La familia como institución destructiva para la sociedad

La familia es una institución constituida por la sociedad y de forma indirecta la sociedad depende y se basa de la familia para permanecer, pues la economía está estrechamente ligada con el consumismo que la familia genera. Pero como todo, debe tener un orden, y la sociedad ordena que sea el hombre quien imponga dicho orden.

Los hombres son seres limitados, criaturas egoístas que amenazan contra la estabilidad de una mujer. El hombre dicta las reglas que se han de seguir, muchas veces sin tomar en cuenta las emociones de los demás, pensando sólo en el bien de sí mismo. Cuando hay que enfrentar problemas familias los hombres usualmente culpan a las mujeres, especialmente a las madres, porque de ellas es el trabajo de la crianza.

Con problemas se hace referencia a conflictos de conducta, tomando dos situaciones iguales pero cambiando el personaje de la situación. La primera relación sexual de un hombre, cuando es sabida por los padres se enfocan más en que la mujer no haya quedado embarazada y se culpa a esta porque un hombre llega hasta donde la mujer permite dejando casi sin culpa al hombre, quien probablemente fue él de la idea, recibe reprimendas por su acción pero en menor grado.

El hombre crece con la idea de que no fue su culpa e inconscientemente aprende a señalar a las mujeres que pierden su virginidad antes de lo correcto como usadas, la reacción que tuvieron sus padres con él será la misma que ejecutará en una situación similar, marcando un patrón negativo.

En cambio si se trata de una mujer, los padres ponen el mismo enfoque que en el hombre, pero si el resultado es positivo ella tendrá que abandonar su escuela/trabajo para dedicarse completamente a su bebé, mientras que un hombre no tiene que hacerlo o al menos no está totalmente sin opciones. Las reprimendas que vienen para una mujer después de esto suelen ser mucho más severas.

La familia tiende a señalarla como impura, a hacerle creer que es como un dulce que ya ha sido probado una vez, y nadie quiere un dulce que alguien más ya probó, además sus padres pierden total confianza en ella, se hace una costumbre recordarle su falta, aunque no haya sido la de la iniciativa la culpa está sobre ella y ni aun si madre la comprende, más si sus padres son tradicionales.

La mujer aprende que su valor está en su himen y no en lo demás y repite la misma historia, crece sintiéndose culpable porque nadie estuvo para darle el apoyo que le dieron al hombre. Aquí es donde la comunicación entra en juego, si realmente existiera la comunicación en las familias esto no pasaría.

La confianza dentro de las familias es vital, de ella depende que tan unida sea la familia para tomar el control de la solución de los problemas. Si un hijo no tiene la confianza para contar a sus padres sus problemas, confiará en otras personas que apoyaran la idea de que todo lo que haga estará mal frente a sus padres. Incluyendo

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