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Matrimonio Homosexual


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2013  •  2.621 Palabras (11 Páginas)  •  372 Visitas

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El tema de la homosexualidad es uno de los más discutidos en el campo de la conducta humana. Esta discusión, que hace poco tiempo todavía era poco menos que clandestina, se ha hecho pública y abierta durante los últimos años. Por otro lado, es un tema muy preocupante, tanto para los padres como a los muchachos en la fase de la pubertad y maduración sexual.

En primer lugar se debe plantear la necesidad de llegar a una definición muy completa para que se puedan comprender las referencias a la homosexualidad en sus distintas expresiones de conducta tanto de su origen como los grados de conducta y sus variables.

Dichas variables deben considerarse desde sus posibles orígenes o situaciones personales planteándose las siguientes interrogantes:

-la homosexualidad es un estado psíquico o una forma de conducta aprendida

-si entra dentro de una normal posibilidad de expresión sexual, o es una desviación patológica

-si para ser calificada como homosexualidad, la conducta debe ser considerada como una conducta consciente o también puede ser inconsciente.

- si tiene sus orígenes en la vida y ambiente familiar o en una aceptación más amplia, en la sociedad

-si es innata o adquirida

Los tratados y escritos sobre la homosexualidad son muy divergentes en la respuesta a las anteriores interrogantes. La teoría que más ha marcado su influencia en las modernas interpretaciones sobre la homosexualidad ha sido la emitida por Sigmund Freud.

Freud (1993) afirma que la homosexualidad es la manifestación de una tendencia común a todos los seres humanos y que es consecuencia de una predisposición a la bisexualidad marcada ya en la biología. Según este autor, todos los individuos sufren una fase homoerótica en el proceso de su maduración sexual en el camino hacia la adquisición de las pautas de conducta heterosexuales.

Para Marmor (1967) define al homosexual como “todo sujeto que en su vida adulta se siente motivado por una atracción erótica definida y preferente hacia miembros de su propio sexo y que de modo habitual tiene relaciones sexuales abiertas con ellos”.

MATRIMONIO HOMOSEXUAL

La postura de la iglesia católica ante el matrimonio entre personas del mismo sexo es bien conocida; el único enlace bendecido por Dios es el que tiene lugar entre un hombre y una mujer, el amor entre iguales es contra natura. Pero ese dogma no siempre ha sido así. Durante la Edad Media se oficiaron en las iglesias cristianas las llamadas “bodas de semejanza”, enlaces “de hermandad” entre dos hombre y menos frecuentemente, dos mujeres. El rito de enlace entre cristianos del mismo sexo se conocía como “adelphopoiesis” (del griego “hacer hermanos”).

Según Boswell (1994) El rito fue habitual en múltiples iglesias cristianas del Mediterráneo oriental durante la Edad Media e inicios de la Edad Moderna; según este autor la iglesia ortodoxa reconoce la existencia de estas ceremonias pero niega cualquier connotación sexual en estos enlaces; se trata de “una hermandad” no de un matrimonio gay. El rito de hermandad tenía lugar en una iglesia pero no cuenta con un sacerdote como oficiante, sino que son los dos contrayentes los que se juraban sobre un altar y lo anunciaban a la comunidad en la puerta de la iglesia, pero más allá del juramento, el enterramiento común de los “hermanos” daba legitimidad religiosa al parentesco artificial. En cementerios británicos se encuentran decenas de tumbas del Medioevo en las que descansan hombres juntos y en cuyas lápidas pueden leerse inscripciones jurándose amor eterno.

Una de las primeras parejas homosexuales bendecidas por la Adelphopoiesis habrían sido los mártires cristianos del siglo IV Sergio y Baco, martirizados y ejecutados por el emperador Maximiliano cuando se descubrió que eran cristianos, Sergio y Baco suelen representarse como cabalgando juntos como soldados con Jesús tras ellos. Siete siglos después se encontró un caso documentado de un enlace entre dos hombres en la Galicia del siglo XI: Pedro Díaz y Muño Vandilazen.

Según Boswell (1994), la alta Edad Media fue una época bastante tolerante, de coexistencia pacífica entre católicos, judíos o arrianos y en la que “los gays vivían tranquilamente entre la población general” e incluso alcanzaban posiciones de privilegio y poder. Este mismo autor afirma que la intolerancia respecto a las minorías no empieza hasta el siglo XIII, y está relacionado con el surgimiento del poder absoluto. Fue probablemente la sociedad y la política las que acabaron arrastrando a la Iglesia a su rechazo hacia la homosexualidad.

La homosexualidad es tan antigua como la sexualidad, por más que se empeñen en lo contrario algunos cavernícolas del siglo XXI. Pueblos de todo el mundo, desde Escandinavia a China, pasando por los indios americanos, han bendecido las uniones de hermandad entre personas del mismo sexo, incluso hoy, las iglesias anglicana y luterana celebran matrimonios de gay y lesbianas desmarcándose de las obcecadas consignas del Vaticano al respecto.(Bosswell, 1994)

Las uniones homosexuales son muy antiguas, pero la generalización de un movimiento organizado con el objeto de buscar un reconocimiento legal surge a fines del siglo XX.

En los Estados Unidos, durante el siglo XIX, existía el reconocimiento a la unión de dos mujeres que hacían un acuerdo de cohabitación, designada como "Boston Marriage"; en el cual, sin embargo, las actividades sexuales probablemente no eran parte de la relación.

En esa época no se conocían rastros de uniones entre personas del mismo sexo, según el concepto propio del siglo XIX y principios del XX equiparables al matrimonio heterosexual de universal vigencia entonces en Occidente. A partir del siglo XX y especialmente tras la revolución sexual, la usual definición de matrimonio empezó a ser interpretada por algunos grupos sociales en su vertiente laica: como la suscripción a un contrato jurídico representante de la relación y convivencia de pareja, basada en el afecto y un proyecto de vida en común, cuando la pareja desea comunicar formalmente sus preferencias ante el resto de los miembros de su comunidad, adquiriendo los derechos y deberes pertinentes a la formulación jurídica vigente.

Bajo esa reconceptualización del matrimonio, la idea de la unión homosexual estable encaja en la definición del siglo XX en la cual los dos contratantes tienen iguales derechos y deberes.

En nuestro país el 21 de diciembre de 2009, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en la Ciudad de México, aprobó por mayoría de 39

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