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Modelos De Acción Colectiva: Modelos De Cambio Social

maroespi1 de Noviembre de 2012

3.793 Palabras (16 Páginas)1.056 Visitas

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Resumen

El autor realiza una critica interna de la teoria analítica de la acción colectiva, tal y como

fue formulada por Mancur Olson, mostrando uqe tanto la racionalidad individual como

la colectiva pueden funcionar de forma aperversa)) o de forma socialmente beneficiosa,

dependiendo del contexto. (Redacción)

Palabras clave: acción colectiva, cambio social, bienes públicos, efectos perversoslsubpro-

ductos.

Abstract. Models o f collertive action: models ofsocial change

The article makes an internal critique of the analytical theory of collective action, as it was

established by Mancur Olson. The criticism shows that cither individual or collective ratio-

nality can work in a ((perversenway or in a socially useful way, depending on context.

(Redaction)

Key words: collective action, social change, public goods, byproducts.

Sumario

Dos modelos de acción colectiva

Marx, la acción colectiva de clase y el cam-

bio social

Bibliografia

Quisitramos en este breve trabajo ver cumplidos dos modestos objetivos: uno

analític0 y otro, si se nos permite decirlo asi, hermenéutico. El objetivo analí-

tic0 consiste en ampliar y en justificar por qué debe ampliarse la tradicional

definición de acción colectiva entendida como aquella empresa común diri-

gida a la obtención de un bien público. Veremos asi que surgen dos grandes

modelos de acción colectiva que podríamos denominar, respectivamente, mode-

lo de la mano invisible -siguiendo obviamente la metáfora de A. Smith- y

modelo de la cooperación o, por seguir con la metáfora, de la mano visible. El

78 Papers 44, 1994

Andres de Francisco

interés de esta diferenciación es que nos permitirá considerar el supuesto com-

portamental del egoismo y la maximización de la utilidad individual desde

una nueva perspectiva mis rica en matices. El objetivo hermenéutico, por su

parte, consiste en mostrar cómo Marx aplicó, a veces de forma innovadora,

ambos modelos de acción colectiva para explicar el cambio macrosocial y, muy

especificarnente, el proceso de transición del capitalismo al socialismo. Que

dicha aplicación haya sido consistente es harina de otro costal que tendrá que

cerner la marxologia contemporánea.

Dos modelos de acción colectiva

Desde la seminal obra de M. Olson, The Logic o Collective Actionl, se ha enten-

f

dido la acción colectiva como acción cooperativa orientada conscientemente a

la obtención de un bien público. A su vez, el concepto de bien público, que

es un concepto importado de la teoria económica, se define esencialmente por

el hecho de que nadie puede ser excluido de su consumo, haya o no coopera-

do en el proceso de su obtención2. Si, por ejemplo, el estado hace carreteras

con 10s impuestos que 10s ciudadanos solidarios están dispuestos a pagar, nadie

podrá impedir que yo pasee mi vehiculo por esas carreteras aunque me las haya

arreglado para eludir mi responsabilidad para con hacienda. Me estaré bene-

ficiando entonces de un bien público que no he contribuido a producir y me

habré convertido en 10 que la teoria de la acción colectiva gusta de llarnar fiee

rider, esto es, en un francotirador. Pues bien, ante esta jugosa perspectiva, mi

particular cálculo racional de costes-beneficios siempre me recordará tentado-

ramente que 10 más inteligente por mi parte es abstenerme de cooperar a la

espera de que otos, por 10s motivos que sean, proporcionen el deseado bien

que impune y gratuitamente podré usufructuar. Si partimos del supuesto de

esa racionaiidad en sentido restringido, es decir, en sentido instrumentai y eco-

nómico, entonces el diagnóstico obligado de la acción colectiva es desde luego

el que ya diera Olson, a saber, que la acción colectiva está intrinsecamente abo-

cada al fracaso dado que la lógica maximizadora del fiee rider tenderá a gene-

ralizarse. Como se sabe, la solución que daba Olson a este problema era

básicamente su teoria a d hoc de 10s incentivos selectives en el caso de 10s por el

llamados grupos latentes.

Valga 10 dicho -un apretado resumen de la teoria cceconómica),de la acción

colectiva- como punto de partida de las reflexiones que a continuación pre-

tendemos hacer. Éstas se refieren a dos supuestos tácitos, pero fundamentales,

de la teoria. El primero es que cuando la cooperación es suficientemente alta

(cuando hay, en otras palabras, una masa critica3), entonces el bien público

está asegurado. El segundo supuesto, complernentario del primero, es que la

1. M. Olson, 1965.

2. La otra característica esencial de 10s bienes públicos es su individibilidad,perfecta o imper-

fecta. Al respecto, cf. M. Taylor, 1976 y 1987, cap. 2 en ambos casos.

3. Un excelente tratamiento de 10s modelos de masa critica se encuentra en Thomas C. Schding,

1989, caps. 3 y 7.

Modelos de acción colectiva: rnodelos de carnbio social

Pa~ers 1994 79

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causa del fracaso de la acción colectiva es la propia racionalidad individual

entendida como maximización del interés propio. En efecto, el individuo ais-

lado puede tener interés en la obtención del bien, pero paradójicamente su

opción mis racional e inmediata es abstenerse de cooperar. Dicho de otro

modo, la racionalidad económica individual atrapa a 10s sujetos potencial-

mente cooperadores en un dilema delprisionero cuya solución de equilibri0 es,

como se sabe, un resultado sutbóptimo: todos quieren conseguir el m h i m o

beneficio pero todos salen perdiendo.

¿Son estos supuestos acaso inamovibles? Pensamos que no 10 son por la

sencilla razón de que ni el principio de la maximización de la utilidad indivi-

dual vehicula necesariamente el desastre colectivo ni la cooperación -inclusa

cuando es total- es garantia de la provisión del bien público. Efectivamente,

y como contraejemplo de 10 primero, podria defenderse que el crecimiento

económico o la eficiencia en la asignación de recursos -considerados ambos

como bienes públicos- pueden ser el resultado lateral del comportamiento

individualmente egoista en condiciones de mercado perfectamente compe-

titivo. A su vez, un buen contraejemplo de 10 segundo seria la denominada

paradoja de la austeri&d4. Aceptando, en efecto, que una elevada tasa de aho-

rro agregado puede considerarse un bien público en términos macroeconó-

micos, 10 que ante esto dice la mencionada paradoja es que si todos 10s

individuos en un entorno eco~nómico

dado deciden cooperar para conseguir

la elevación de aquella tasa de ahorro, y todos de hecho ahorran, el efecto emer-

gente último será una contracción de la demanda agregada, una regresión eco-

nómica y, por 10 tanto, un ahorro agregado menor.

Creemos que 10s contraejemplos recién citados, lejos de ser caprichosos,

animan a intentar una definición más abarcante de acción colectiva que no

obstante siga respetando la coristricción impuesta por el supuesto de raciona-

lidad restringida y siga ciííéndose a la obtención de bienes públicos. En gene-

ral diremos que hay dos grandes modelos analíticos para explicar la acción

colectiva: el modelo de la mano invisible y el modelo de la cooperación. La

caracteristica esencial del primero es que en él cada individuo pretende maxi-

mizar su utilidad privada pero, ai interactuar con 10s demás, el resultado late-

ral de la composición de 10s distintos cursos de acción es un resultado no

buscado de las mismas. La caracteristica esencial del segundo modelo es, por el

contrario, la subordinación del interés individual al colectivo. Naturalmente,

podria replicarse que un modelo de cooperación asi escapará casi con toda

seguridad al alcance del supuesto de la racionalidad instrumental. Es verdad

que si un individuo coopera por altruismo o por razones extrarracionales

-verbigacia, por sentido del deber o por conformidad con normas socia-

les- la teoria económica conve:ncional tendrá dificultades en explicar su com-

portamiento. Sin embargo, las dos soluciones internas propuestas ai problema

de la acción colectiva, al problema del francotirador, en ningún momento han

prescindido del supuesto de racionalidad en su versión restringida o econó-

4. Cf. F. Ovejero, 1989, p. 197 y 210.

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Paoers 44, 1994

Andrks de Francisco

mica. En efecto, tanto la solución olsoniana de 10s incentivos selectivos como

la basada en la iteración del juego del dilema del prisionero propuesta por

Axelrod5 asumen que 10s individuos terminan cooperando porque esta es la

mejor manera de maximizar su utilidad privada.

Por 10 demás, el rasgo que une a estos dos modelos en un patrón común

de acción colectiva es la lateraliddd de 10s efectos de la acción. En otros tér-

minos, tanto en uno como en el otro, el bien público es un subproducto de

algún otro patrón de comportamiento. En el caso del modelo de la mano invi-

sible el resultado agregado ni siquiera

...

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