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NORMAS LEGALES QUE REGULAN LA RESPONSABILIDAD ÉTICA DEL CONTADOR PÚBLICO E INSTANCIAS QUE CONDUCEN EL QUEHACER ÉTICO DE LOS MISMOS

RyderetteEnsayo23 de Noviembre de 2015

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Facultad de Contaduría y Administración

 

Licenciatura en Contaduría

Materia: Responsabilidad Ética de la Empresa

ENSAYO

NORMAS LEGALES QUE REGULAN LA RESPONSABILIDAD ÉTICA DEL CONTADOR PÚBLICO E INSTANCIAS QUE CONDUCEN EL QUEHACER ÉTICO DE LOS MISMOS.

Profesora: Sofía Contreras Gutiérrez

 Alumna: Flores Serrano Diana Laura

Grupo: L-1

INTRODUCCIÓN

Partimos de la reflexión de Janeth Hernández en su artículo “LA ÉTICA PROFESIONAL, ¿UN PROBLEMA ÉTICO DEL CONTADOR PÚBLICO?”, quien nos hace hincapié en el hecho que la ética profesional siempre ha sido importante aun cuando los valores que se practican varían secundariamente de oficio en oficio. Se sabe que los dichos valores están incluidas en las leyes, de esta forma manteniendo un control en la sociedad que nos permite, además de ejercer nuestra profesión de forma correcta, crecer como individuos y solucionar problemas que en conjunto pueden mejorar la situación del país.

Un ejemplo claro de ello y del cual profundizaremos durante el desarrollo de este ensayo, es la forma en la que se expresan los códigos de ética para los Contadores Públicos de forma profesional. Puesto que los contadores públicos son quienes deben establecer y seguir conductas éticas rigurosas, según su actuación profesional y este debe ser inflexible en cuanto a las faltas que, como contador, llegue a cometer. Ejemplos de ello son: negligencia al emitir un juicio sin respaldo profesional, el encubrimiento de hechos que lleven a conclusiones equivocas ante cualquier caso o circunstancia; o inducir y aconsejar el falseamiento de estados financieros a sus clientes. Pero podemos denotar aquél que practique el ejercicio de esta profesión sin contar con los títulos que acrediten que está capacitado para llevar las actividades profesionales correspondientes y de manera legal.

Así como también es importante el saber guardar discreción para demostrar que se es profesionalmente confiable y responsable en cualquier situación que esté bajo su tutela, incluyendo toda la información que llegase a manejar durante el periodo de su ejercicio, adquiriendo un compromiso con sus clientes según lo acordado con lo previsto en la ley del ejercicio de la profesión.

De ahí seguimos con la importancia de las instituciones que establecerán todas las normas que estructuran el ejercicio de la profesión y crean un lineamiento general que logra mantener un código ético para quienes practican la contabilidad pública.

Es entonces cuando nos adentramos en las especificaciones de aquellas normas generales establecidas, así como todas esas instituciones que dictaminan la conducta y sanciones que aportan los fallos de un contador público. Considerando que al menos las instituciones tanto estatales como las gubernamentales o que abarcan reglamentos que son dirigidos a profesionistas a nivel Latinoamérica y que considero, pueden llegar a ser similares a pesar del número de contadores al que se dirigen, como pudimos verlo en las diferencias que se encontraron entre el Código Penal de España y el Código Penal del Estado de México u otro estado de la Republica donde se encontró la similitud en cuanto a la aplicación de los artículos sobre fraude; de esta manera mi hipótesis es que tras años de perfeccionar las leyes que puedan contribuir al crecimiento profesional del contador al titularse como tal, se debe llegar a una (al menos pequeña) cercanía entre normas que se establezcan según las instituciones mundiales que las aplican. Y la importancia que dan a estas.

DESARROLLO

Según Hernández (2009); la finalidad del trabajo profesional es el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer este trabajo, está siempre orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades especializadas para el beneficio de la sociedad, de lo contrario, una profesión se convierte en un medio de lucro o de honor, o simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio sujeto.

Las corrientes político-económicas que han ido surgiendo y se han establecido a lo largo del tiempo han influido bastante con el ejercer del Contador Público, puesto que con la competencia que se ha extendido gracias a la globalización vuelve prioridad los beneficios que puede aportarse al cliente a corto plazo que el impecable financiamiento del flujo económico de esta persona y la asesoría honesta de la toma de decisiones que conlleva –de vez en cuando- ciertos bajos en los ingresos potenciales de empresas o establecimientos que desean tener prosperidad económica en un futuro.

Todas estas circunstancias dirigen al contador público a tomar decisiones que evaden totalmente la ética profesional, pero ayudan tanto a quien practica dicha profesión como a quien le ofrece sus servicios profesionales.

Pero no hay que dejarse engañar, se puede ser exitoso en su oficio si se lleva a cabo siguiendo los lineamientos correspondientes durante la práctica del mismo, así es como nos dirigimos a la importancia de la ética profesional ya que esta garantiza la serenidad y la tranquilidad de haber realizado lo que se cree sinceramente se tiene que hacer, incrementa el alma, se relaciona directamente con la calidad del quehacer, y permite vivir la experiencia del desinterés. Exige actuar sin esperar nada a cambio más que la satisfacción de haber cumplido, ya que es un medio del que se sirve el individuo para estar bien consigo mismo, convirtiéndose en una permanente fuerza interior para vivir, tolerando las dificultades de la vida con la sensibilidad, la paz y la tranquilidad para disfrutar lo que se es, con lo que se hace.

Ahora, la Contaduría Pública es una profesión que se autorregula, emite y aprueba Normas de Contabilidad de Aceptación General que reglamentan todo el proceso de cuantificación, registro, resumen en estados financieros y revelación de la información financiera. Adicionalmente, emite y aprueba Normas de Auditoria que rigen todo el proceso de auditoría hasta la emisión del dictamen.

Tanto la corrupción como el fraude siempre han representado grandes desafíos a los auditores independientes de una organización, motivo por el cual han desarrollado técnicas y prácticas que han evolucionado hacia la garantía de: la credibilidad de la información financiera, la eficiencia, economía y efectividad de las operaciones; resaltando las responsabilidades que recaen sobre una auditoría independiente de estados financieros para identificar, investigar e informar sobre fraudes o errores encontrados dentro de la estructura contable de una empresa.

Es por esto que el incumplimiento de las responsabilidades ha ido tomando mayor importancia en los últimos años, ya que el fraude constituye un flagelo que está adquiriendo fuerza día a día, ayudado, en gran parte, por una mayor complejidad en los negocios, la creciente globalización de los movimientos de fondos, las dificultades implícitas en el trato con diferentes culturas y un mayor uso de tecnologías.

Todo ello ha llevado a una sensación de mayor riesgo entre los empresarios de los más diversos sectores y países, como resultado de errores y fraudes encontrados en las contabilidades de prestigiosas organizaciones.

Un ejemplo claro de esto, que nos proporciona Aguirre (2010), es que durante la consumación de independencia en 1821 abre una puerta económica para México de una manera lenta. Los trastornos económicos que sufría México ocasionaron que la actividad contable no se desarrollara y se mantuviera atrasada con respecto al resto de los demás países en el ámbito internacional. No obstante, aunque México pasaba por una desestabilidad, se debe de reconocer que en el país el gobierno estaba preocupado por establecer un control estricto de sus finanzas públicas con ayuda de registros de sistemas contables. Fue en 1845 cuando se abrió la primera institución para la enseñanza de la contaduría en la capital de la República, la cual cerraría al año siguiente. Después de 9 años se volvieron a instalar los estudios contables y se fundó la escuela especial de Comercio. Durante el siglo XIX, México se preparó tanto oficial, académica y profesionalmente en el área contable. Debido a que la economía del país iba creciendo la escuela tuvo un incremento de estudiantes preocupados, por iniciar la profesión de contador público.

Con el paso de los años la profesión ha aumentado su actividad. Esta requiere de estudios y habilidades, con el propósito de hacer frente a las diferentes complicaciones que se presentan.

En reconocimiento a la confianza que se ha depositado en los contadores públicos por parte de las autoridades del país, consideran a la Contaduría como profesión y emiten el título de Contador Público Certificado. Este certificado es símbolo de competencia técnica. Se asemeja al reconocimiento que se le da a la abogacía, la medicina y otras profesiones. Es entonces cuando se aclara que el ejercicio de la Contaduría es la aplicación de los aspectos y las actividades que constituyen su campo; le competen a un profesional denominado contador público o licenciado en contaduría, quien ejerce de manera dependiente o independiente.

Es entonces cuando entran las normas que regulan la responsabilidad ética del Contador Público y todas estas normas son estructuradas en base a una sola causa y debido a la gran variedad de sectores se crean códigos y leyes que refuerzan la integridad de la humanidad de forma más específica.

Así el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) menciona que un código de Ética Profesional no sólo sirve de guía a la acción moral, sino que también mediante él, la profesión declara su intención de cumplir con la sociedad, de servirla con lealtad y diligencia y de respetarse así misma. (IMCP, 2003).

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