ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Noche De Tlatelolco


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2013  •  1.474 Palabras (6 Páginas)  •  451 Visitas

Página 1 de 6

Son muchos. Vienen a pie, vienen riendo. Bajaron por Melchor Ocampo, la

Reforma, Juárez, Cinco de Mayo, muchachos y muchachas estudiantes

que van del brazo en la manifestación con la misma alegría con que hace

apenas unos días iban a la feria; jóvenes despreocupados que no saben

que mañana, dentro de dos días, dentro de cuatro estarán allí

hinchándose bajo la lluvia, después de una feria en donde el centro del

tiro al blanco lo serán ellos, niños-blanco, niños que todo lo maravillan,

niños para quienes todos los días son día-de-fiesta, hasta que el dueño

de la barraca del tiro al blanco les dijo que se formaran así el uno junto

al otro como la tira de pollitos plateados que avanza en los juegos, click,

click, click, click y pasa a la altura de los ojos, ¡Apunten, fuego!, y se

doblan para atrás rozando la cortina de satín rojo.

El dueño de la barraca les dio los fusiles a los CUÍCOS, a los del

ejército, y les ordenó que dispararan, que dieran en el blanco y allí

estaban los monitos plateados con el azoro en los ojos, boquiabiertos

ante el cañón de los fusiles. ¡Fuego! El relámpago verde de una luz de

bengala. ¡Fuego! Cayeron pero ya no se levantaban de golpe impulsados

por un resorte para que los volvieran a tirar al turno siguiente; la

mecánica de la feria era otra; los resortes no eran de alambre sino de

sangre; una sangre lenta y espesa que se encharcaba, sangre joven

pisoteada en este reventar de vidas por toda la Plaza de las Tres

Culturas.

Aquí vienen los muchachos, vienen hacia mí, son muchos, ninguno lleva

las manos en alto, ninguno trae los pantalones caídos entre los pies

mientras los desnudan para cachearlos, no hay puñetazos sorpresivos ni

macanazos, ni vejaciones, ni vómitos por las torturas, ni zapatos

amontonados, respiran hondo, caminan seguros, pisando fuerte,

obstinados; vienen cercando la Plaza de las Tres Culturas y se detienen

junto al borde donde la Plaza cae a pico dos o tres metros para que se

vean las ruinas pe-hispánicas; reanudan la marcha, son muchos, vienen

hacia mí con sus manos que levantan la pancarta, manos aniñadas porque

la muerte aniña las manos; todos vienen en filas apretadas, felices, andan felices, pálidos, sí, y un poco borroneados pero

felices; ya no hay muros de bayonetas que los rechacen violentamente,

ya no hay violencia; los miro a través de una cortina

de lluvia, o será de lágrimas, igual a la de Tlatelolco; no

alcanzo a distinguir sus heridas, qué bueno, ya no hay orificios,

ni bayonetazos, ni balas expansivas; los veo nublados pero1

sí oigo sus voces, oigo sus pasos, pas, pas, pas, paaaaas, paaaaaas,

como en la manifestación del silencio, toda la vida oiré esos

pasos que avanzan; muchachas de mini con sus jóvenes piernas

quemadas por el sol, maestros sin corbata, muchachos con

el suéter amarrado a la cintura, al cuello, vienen a pie, vienen

riendo, son muchos, vienen con esa loca alegría que se siente

al caminar juntos en esta calle, nuestra calle, rumbo al Zócalo,

nuestro Zócalo; aquí vienen; 5 de agosto, 13 de agosto, 27 de

agosto, 13 de septiembre, el padre Jesús Pérez echó a vuelo las

campanas de catedral para recibirlos, toda la Plaza de la Constitución

está iluminada; constelada con millares de cempazúchitl,

millares de veladoras; los muchachos están en el corazón de una

naranja, son el estallido más alto del fuego de artificio, ¿no que

México era triste? Yo lo veo alegre, qué loca alegría; suben por

Cinco de Mayo, Juárez, cuántos aplausos, la Reforma, se les

unen trescientas mil personas que nadie acarrea, Melchor Ocampo,

Las liornas, se remontan a la sierra, los bosques, las montañas,

Mé-xi-co, Li-ber-tad, Mé-xi-co, Li-ber-tad, Mé-xi-co, Li-bertad,

Mé-xi-co, Li-ber-tad, Mé-xi-co, Li-ber-tad.

E. P.

MÉ-XI-CO-LI-BER-TAD - MÉ-XI-CO-LI-BER-TAD - MÉ-X1-CO-LI-BER-TAD

• Coro en las manifestaciones

Yo le entré al Movimiento Estudiantil porque un día, sin más,

llegaron los granaderos a la Escuela de Bellas Artes con perros

policía y cadenas y se llevaron a todo mundo preso, así, fíjate,

con la mano en la cintura. ¡Y el INBA ni siquiera había dicho

abiertamente si apoyaba o no al Movimiento! (Yo creo más bien

que no ¿eh?) A muchos actores, esta invasión arbitraria nos hizo

tomar conciencia y resolvimos unirnos a los estudiantes y ayudarlos,

pero de veras, no sólo yendo a las manifestaciones agarrados

del brazo o gritando en los mítines... Entonces constituimos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9.9 Kb)  
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com