La mujer y los medios de comunicación

Islas Escobar Karen Pamela

La mujer y los medios de comunicación: Representación de la mujer a través de la televisión y la deconstrucción del rol femenino a través del modelo de los 4 holones de la sexualidad, basado en la teoría del sistema general.

Introducción.

Actualmente en el México somos alrededor de 119 millones de personas, de las cuales 61 millones son mujeres y 58 millones son hombres (INEGI, 2015). Sin embargo, y a pesar de que las mujeres son poco más de la mitad en México, la desigualdad y la minorización hacia estas siguen manteniéndose, aun cuando se ha visto un desarrollo de políticas que permiten la incursión de la mujer al mundo laboral así como la potencialización del papel de la mujer en la sociedad (ONU, 1995).

Si bien la participación que la mujer ha tenido en el ámbito laboral se ha visto magnificada en las últimas décadas (INEGI, 2017), la situación de discriminación y subyugación de estas sigue siendo un problema. Actualmente la mujer puede ocupar cargos laborales altos, sin embargo, en comparación con los hombres, son pocas las que logran incursionar a estos puestos. Ante esto la mujer es fuente de estereotipos que no le permiten desempeñarse completamente pues se le sigue viendo como la principal responsable de la estabilidad del hogar (INMUJER, 2005). Asimismo, la forma en la que se llegue a relacionar dentro de su ámbito laboral es causa de prejuicios (INMUJER, 2005).

Resulta evidente que la mujer, a pesar de ser un miembro activo de la sociedad y claramente un ser pensante con capacidades de crecer y desarrollarse en el ámbito laboral que le plazca, sigue siendo víctima de los estereotipos y prejuicios sociales que se nos inculcan desde pequeños por los principales modeladores de conducta, los padres, maestros, sacerdotes, la sociedad. Y que más tarde van a pasar a ser reafirmados por la representación que los medios de comunicación hacen sobre las mujeres. Según Lamas (1996) la perspectiva de género es de suma importancia para el desarrollo más equitativo y democrático del conjunto de la sociedad, esto requiere la eliminación de los tratos discriminatorios contra cualquier grupo.

El interés profesional principal en el estudio de este tópico se centra en la posibilidad de aplicación del modelo de los 4 holones desde la Teoría del sistema general y así modificar la visión que muchas mujeres tienen de sí mismas, en cómo, desde esta representación distorsionada, sus formas de vinculación, reproductividad, representación del género, la expresión de su erotismo y, en conjunto, la vivencia de su sexualidad pasar a verse totalmente afectadas. Por otro lado, el interés personal se basa en que, como parte de la mayoría afectada, me es necesario hacer algo por mí, para reconocer la sutil y no tan sutil violación a nuestros derechos, la apropiación de nuestro cuerpo y de nuestra vida, por el simple hecho de ser mujer.

La mujer y los medios de comunicación.

Los medios de comunicación pasan a ofrecer una realidad construida a partir de aquello que otros nos quieren vender, una imagen o idea que sustituye completamente a lo que en verdad es la realidad (Herrero, 2013). Así pues, pasa a reafirmar por medio de discriminación y violencia lo que una mujer debe de ser, mejor dicho, lo que las mujeres deben ser. Es por medio de los estereotipos relacionados a los roles de género que, sutilmente, se deroga a las mujeres para convertirlas en aquello que es socialmente aceptado, aquello que gusta, aquello que vende.

En los últimos 30 años se ha visto una creciente en la entrada de mujeres a este ámbito laboral, sin embargo, la forma, dirección y contenido de las noticias se ve modificado en función de lo que se decide es noticia, y esta decisión es normalmente tomada por aquellos que se encuentran en los cargos altos, generalmente hombres (INMUJER, 2005).

Aparentemente, con la entrada de la mujer al ámbito de la comunicación, pasa a ser el centro de atención en algunos programas televisivos, en noticieros, en concursos, en programas educativos, en programas deportivos. Ante esto podemos pensar que realmente se está abriendo un amplio campo laboral exitoso para las mujeres, que la discriminación está quedando de lado y que pronto, los altos puestos ejecutivos, pasaran a ser ocupados por las mujeres. Sin embargo, es necesario ver el trasfondo. La mujer no está siendo el centro de atención, mucho menos el modelo de inteligencia e independencia que queremos seguir, no es nada de eso, a menos que lo veamos de manera superficial.

Es importante saber que las mujeres que ocupan dichos puestos fueron puestas ahí por la calidad de importante que se les dan a esos campos. Por ejemplo, las noticias en el campo de la salud y la educación se denominan noticias suaves, en comparación con la política y la economía que pasan a ser noticias duras y únicamente dadas por los hombres (INMUJER, 2005). Asimismo, algunos noticieros dirigidos por las mujeres, son colocados, principalmente, en horarios diurnos, ya que es en estos cuando la mayoría de mujeres está en casa ocupándose de las labores domésticas. Por otro lado los programas deportivos hacen uso principalmente del cuerpo y apariencia de la mujer, ya que, es mucho más factible creerle a un hombre de deportes que a una mujer, por lo que su cuerpo y atractivo físico resultan mucho más atrayente por la vía visual que por la auditiva.

Asimismo y con respecto al punto anterior, resulta sumamente increíble la exigencia que se le hace a la mujer para poder incursionar en este ámbito laboral, ya que, es por medio de su juventud y belleza (INMUJER, 2005) que se le solicita para, por ejemplo, programas deportivos. No importa tanto el dominio del tema, sin embargo, la imagen de la mujer bella, exitosa y aparentemente inteligente, es lo que vende más. Nuevamente, es la vía visual la que se deja impresionar. Según los hallazgos del Global media monitoring Project de 2000: entre los 20 y 34 años hay más mujeres que hombres como presentadores en la televisión; entre los 35 y 49 años es similar el numero para ambos sexos y de los 50 años y más, la mayoría son varones (INMUJER, 2005).

Representación del rol femenino en la televisión

Como ya se mencionó arriba, la representación que los medios de comunicación, principalmente hablando de la televisión, nos ofrecen acerca de lo que es esperado o no de la mujer llega a crear conflictos en la población en general. Primeramente, la dicotomía en la que vivimos y que nos envuelve día con día, prioriza, de una u otra manera a un grupo con respecto a otro, en este caso a hombres sobre mujeres. En segundo lugar, la representación normal que observamos a diario nos habla de esta prioridad sobre los hombres y la discriminación generalizada a las mujeres, por último la subyugación de la mujer, por medio de prejuicios y estereotipos, hasta mantenerla reprimida en el ámbito del que nunca ha de poder salir, el hogar.

Las mujeres, aún con un trabajo estable y exitoso, siguen viviendo bajo la sombra del entendimiento deformado de la propia naturaleza, su capacidad reproductiva en conjunto con todos aquellos roles de género que se le han adjudicado basándose en esta naturaleza. Aún están obligadas a mantener el equilibrio en el hogar, a ser quien, principalmente, cuide a los hijos, cocine, limpie y se mantenga fresca y hermosa para cuando la pareja llegue a casa. Son estos una serie de estereotipos basados en cuestiones genéricas de los cuales no se pueden desprender. La imagen de la mujer bella, amable, cuidadora, educadora, conocedora en lo básico de la salud, de cuerpo esbelto, cabello largo y sonrisa siempre marcada, la que nosotros, día con día, estamos introyectando de tal manera que normalizamos la idea que nos venden, la aceptamos y, finalmente, la llevamos a cabo, porque ¿A caso no gusta más una mujer siempre bella, en todo sentido, que una mujer independiente y valiente?

Lamentablemente, en México, permea el discurso sexista, racista y clasista en el que recae la representación de la mujer Mexicana (Herrero, 2013) y la discriminación que, por consenso social, es la que debe continuar y ante los ojos de cualquiera es normal.

Como ya se había mencionado, que a las mujeres se les den ciertos exclusivos de noticias que dar, ya sea por ser consideradas noticias suaves, porque son ámbitos que a ellas les competen y que deben de saberlo o simplemente porque su atractivo físico cuenta más, se debe tener en cuenta que esto ocurre, aún más, fuera del ámbito periodístico, noticiero y deportivo. En efecto, existen programas cargados de mucha más violencia hacia la mujer, discriminación, estereotipos y prejuicios. Las telenovelas, los programas de concursos, algunos programas de entretenimiento, entre otros. Todos estos tienen algo en común: la mujer es la encargada de divertir, hacer bromas tontas, de amar, llorar, estresarse con facilidad y dejar todo al destino.

Así pues, podemos darnos cuenta de la poca disposición que hay en México para erradicar la violencia en los contenidos que se trasmiten o reproducen en los medios de comunicación (Sandoval, 2012).  

Deconstruyendo el rol femenino.

Ante la problemática que se tiene con la construcción social de un rol femenino que está apoyado por la heteronormatividad beneficiando a hombres sobre mujeres aún podemos tener una opción. La opción que se propone aquí es romper con los esquemas de género, como los vistos arriba sobre cómo la mujer debe ser, por medio del conocimiento de estos y de las opciones que tenemos, más allá de únicamente estar recluidas en casa llevando a cabo una serie de tareas adjudicadas al rol femenino, que, como realidad dicotómica, es pensado propio de la mujer, sin embargo, algo que tiene que quedar claro es que los roles de género, es decir, aquello que es socialmente esperado que hagan, piensen, digan tanto hombres como mujeres, no tienen que estar, necesariamente, relacionados con el sexo de una persona, la carga biológica con la que todos y cada uno nacemos, en calidad de hombre, mujer o intersexual (que comparte ambos genitales de ambos sexos).

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