislamiento y relativo atraso de esa pobre colonia que realizó que el orden social se mantuviera casi de milagro.

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