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La Lectura


Enviado por   •  26 de Junio de 2013  •  1.030 Palabras (5 Páginas)  •  248 Visitas

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En diciembre de 2009, siendo presidente la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, el Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, sancionaron con fuerza la Ley 26.579, la cual modificaba el Código Civil argentino estableciendo que “son menores de edad las personas que no hubieren cumplido la edad de 18 años”. Por lo tanto, quedó establecido que la mayoría de edad era a partir de los 18 años, año que coincidía con la edad en que las personas son legalmente aptas para votar. Tres años después, en el marco de un nuevo debate parlamentario, vuelve a estar en la agenda política un proyecto de ley, impulsado por los representantes del oficialismo, que proponía el voto optativo a partir de los 16 años de edad. En ese entonces, esto despertó fuertes debates en torno a lo que el proyecto implicaba y los objetivos por los cuales se quería llevar a cabo.

El gobierno de Kirchnerista, a lo largo de la década en que se mantuvo en el gobierno tomó como bandera de lucha la defensa de los derechos humanos. Propulsó una serie de políticas inclusivas orientadas a la ampliación de los derechos de las personas que habitan el suelo argentino: ley de retenciones, ley de medios, ley de matrimonio igualitario, entre otras; todas ellas conmocionaron y movilizaron a diversos sectores de la sociedad. En 2012, este proyecto de Ley, no quedó exento de esos debates y despertó el interés (a favor o en contra) de variados actores sociales y medios de comunicación. Es en ese momento, cuando la sociedad argentina se preguntaba si era correcto que los jóvenes de 16 años votaran.

En el fondo de este debate, está el fundamento de nuestras convicciones democráticas y el por qué creemos en la democracia como forma ideal de gobierno, en la que el hombre se desarrolla plena y libremente de acuerdo al desarrollo general de la sociedad que lo contiene. Es por ello que en este trabajo consideramos que sí es correcto que jóvenes de 16 y 17 años sean incorporados al padrón electoral ya que es una medida que apoya la democratización del poder.

Tenemos referencias históricas de derechos otorgados a grupos impensados. Por ejemplo, cuando se creía que la mujer no tenía las condiciones necesarias para votar, no imaginaron que, años después, se les daría el derecho a votar y a partir de ello la “cuestión de género” se vería fuertemente cuestionada, al punto de empezar a entender “las diferencias” como algo constitutivo a los grupos de personas y no como barreras o impedimento a algo. Sesenta años después de la ley de sufragio femenino, por primera vez, es elegida presidente una mujer. Esto, años atrás impensado, por el contexto de una sociedad machista, marcó un cambio en toda la conciencia de los argentinos. Podríamos entonces, hacer un paralelismo con el proyecto de voto joven: cuando nadie creía capaz de que la mujer ocupe un lugar de importancia en la sociedad y el gobierno, hoy nos encontramos representados por una; entonces por qué no pensar que NO romper con estructuras es lo que nos impide ver el voto como un avance en derechos políticos y un avance para la democracia.

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