La ética en las instituciones de salud

La ética en las instituciones de salud constituye en un entorno de entendimiento y ejerce parámetros aun insuficientemente definidos, la ética tiene precedentes teóricos completamente atados en el comportamiento profesional, realizando hincapié obviamente en la zona de la indagación y ayuda; en este mismo sentido, se reconoce como indispensable su aplicación en la actividad profesional del sujeto y por expansión a los otros expertos de la organización, también llevando el grupo de principios, reglas y valores que cada generación trasmite a la siguiente, con la confianza de que hablamos de un óptimo legado de orientaciones sobre el modo de actuar para llevar una vida “buena” y “justa”, lo que nos lleva a preguntas tales como: ¿Cuál es la importancia de la ética personal con la ética organizacional? ¿Qué diferencia la ética empresarial de la disciplina académica? ¿Qué tipo de ética corresponde a una institución de salud? ¿Crean ética entre la organización y el individuo?

La ética, impulsa una autorregulación de las conductas y una aplicación justa de las reglas sin embargo su cumplimiento no resultara obligatorio en tanto las reglas éticas no sean leyes, es el delicado entorno médico donde se practica la ética en el comportamiento particular de los administradores de la salud que enfrentan diversos dilemas todos los días en un intento de combinar igualdad y justicia  de manera equitativa y efectiva. Primero, en nuestro tiempo, necesitamos integrar la ética individual con la ética organizacional, pero la moral individual por sí sola no es suficiente para permitir que las empresas tomen decisiones y elecciones basadas en valores.

Antes que nada, se necesita en nuestro tiempo complementar la ética personal con la ética organizacional sin embargo es verdad que no basta la ética de los individuos, sino que se necesita las empresas toman elecciones o se conviertan en sujetos que toman decisiones que se mueven por unos valores, lo sepan o no, que toman aquellas desde la perspectiva ética entre la organización y el individuo. La ética personal y la ética organizacional no tienen la posibilidad de dividirse extremadamente gracias a que, quienes hacen las labores en las organizaciones son personas concretas que poseen creencias sobre una determinada ética profesional y personal y sobre lo que deben hacer en cada momento de la vida, por eso muestran este tipo de valor en las actividades sindicales.

Por otro lado la ética de las organizaciones tiene que ser una ética de la responsabilidad por las secuelas de sus elecciones y, por consiguiente, no únicamente una ética de la convicción, se intentaría que la ética de las organizaciones no podría ser una ética del desinterés, sino una ética del interés común, debemos comprender que la ética se apoya en actuar desinteresadamente.

Existen empresas que por su estructuración y métodos, tienen la posibilidad de dificultar que los criterios éticos sean principios rectores en su manejo interno, al tiempo que tienen la posibilidad de tener secuelas éticamente cuestionables a grado de la población. Las organizaciones sanitarias no deben organizarse en una sola instalación ni funcionar como otras organizaciones proveedoras de servicios cuyos miembros no tienen la posibilidad de limitarse a ser actores pasivos, se hace primordial que los expertos de la organización como los usuarios tengan más conductas pro-éticas, los miembros de la organización a partir del profesionalismo y los usuarios a partir de la responsabilidad, por lo tanto los gestores de las organizaciones sanitarias tienen la necesidad de que se instauren códigos éticos en sus centros, tanto si son públicos como privados, que recojan debidamente esta nueva proyección de la ética como herramienta para tender hacia la excelencia en la prestación de la asistencia sanitaria que exigen estos tiempos.

La ética es el análisis sistemático de la moralidad principalmente imperante (o convencional) de una sociedad para entablar las normas que deberían administrar la conducta humana, las normas que una sociedad debe hacer respetar, y las virtudes que merece la pena desarrollar en la vida humana. Como disciplina académica, intenta establecer una justificación para las piezas de moralidad existentes que pueden defenderse y necesitan ser preservadas, y que deben ser inconsistentes o cambiantes por otras razones.

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