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La planificación ¿Un instrumento de desarrollo para América Latina?

LeligreyEnsayo3 de Julio de 2017

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA[pic 1][pic 2]

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGIA

UNIVERSIDAD POLITECNICA TERRITORIAL DE FALCON

“ALONSO GAMERO”

PROGRAMA NACIONAL DE FORMACION EN CONTADURIA PÚBLICA

UINIDAD CURRICULAR: PLANIFICACIÓN ESTRATEGICA SITUACIONAL

LA PLANIFICACIÓN ¿UN INSTRUMENTO DE DESARROLLO PARA AMERICA LATINA?

AUTORA:

YARAURE GREISLI C.I.: 19.617.156

ASESOR RESPONSABLE:

MAURILIS ZABETA

JUNIO DEL 2017

LA PLANIFICACIÓN ¿UN INSTRUMETNO DE DESARROLLO PARA AMÉRICA LATINA?

América Latina es una mezcla de gente, culturas y proyectos, que la hacen indefinible en un solo conjunto. En consecuencia en este ensayo pretendo establecer que la planificación como instrumento de desarrollo es un rasgo caracterizador de la llegada de la modernidad a Latinoamérica, entendiendo que para aproximarse a esa modernidad las sociedades deben establecer una serie de pasos, que, es su conjunto, pueden ser definidos como modernización.

La planificación como instrumento de desarrollo, a mi juicio, es uno de los pasos que dio América Latina para lograr su modernización; sin embargo, esa aproximación al proyecto de modernidad ha resultado en un fracaso de los diferentes modelos propuestos para superar “el atraso y subdesarrollo” latinoamericano, especialmente porque desde nuestro descubrimiento hemos sido una región dependiente en lo económico, lo científico y lo tecnológico.

Esta situación de evidente fracaso en la modernización económica y social de los países latinoamericanos tiene que ver con las múltiples y variadas formas con las que se trataron de implantar los proyectos de modernidad en los diferentes estados nacionales de la región, los cuales no respondían a las necesidades propias de Latinoamérica, sino a la de otros contextos con culturas y formaciones socioeconómica muy distintas a las nuestras.

Se nos vendió la noción de progreso como remedio a todos nuestros males y en consecuencia, se adoptaron patrones institucionales y constitucionales elaborados para sociedades que, muy lejos de nuestra realidad, ya habían sufrido procesos de transformación en los planos económicos, políticos, urbanísticos, sociales y culturales, lo que trajo consigo un impacto en la forma de vida tradicional del latinoamericano, creándole parámetros de consumo difíciles de satisfacer mediante nuestros propios recursos y medios.  

Venezuela como nación latinoamericana, no escapo de esta realidad descrita. Se toca particularmente este caso ya que, es el escenario donde he vivido y sentido la posibilidad de acercarnos a la modernización.

En la actualidad, existe una discusión de lo latinoamericano a partir de los propios latinoamericanos. Es una propuesta por configurar una visión de nuestro desarrollo a través de nuestras propias intersubjetividades. No hay definición de cual modelo, es más, creo que no habrá un modelo. Existirán sí, distintas propuestas que, tomando en consideración los variados matices de las naciones latinoamericanas, se deberán ejecutar para aproximarnos en todos los planos a lo que se pudiera llamar una región moderna.

En este sentido América Latina desde su descubrimiento, ha sido una región dependiente: su formación económica ha estado signada, desde el principio, por condiciones externas. En la época de la conquista y colonización, Latinoamérica no era más que un conjunto de asentamientos, dedicados a satisfacer los intereses mercantilistas de una metrópoli depredadora. Al respecto, Travieso (197:47) señala:

 “La América Latina de la colonia se caracteriza por el establecimiento de una serie de regiones comunicadas con la potencia colonial a través de la extracción de materia prima y muy poco comunicadas entre sí”.

En su proceso histórico, los países latinoamericanos fueron librando duras batallas para lograr su independencia política y económica del viejo continente; sin embargo, las relaciones económicas de subordinación a intereses externos se siguieron manteniendo tal como lo expresa Travieso (197:47).

A pesar de los importantes cambios estructurales producidos por la independencia, el factor externo continuo sobre condicionando la formación social de los países de América Latina. Esta formación, caracterizada en lo económico por la aportación de materias primas desde regiones que funcionaban como enclaves dentro de su territorio, estaba apoyada por una oligarquía latifundista. En el devenir histórico, la transición hacia el capitalismo hizo que el centro del poder económico mundial fuera trasladado desde España a Inglaterra y posteriormente a Estados Unidos de América.

Es así, como se establece para América Latina  un nuevo orden de dependencia, signado por una relación de centro-periferia. Un centro (EE.UU), caracterizado por una supremacía tecnológica y científica que le permite denominarse desarrollado y, una periferia (los países latinoamericanos), encargada de suministrar materias primas al centro, incapacitada para generar su propia tecnología y con indicadores socioeconómicos que reflejan un subdesarrollo. En referencia a esta relación centro-periferia, Travieso (1972:18) Expresa:

“En todos los niveles, cuando se establece una relación unidireccional con predominio absoluto del polo, el resto del sistema se convierte en periferia estancada, funcionando para el beneficio del primero”

Esto sucede con América Latina a nivel internacional con respecto a Estados Unidos. Reafirmando el Planteamiento Anterior Maza Zavala (1980:17) apunta:

“Los países subdesarrollados, dependientes, pobres, que giran en la órbita del capitalismo, son piezas del sistema capitalista y desempeñan una función dentro del sistema…su actividad economía está gobernada esencialmente por los principios capitalistas: propiedad privada de los medios de producción, la circulación, el intercambio, la asignación y la distribución de la riqueza, compra-venta de fuerza de trabajo según la “libertad” de contratación, “libertad” de industria, comercio y trabajo, entre otros. Los factores de la vida material- y a través de ellos los de la vida social- se desenvuelven según un patrón de dependencia que encuentra sus soportes primarios en las relaciones con los centros dominantes capitalistas”.  

En este marco de relaciones dependientes, los países latinoamericanos han buscado afanosamente salir del subdesarrollo sin lograrlo. Quizá porque han tratado de alcanzar un desarrollo, cuyo proceso ha estado influenciado por los centros capitalistas.

En este mismo orden de ideas, se evidencia que los gobiernos latinoamericanos han intentado salir del subdesarrollo, mediante la aplicación de una política de crecimiento económico, la cual en gran parte ha estado respaldada por los planteamientos teóricos de la Comisión Económica para la América Latina (CEPAL).

Este organismo propuso una modificación en el modelo de crecimiento, sustituyendo el modelo basado en las exportaciones (crecimiento hacia fuera), por la creación de un desarrollo industrial interno (crecimiento hacia adentro). La CEPAL enfatizó el papel del Estado como propulsor y planificador del desarrollo. Esta política estuvo basada en lograr el aumento del Producto Nacional Bruto (PNB), descartándose aspectos fundamentales de contenido social. Se confundió crecimiento con desarrollo, ignorando que este último debe contemplar facetas como la distribución del ingreso nacional y la movilidad social.

El crecimiento puede muy bien implicar no solamente un aumento en la producción, sino también una mejor utilización de los factores y un incremento de la eficacia. El desarrollo va más allá, comprendiendo los cambios en la estructura de la producción y en la asignación sectorial de los factores. Las naciones latinoamericanas y sus gobernantes deben entender que el desarrollo debe buscarse mediante otras estrategias que impliquen un cambio en los paradigmas manejados hasta ahora. Al problema de la dependencia latinoamericana debe buscarse una solución que emerja de la propia América Latina.

 El desarrollo debe concebirse, a mi modo de ver, como un proceso por el cual los pueblos se liberen de la escasez y la coerción y se proyecten a la creación colectiva de una sociedad solidaria, justa y moderna.

En otro sentido, la CEPAL, en su reflexión de la problemática del desarrollo latinoamericano y ante la propuesta de un modelo económico basado en la ampliación del mercado interno mediante la sustitución de importaciones, aborda la planificación como una técnica de proyecciones. Considerada así, la planificación surge como un simple medio para asegurar la coherencia de las magnitudes económicas previstas en el proceso de crecimiento, que sin ninguna orientación se planteaba para aquella época.

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