Los efectos del poder mediático del grupo El Comercio

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Universidad de Lima

Facultad de Comunicaciones

Artículo Científico:

Los efectos del poder mediático

del grupo El Comercio

Paula de Cárdenas Quiñe

Valeria Elías Vizarreta

Daniela Escobar Marion

Sección 611

Trabajo final para la asignatura

Casos de Investigación

Lima, 2017

Introducción

Alguna vez Mario Vargas Llosa dijo: “No hay mejor manera de medir el grado de libertad de un país que consultando a su prensa”. Al mirar a la prensa peruana, el panorama no se ve muy prometedor. Con el 78% de los lectores en el país concentrados en periódicos pertenecientes al Grupo El Comercio, es natural cuestionarse de qué forma estas cifras afectan la calidad de información que reciben los peruanos.

Desde los años ochenta, en América Latina se inicia una influencia global que impulsa las reformas económicas en distintos países, siendo una de estas la desregulación de industrias como los medios y las telecomunicaciones. Cambiaron los sistemas políticos para así lograr naciones con competencias equitativas y abiertas, lo que incitó en la población una necesidad en cuanto a la apertura de medios y libertad de expresión en los mismos. Pronto se dio lo que Hallin & Mancini (2008), mencionado en el texto de Manuel Alejandro Guerrero y Mireya Márquez, denominaron la "desregulación salvaje". Es decir, se empezó a favorecer a las grandes empresas y/o corporaciones en los sectores mediáticos, lo que causó una gran desregulación del poder mediático a nivel nacional.

El prominente periodista Ryszard Kapuscinski explica cómo la noticia se ha vuelto una especie de negocio. De este modo, ya no solo se busca la inmediatez por motivos periodísticos, sino también comerciales. La meta es ganarle a la competencia para luego tener mejores condiciones para negociar costos de publicidad. Hoy en día, gracias a la concentración de la propiedad de los medios, las grandes empresas ya no deben preocuparse por contratar espacios, sino que tienen el completo control y la posibilidad de influir a un nivel más profundo en la cobertura de los eventos noticiosos.

Los medios de comunicación deben contribuir a un mercado saludable y de competencia limpia, por lo que estos deben ser regulados estatalmente y que no sean estos los que rigen y regulan una sociedad. El estado y el mercado son dos contrapesos que deben buscar un equilibrio para que así puedan trabajar juntos para un bien mayor en el país. Garnham (1992) explica que el mercado debe proveer instituciones adecuadas para poder promover un entorno democrático, factor del que el Perú carece.

En las palabras de Ryszard Kapuscinski: “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó  de ser importante”.

Nuevas tecnologías de la información

Marcial Muricano explica que después de un periodo largo de innovaciones tecnológicas en el campo de los medios de comunicación, existe una nueva percepción acerca de la información y la comunicación. Ahora, sus procesos y mercados conforman el núcleo vital en el que se sustenta la sociedad de la información, la cual basa su crecimiento en la ampliación e integración de las industrias del nuevo hipersector de la comunicación.

Julia Cela afirma que gracias a la globalización de los medios de comunicación de masas, el mensaje periodístico tiene un alcance y una difusión impresionante actualmente. La entera comunidad informativa, tanto emisores como receptores, es parte del fenómeno de la globalización y el desarrollo de las tecnologías informativas que este trae consigo. Pero ella alega también, que esta globalización, además de estar relacionada con una evolución en los medios por los cuales la información es transmitida, tiene una relación directa con el mensaje que es difundido en ellos y por ende con la manera en la que la realidad es percibida.  

Esta globalización de la información de la que hablamos y las consecuencias que tiene, van de la mano según Cela, de una globalización económica de los medios financieros y el poder que esto otorga a diversas empresas y corporaciones grandes que se dedican también, además de a otras cosas, al rubro informativo. El poder económico que adquieren dichas empresas, podría considerarse ahora el primer poder, convirtiendo a quien lo posea, en un amo del mundo. Es por ello que la globalización, además de extender los alcances de la información, lamentablemente, ha empujado a los medios de comunicación hacia la concentración.

La concentración mediática

La concentración de medios de comunicación permite clasificar, censurar, imponer una sola óptica e interpretación del espacio público. Se dice que los medios tienen una responsabilidad de brindar información abierta para una toma de decisiones que permita la formación de una opinión pública. Sin embargo, la concentración mediática puede llevar a que la opinión pública sea definida conforme al mercado o a los intereses económicos del grupo editorial.

Para muchos autores, el control editorial es la consecuencia de considerar a los medios de comunicación como productos que responden a las necesidades del mercado. Esto quiere decir que los propietarios usarán las herramientas básicas del marketing para obtener una ventaja competitiva, lo que incluye la planificación del contenido. En la mayoría de casos, los propietarios optan por supervisar la orientación de las publicaciones y terminan ejerciendo presión a los periodistas para reflejar los objetivos corporativos en su trabajo en vez de utilizar un enfoque crítico.

Myriam Alcalá defiende el derecho a la comunicación como la libertad de los ciudadanos de recibir y producir información a través de medios comerciales o gubernamentales. A su vez, expresa que este derecho se ve amenazado por la falta de oferta informativa y la presencia de un discurso único causados por la concentración mediática. Sin embargo, José Carlos Requena recoge la opinión de reconocidos expertos como Mastrini y Becerra o el periodista español Juan Luis Cebrián para defender que la concentración del poder mediático es tan solo un síntoma del mercado libre.

Un hecho innegable es que una de las mayores causas de la concentración de medios son las fusiones y las adquisiciones. Estos son movimientos engañosos pues reducen el nivel de elección de fuentes, pero sin provocar la desaparición de medios de comunicación. Sin que el público se de cuenta, hay cada vez menos fuentes de información independiente.

Otra causa de la concentración de medios es la debilidad del Estado como regulador de los medios de comunicación, especialmente cuando intereses políticos se imponen sobre exigencias del público. Es por ello que, para Alcalá, el pluralismo informativo no se garantiza sólo con la posibilidad de creación de medios, sino que debe existir un intervencionismo de parte de los poderes públicos, siempre y cuando se tenga un control partidista al responsable gubernamental.

Fernando Huamán y Claudia Becerra plantean que es necesario un enfoque intersectorial para tratar este tema, donde no solo hablen los empresarios, sino los principales agentes de la libertad de expresión, es decir, los periodistas.

A su vez, Alcalá se basa en los estudios de Sánchez Tabernero para definir dos criterios que determinan la concentración de medios de comunicación: el número de productos disponibles en cada mercado y la participación porcentual en el mercado conseguida por la empresa líder. A través de este método se puede cuantificar la variedad de información que el mercado ofrece a los consumidores y la posibilidad de abuso de posiciones dominantes por parte de ciertos grupos.

Sociedad desinformada: efectos de la concentración mediática

Uno de los mayores impactos de la concentración mediática es la uniformidad de contenidos. La elaboración de la agenda pública es una de las mayores herramientas de los medios para influenciar al público y el control editorial de unas cuantas empresas puede dañar el proceso democrático.

Para los consumidores de la información, la mayor consecuencia de la concentración mediática es la influencia sobre la sociedad y su adopción de decisiones políticas. La calidad de la información va a depender de la cantidad de medios disponibles, su variedad y su capacidad de satisfacer las necesidades del consumidor.

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