La arquitectura gótica
SIRJOSEHERRERAEnsayo15 de Octubre de 2014
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La arquitectura gótica es la forma artística sobre la que se formó la definición del arte Gótico, el estilo artístico comprendido entre el Románico y el Renacimiento, que se desarrolló en Europa Occidental —cristiandad latina— en la Baja Edad Media, desde finales del siglo XII hasta el siglo XV, aunque más allá de Italia las pervivencias góticas continuaron hasta los comienzos del siglo XVI.
El vocablo «gótico» es el adjetivo correspondiente a godo y fue utilizado en este contexto por primera vez por el tratadista italiano Giorgio Vasari (1511–1574), quien en su famosa obra de biografías de pintores toscanos incluye varios capítulos sobre el arte en la Edad Media. En sentido peyorativo usó este término para denominar la arquitectura anterior al Renacimiento, propia de los bárbaros o godos, cuyos componentes le parecían confusos, desordenados y poco dignos, por contraste a la perfección y racionalidad del arte clásico. En su propia época, se solía denominar como opus francigenum (estilo francés), por referencia al origen de la innovación. Paradójicamente, en la España del siglo XVI se calificaba al gótico final (isabelino o plateresco) como la forma de construir a lo moderno, mientras que la arquitectura clasicista que introducía el renacimiento italiano era vista como una forma de construir a la antigua o a lo romano.1
ENTORNO SOCIAL Y ECONOMICO
La arquitectura gótica nació, durante la Baja Edad Media, en un momento de cambios económicos, sociales y políticos que supusieron el incremento del crecimiento económico y de la producción agrícola, esto conllevó un auge del comercio y del poder urbano, mientras que en lo político se fortaleció la autoridad de las monarquías frente a la nobleza. Todas estas circunstancias supusieron la renovación de la estructura socio-económica que potenció una nueva concepción de Dios y del hombre. En el entorno urbano destacaron dos nuevos grupos que florecieron gracias al rápido desarrollo de las ciudades, los artesanos y mercaderes, organizados en torno a los gremios y las logias. En el ámbito cultural, el protagonismo se desplazó desde los monasterios hacia las escuelas catedralicias y urbanas. De estas circunstancias surgieron nuevas formas constructivas, por un lado, la catedral gótica, que representaba la expresión del esfuerzo común ciudadano. La iniciativa de las catedrales solía corresponder a las autoridades políticas, religiosas o municipales. Para su construcción se requerían amplios recursos, para algunas obras se obtenía el patrocinio real, que agilizaban la construcción, merced a los recursos de los monarcas. La financiación no solía quedar asegurada por la fortuna particular de los obispos y canónigos, que cedían una parte de sus ingresos, sino que había que recurrir a otras vías como colectas, aportaciones gremiales, reliquias, impuestos sobre ferias y mercados etc. La disponibilidad de recursos marcaba el ritmo de las obras, y se encuentran pocos ejemplos de grandes templos que fueron levantados de una sola vez. Durante el siglo XIV, las obras se detuvieron casi totalmente por la grave depresión económica que se atravesó.
Por otra lado el renacer urbano supuso también la aparición de nuevos tipos de edificios no religiosos, comunitarios como los almacenes gremiales, tiendas y lonjas; públicos como los ayuntamientos, hospitales, las nacientes universidades y puentes, y otros de carácter privado como casas señoriales y palacios, que dejaron de ser monopolio de la nobleza.
EDIFICIOS GOTICOS
ARQUITECTURA CIVIL
La arquitectura civil muestra la pujanza económica en la Baja Edad Media, el auge de las actividades comerciales y artesanales, la apertura de nuevas rutas comerciales y el próximo descubrimiento de América. En la arquitectura militar se desarrolla y perfecciona la construcción de castillos y murallas; los puentes se fortifican con puertas a los extremos y en medio. La arquitectura civil muestra la consolidación de formas municipales frente al poder señorial o eclesiástico con la construcción de grandes edificios destinados a servir de sede de sus instituciones y gobiernos municipales, entre los que destacan los de las ciudades italianas de Florencia y Siena y también los de la región de Flandes. En Cataluña sobresalen la Casa de Ciudad y el Palacio de la Generalidad en Barcelona. También se desarrollo la construcción de lonjas comerciales, palacios urbanos, universidades, hospitales y viviendas particulares para la nueva burguesía urbana que desplazaba a la nobleza, destacó durante el siglo XV, en el último periodo del gótico toda la arquitectura civil en Flandes.
ARQUITECTURA RELIGIOSA
La catedral es el edificio donde el gótico alcanza su expresión más plena, en la que se refleja el esfuerzo y la aportación de toda una ciudad. A su construcción suelen colaborar las cofradías y gremios que suelen tener su manifestación en las capillas laterales.
También destaca la arquitectura monasterial, entre la que se distingue:
la arquitectura cisterciense, con monasterios situados en el campo, desconectados de la vida civil, que desarrollan un estilo protogótico y que servirá para la propagación del estilo gótico por toda Europa. Aunque tampoco todos los componentes de esta arquitectura servirán de fundamento para el gótico.
la orden cartuja
dominicos y franciscanos.
ELEMENTOS DE LA ARQUITECTURA GOTICA
PLANTA
La planta de las grandes iglesias góticas responde a dos tipos principales:
de tradición románica. En él se observan casi las mismas formas que en el estilo románico y más comúnmente la de cruz latina, con girola o sin ella pero con los brazos poco salientes y con los absidiolos o capillas absidiales frecuentemente poligonales. Las iglesias abaciales, sobre todo, cistercienses, siguen este tipo con brazos muy salientes como en la época románica. Y en las iglesias menores o populares se adopta como planta más común la de cruz latina o la rectangular y con un solo ábside poligonal en la cabecera;
de salón. La planta carece de crucero de brazos salientes (aunque no deja de ostentarse más o menos la simbólica cruz de enmedio), el templo de salón presenta una disposición basilical y posee, como mínimo, tres naves de igual altura y, por consiguiente, un sistema de iluminación lateral. Los espacios interiores son amplios y desahogados, abarcables con una sola mirada y tremendamente unitarios, de ahí que parezcan o tengan el aspecto de un gran salón.
En todo caso, la planta se divide en tramos rectangulares o cuadrados determinados por las columnas y arcos transversales y sobre éstos, cargan las bóvedas de crucería. Desde mediados del siglo XIII se hace común el abrir capillas en los lados de las iglesias, entre los contrafuertes, para satisfacer la devoción de los gremios o cofradías y del pueblo en general, ya que antes de esta época era raro admitirlas fuera de los ábsides.
ARCO OJIVAL
El arco ojival es uno de los elementos técnicos más característicos de la arquitectura gótica, y vino a suceder al arco de medio punto, propio del estilo románico. El arco ojival, a diferencia del arco de medio punto, es más esbelto y ligero por transmitir menores tensiones laterales, permitiendo adoptar formas más flexibles, resulta más eficaz, pues gracias a su verticalidad las presiones laterales son menores que en el arco de medio punto, permitiendo salvar mayores espacios. A lo largo del gótico el arco apuntado mostró variantes como el arco trilobulado, el arco conopial utilizado durante el denominado gótico flamígero o el arco Tudor, durante el denominado gótico perpendicular inglés.
BOVEDA DE CRUCERIA O NERVADA
La bóveda de crucería, conformada por arcos apuntados, a modo de esqueleto, es más ligera que cualquier otro tipo de bóveda construida hasta esa fecha. La utilización de ese tipo de arco formando un esqueleto tridimensional unitario refleja el alto conocimiento técnico que alcanzaron los constructores de catedrales.
CONTRAFUERTES Y ARBOTANTES
Para soportar el empuje del peso de las bóvedas, en vez de construir gruesos muros como se realizaba en el románico, en el que los contrafuertes adoptaban la forma de pilares adosados exteriormente al muro, con un ancho creciente en su base; los arquitectos góticos idearon un sistema más eficiente: los contrafuertes con arbotantes. Los contrafuertes se separan de la pared, recayendo el empuje sobre ellos por medio de un arco de transmisión denominado arco arbotante. Todavía se puede alcanzar una mayor resistencia colocando a continuación un segundo contrafuerte. Los arbotantes también cumplen la misión de albergar los canales por donde descienden las aguas de los tejados y evitar así que resbalen por las fachadas.
Por un lado, la disposición de estos machones transversales permitía hacer fachadas no portantes, esbeltas, con enormes huecos.
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