La gran importancia de la Participación Política

La gran importancia de la Participación Política

Estimado público presente, en esta oportunidad quiero dirigirme a ustedes para reflexionar en torno a un tema que ocupa gran parte de la opinión pública. En efecto, nada hay que resulte más corriente y natural que hablar de “participación política”, y, sin embargo, nada más difícil en los tiempos inciertos que atravesamos. Sobre todo, cuando el que habla de participar políticamente en los espacios democráticos es frecuentemente acusado de apologista de un “sistema desigual”, “marginador”, y donde la única solución posible parece ser, aparentemente, la revolución, la violencia, y el uso indiscriminado de herramientas persuasivas que se alejan de todo parámetro racional que genere un verdadero cambio de nuestras instituciones políticas.

Lo anterior, lo podemos ver precisamente en la encuesta realizada por el Centro UC, en donde dan cuenta de una creciente desconfianza de los ciudadanos hacia quienes realizan las actividades políticas y hacia las instituciones políticas en general. 

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Si algo han enseñado los movimientos sociales es que la participación política es el pilar fundamental de una sociedad democrática, el motor propulsor de cambios sociales y que permite enfrentar a la clase política cuando se desvincula de las reales necesidades de la ciudadanía. Cuando la participación política decae, surgen los abusos de poder, la desconexión de los representantes políticos, la legislación entre cuatro paredes y el gobierno para unos pocos.

La participación política es en el fondo la defensa del ciudadano contra el poder político. La alternativa es el silencio, la protesta, y el uso indiscriminado de la violencia. Y últimamente las alternativas sin duda parecen más atractivas, cuando los candidatos políticos no ofrecen reales posibilidades de representación o que al llegar al poder abandonan a la ciudadanía. Y es allí donde se empiezan a confundir las cosas y tienden a difuminarse los límites de nuestra vida social y nuestras instituciones políticas.

Actualmente, existe un fuerte incentivo por parte de los ciudadanos para hacer justicia con sus propias manos, a raíz de la crisis de legitimidad que estalló en nuestro país el 18 de octubre del año 2019, que, sin duda, ha ido progresivamente elevando a la lucha política violenta como gran remedio a los problemas que enfrentamos como nación, lo que tiende a polarizar los diálogos entre ciudadanos, forzándolos a adoptar una postura u otra sin posibilidad de conciliación o acuerdo.

Es aquí donde surge el gran conflicto: el auge del irracionalismo. Karl Popper sostenía que lo que une a los seres humanos es la creencia de que en la búsqueda de la verdad necesitamos cooperación y que es necesario que nuestra sociedad escuche a sus ciudadanos y asimismo, según él, cada uno de nosotros debe ser capaz de escuchar al otro en instancias de diálogo verdaderas y donde no prime la retórica, ni la argumentación falaz ni los excesos de poder.

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