La Sociologia Y La Religion Como Hechos Sociales
noelantoniobui3 de Octubre de 2012
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Sociología y religión.
La actitud de los primeros sociólogos ante la religión fue diversa a la de los filósofos de la Ilustración pues no consideraban este fenómeno como un momento pasajero lleno de supersticiones en la historia de la humanidad, sino como un aspecto casi imprescindible de la organización social. Así, Feuerbach en su obra La esencia del cristianismo trata la religión cristiana desde el punto de vista sociológico y afirma que se trata de una alienación de capacidades propiamente humanas. Se ocupa además de algunos aspectos de la religión como el dogma, la liturgia y la simbología. Por su parte, Alexis de Tocqueville, en La democracia en América, realiza un análisis del catolicismo y del protestantismo dentro de las sociedades democráticas y desde un punto de vista sociológico. A partir de estos primeros pasos de la sociología, otros autores de gran renombre como Max Weber, Émile Durkheim, Ferdinand Tönnies o Ernst Troeltsch dedicaron atentos estudios al fenómeno religioso dentro de la sociedad.
En el individuo, la religión existe como una tendencia que combina lo racional y lo irracional. A la hora de articularse, las religiones desarrollan doctrinas que intentan dar respuestas globales al individuo. Por este motivo, la mayoría de las grandes doctrinas religiosas han dado respuestas a preguntas relacionadas con la creación del universo, el propósito de la vida, la naturaleza humana, la definición de bien y mal, la moral, la escatología. Y del mismo modo elaboran diferentes códigos éticos, rituales y simbólicos. No obstante, toda religión intenta ofrecer una posición para vivir y entender la existencia del ser humano de una forma integral, incluyendo la dimensión espiritual, por lo que existen elementos comunes en todas ellas.
En las sociedades, a lo largo de la historia también han sido frecuentes las llamadas guerras de religión y las teocracias; es decir sociedades provistas de un gobierno cuya legitimidad descansa en un sistema de ideas religiosas. En ellas se atribuía un valor divino al soberano de la civilización, Mesopotamia, Egipto, Roma, Tíbet y el imperio Inca son significativos. En estos casos la ley es a la vez autoridad jurídica y religiosa. Un ejemplo contemporáneo que sobrevive es el Reino Unido, en donde la reina es «gobernadora suprema» de la Iglesia anglicana los territorios de Inglaterra y Gales, en donde aprueba el nombramiento de obispos dentro de dichos territorios.
En el siglo XX, Talcott Parsons deja constancia de la relación entre la religión y la sociedad, incluida la «cibernética»: genera valores, modifica las normas, influye en los roles sociales, y da una guía para los sistemas de la sociedad, de la personalidad y del comportamiento. Su sistema es considerado como una nueva aplicación de teorías evolucionistas a la religión. De ahí que uno de sus alumnos, Robert Bellah haya publicado Evolución religiosa.
La religión ha sido para algunas sociedades un símbolo de su identidad. Del mismo modo, la religión aparece como pieza fundamental en la ordenación moral de las sociedades y actuando de manera influyente en su orden legislativo. Esta relación puede ser vista como beneficiosa o perjudicial según como ha evolucionado esa acomodación.
Antropología cultural
Normalmente la antropología cultural ha dirigido su atención al estudio de las manifestaciones religiosas en las sociedades que no conocen la escritura fijándose sobre todo en sus creencias y prácticas. Esta disciplina parte de distintos fundamentos al afrontar la religión. Por un lado, la teoría de los «hechos sociales» de Durkheim; por otro, los «tipos ideales» de Max Weber pero también las investigaciones sea de freudianos sea del marxismo acerca de las expresiones de la religiosidad. Los aspectos más representativos del estudio antropológico son los que tienen por objeto dilucidar las relaciones de la religión con los demás aspectos de la vida cultural: las leyes, la política, la economía, la ética. Sin embargo, no se ha logrado un consenso en relación con el método: el problema resulta complejo ya que un método explicativo implica un cierto grado de objetividad, y se contesta la posibilidad de que un estudioso no tenga preconceptos en relación con la religión, y un método interpretativo permite diversos acercamientos y respuestas. De cualquier forma, el primer paso consiste en agrupar y enumerar los varios usos y prácticas religiosas para luego buscar semejanzas o posibles orígenes comunes. En el año 1980, James Peacock y Thomas Kirsch publican un libro que intenta una vía intermedia para explicar desde la antropología el desarrollo de roles distintos en las religiones.38
Después de esta publicación, los estudios se han ido centrando en tratar de determinar el origen de la religión. Así, ya desde 1965 Evans-Pritchard publican el libro Teorías acerca de la religión primitiva, que es una suerte de recolección de las interpretaciones y teorías que se han dado acerca del origen de la religión en las culturas humanas desde una perspectiva evolucionista. Las variantes propuestas son muchas: la magia, el totemismo, el politeísmo, el fetichismo, el animismo, etc.: sin embargo, Evans-Pritchard subraya la dificultad de demostrar que algunas de estas manifestaciones —que se presentarían como origen de la religión o la «primera» religión— sea aislable e independiente de otras manifestaciones cronológicamente contemporáneas. Las críticas y disputas se dieron especialmente ante los esquemas darwinistas que sugerían el paso del mito a la magia y de esta a la religión. Este tema del origen de la religión y el problema de las diferencias entre las religiones es el objetivo temático de la antropología cultural en el siglo XXI ya que ha abandonado su interés inicial por elaborar una especie de catálogo de todas las religiones y sus manifestaciones y prácticas.
Hechos Sociales - el método sociológico
Durkheim trabaja con la sociología en un sentido muy radical. La sociología, como todas las otras ciencias, debe ser definida por intermedio de su objeto de investigación. La sociología tendría por lo tanto que dedicarse al estudio de la sociedad o, mejor dicho desde la perspectiva de Durkheim, al estudio de los 먥chos sociales뮠Cuán amplia o cuán limitada sea la comprensión de la sociología dependerá de la delimitación de esos hechos sociales. Para Durkheim la sociedad no debe ser vista como la suma de los individuos organizados de distintas maneras, sino como una totalidad que es mayor que la suma de las partes. En rigor la sociedad está compuesta sólo de individuos, pero dependiendo de cómo esos individuos se combinen y cómo interactúen se desarrollarán nuevos fenómenos que no pueden ser reducidos a los individuos.
Diversas formas de convivencia humana (sociedades) desarrollan normas, concepciones morales, sistemas jurídicos, instituciones de mercado, las que no pueden ser explicadas de una manera fructífera reduciéndolas a las intenciones individuales, o a los actos o a las competencias de algunos seres humanos en particular. Por consiguiente durante centenas de años hemos podido hablar de la sociedad francesa (o de la chilena) a pesar de que es más amplia que los individuos en el espacio y en el tiempo. De esta manera Durkheim delimita su objeto de investigación definiendo fenómenos colectivos y sociales en un nivel independiente de realidad social. Pero ¿cómo debe ser comprendida la sociedad o, con mayor precisión, cómo debemos entender los hechos sociales? Durkheim propone que los definamos como fenómenos que ejercen una influencia externa y coercitiva sobre las acciones, pensamientos y sentimientos de los individuos.[1] Podemos pensar en normas sociales (roles, la relación entre padres e hijos), estructuras económicas (mercado, dinero), decisiones políticas (la legislación) o elementos determinados culturalmente como el idioma, sobre los cuáles no tenemos una influencia inmediata y que existen como un hecho social que ejerce una presión sobre el individuo particular.
El sociólogo tendría por lo tanto, —desde la perspectiva de Durkheim— que estudiar los fenómenos sociales en si mismos y las explicaciones a los cambios sociales tendrían que ser buscadas en el mismo nivel. No podemos explicar el surgimiento de la sociedad moderna remitiendo a la naturaleza del hombre (aspiraciones de alcanzar la felicidad, bienestar). Con una formulación radical Durkheim afirma que los hechos sociales funcionan independientemente de los individuos[2]De esta manera pudo identificar el objeto de investigación de la sociología, y de ese modo logró separar la disciplina de la sociología de la psicología y de la filosofía, que en aquella época se dedicaban a estudiar lo que Durkheim definió como hechos sociales. A diferencia de la psicología, de la filosofía y de la economía, la sociología, —si pretende ser reconocida como ciencia— debe utilizar métodos objetivos y empíricos. Según Durkheim la filosofía se encontraba atada a abstracciones y representaciones idealistas, por ejemplo cuando analizaba y discutía temas morales estas discusiones recurrían al auxilio de maniobras especulativas. Estos razonamientos especulativos estaban a menudo relacionados con el cómo se deseaba que las reglas morales funcionasen en la sociedad, y no con el cómo y porqué éstas funcionaban concretamente como lo hacían. Otra alternativa, tan especulativa como la anterior, consistía en deducir reglas morales a partir de supuestos metafísicos sobre la naturaleza del hombre. Al contrario de estos métodos especulativos, Durkheim quería hacer de la sociología una disciplina concreta y objetiva. Concreta investigando los hechos sociales empírica
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