Los Adultos Mayores

Los adultos mayores también son parte de la sociedad mexicana

¿Qué consecuencias les trae a los adultos mayores el rechazo de parte de la sociedad?

Los adultos mayores son uno de los grupos más vulnerables, ya que la mayoría viven solos, en pobreza, son discapacitados, no son aptos para trabajar, para valerse por sí mismos incluso en las actividades más básicas como bañarse, comer, ir al baño, tomar su medicamento etc. Es entonces cuando los abandonan, los corren de sus propios hogares y en el mejor de los casos son dejados en asilos o casas de retiro.

El anciano, por su vulnerabilidad, es sujeto en ocasiones de violaciones de sus derechos fundamentales como persona, siendo sometido, incluso, a violencias, coacciones por falta de información o por presiones externas, familiares o sociales. El abuso se define como abuso físico, que causa daño en cuerpo; amenazas verbales o abuso psicológico, que causa temor o humillación; abuso sexual como en la violación o intento de violación; o abandono, cuando no se suministra la comida, los medicamentos, el tratamiento médico o la supervisión.

El ritmo de vida que se lleva en la actualidad deja fuera de la corriente a la persona mayor quitándole el rol de la producción y asignándole el vacío, la incertidumbre económica y la soledad dada por el aislamiento.

Muchos ancianos y ancianas subsisten en una situación económica difícil, pues las pensiones de jubilación que reciben son insuficientes para darles un buen nivel de vida. Además, se les niegan servicios de salud, se les dificulta el acceso al empleo y, en caso de obtenerlo, se les da una remuneración mínima.

Las y los ancianos, una vez que se les niegan los medios económicos para subsistir dignamente, deben acudir a sus familias en busca de apoyo.

Muy frecuentemente, las familias apenas pueden sobrellevar el peso de una boca más que alimentar y terminan por recluir, a veces contra su voluntad, a los ancianos en asilos e instituciones similares donde deben pasar el resto de su vida, lejos de sus familias y amistades e incapacitados por la fuerza de realizar labores útiles y satisfactorias. Esta realidad Social, daña severamente la autoestima de la persona mayor. La desvalorización está dada por la falta de sentido en sus vidas y la carencia de una función social luego de toda una vida de servicios a la comunidad a través de su trabajo y el respeto de sus semejantes.

Gran parte del deterioro físico y mental que se evidencia en algunos ancianos tiene su origen en el paulatino aislamiento del acontecer diario en la comunidad y el país. La carencia de ese rol profesional y/o laboral desempeñado por tantos años con el que se identifican como personas da cabida a la depresión, la reclusión y gradualmente a la falta de interés en el arreglo personal, en alimentarse balanceadamente y en mantener una vida social activa.

Gracias a los avances médicos que se han registrado, la esperanza de vida de las personas ha aumentado considerablemente, por lo cual las personas mayores de sesenta años son, en muchos casos, son perfectamente capaces de seguir trabajando y valerse por sí mismos.

En otros casos, la vejez y las enfermedades que la acompañan minan su capacidad, lo cual, definitivamente, no es razón para condenarlos a una vida de aislamiento.

La problemática de la tercera edad no hará sino agravarse con el paso del tiempo. Cada vez más personas entrarán en este rango de edad, y desearán seguir llevando una vida digna y productiva.

Crear un programa donde el adulto mayor tenga la posibilidad de seguir desarrollando una función social. Sería conveniente que la situación del anciano se tenga en cuenta, ya que en la actualidad es lamentable.

Es posible considerar un rol para jubilados y ancianos, una manera de reincorporarlos utilizando su experiencia y trayectoria.

La pobreza es un elemento decisivo en el destino de las personas de edad avanzada. Como a millones de seres humanos en el planeta, los condena a situaciones degradantes e injustas. Sin embargo, la pobreza no es el único factor que influye. Existe también un prejuicio profundamente arraigado en diversas sociedades, que lleva a ver a los ancianos como gente incapaz de valerse por sí misma; gente que ha agotado su ciclo de vida laboral y no es capaz de aportar más.

Los adultos mayores son base importante de la sociedad mexicana ya que son los que nos han enseñado tradiciones y cultura, son nuestras raíces y merecen un trato digno.

Esta marginación del adulto mayor, a su vez distancia a los jóvenes del anciano privándolos de la experiencia y sabiduría del que ha vivido mucho.

Más aún, los aleja de la posibilidad de comprender a la vejez como parte de la vida, ayudándolos, de esta

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