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Ni me explico, ni me entiendes Capítulo 2 Atrapados en el laberinto: la descomunicación

Diana CarcañoApuntes14 de Marzo de 2019

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Ni me explico, ni me entiendes

Capítulo 2

Atrapados en el laberinto:  la descomunicación

-Interferencias que se producen durante el proceso comunicativo

-  Las conductas nacen de nuestra interacción con el medio y escogemos en cada momento la mejor que tenemos a nuestra disposición, es decir, hasta allí donde ha podido llegar nuestro aprendizaje

- Los problemas vienen cuando ante diferentes situaciones utilizamos siempre la misma conducta porque no tenemos otra aprendida.

-Las presuposiciones :  dar por hecho

- Deje de presuponer que las personas son lo suficientemente responsables como para saber o entender «lo que hay que hacer» o pensar que las cosas «ya se harán». (Los demás lo verán como yo, asegúrese de que hayan entendido)

*La lectura mental: Por esa capacidad que tenemos de leer en las expresiones de los otros nos atrevemos a hacer conjeturas sobre lo que les está pasando por la cabeza

*Interpretar: nos encargamos de interpretar la conducta ajena de acuerdo a las intenciones que hemos asociado a nuestras propias conductas.

*Efecto- causa:  dejar de presuponer cosas.

*Juicios: Categorizar a las personas es reducir su identidad a una conducta o a un conjunto de ellas.

- Por eso ante los juicios es muy sano tomarse una distancia prudente que nos permita una mínima reflexión, pero nunca quedarse atrapado o atrapada en «el qué dirán».

*Aconsejar: Y para acabar «un consejo»: observe el resultado de sus consejos. Puede que se dé cuenta de que la gente acaba haciendo lo que le da la gana, tanto si le conviene como si no.

*Querer tener la razón: Recuerde: puede ganar todas las discusiones, pero perder sus amistades; puede conseguir que le acaben dando la razón, pero no el corazón.

*Instrucciones paradojales: a menudo damos instrucciones u órdenes imposibles de cumplir.

Con ello colocamos a la persona en una difícil situación en la que haga lo que haga lo hará mal. Un clásico de las instrucciones paradojales es este: «¡Sé espontáneo!». Como puede imaginarse, si le pedimos a alguien que sea espontáneo ya deja de ser espontáneo

*Decir lo que hay que sentir:  No es fácil el manejo de las emociones, la confianza en uno mismo consiste no sólo en la capacidad de expresar lo que sentimos sino en hacerlo de manera oportuna.

- aquella persona siente lo que siente. Tal vez a partir de ahí podemos acercarnos a su experiencia, reconocerla y entender qué le lleva a expresarla así.

*Escucharse a si mismo: Uno hablan de si, otros se preocupan por los demás.

- Para qué sufrir tanto. Una actitud asertiva puede resolver la situación: «Me gustaría mucho mantener esta conversación en otro momento, pero ahora tengo que… espero que no te importe…».

- Cuando se dé cuenta de que está desconectando, cuelgue su diálogo interior y pase a la acción, tome el protagonismo de la conversación o no acabará nunca.

*Decir la ultima palabra:  “Tenrr la razón”

- Ese síndrome de mantener la razón a toda costa acaba por interferir en las relaciones, sobre todo porque es de una enorme fragilidad que la autoestima se sostenga por «la razón».

- Al acostumbrarnos a decir la última palabra volvemos a entrar en el juego del poder en las relaciones y en la necesidad de apoyar la baja autoestima y/o la inseguridad en grandes expresiones de la propia identidad

*Hablar sin decir nada: Comunicamos lo que somos, lo que sentimos, aunque a veces queremos huir o enmascarar dicha realidad. En lugar de hablar con sinceridad nos enmarañamos en un conjunto de palabrerías que distraen la comprensión. Hablamos mucho pero no decimos nada.

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