Nociones Preeliminares La Construcción Del Objeto
fauno19982 de Diciembre de 2013
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Nociones preeliminares
La construcción del objeto
El problema central y crucial que deben enfrentar los estudiantes tesistas es la definición de su objeto de investigación. Entendemos que todo objeto de investigación, en Ciencias Sociales, es un constructo que resulta de una elaboración a partir de ciertos datos obtenidos desde la realidad.
Investigamos a partir de la realidad y, en el caso específico de las Ciencias Sociales, a partir de un campo disciplinario, definido y acotado: el objeto de investigación se construye y se encuentra en un problema de la realidad definido desde un determinado campo disciplinario, y desde es realidad dentro de la cual recojemos ciertos datos.
de este modo, la tarea del investigador (o futuro investigador), consiste en tomar conocimiento de aspectos o fenómenos de la realidad (o sea de problemas), que otros pueden haber soslayado o no haberlos percibido, introducir o insertar ese problema en un cuerpo de conocimientos (es decir, dentro de un campo disciplinario) e intentamos resolverlo aplicando los instrumentos metodológicos de la ciencia.
Luego, el punto de partida de la construcción del objeto de investigación es un problema.
EL PROBLEMA COMO PUNTO DE PARTIDA DE LA INVESTIGACIÓN.
¿Qué es un problema, desde la perspectiva metodológica de las Ciencias Sociales? Bunge propone que “la investigación, científica o no, consiste en hallar, formular problemas y luchar con ellos…” y más adelante dice: “no se trata simplemente de que la investigación empiece por los problemas: la investigación consiste constantemente en tratar problemas.” (Bunge, M.: La investigación científica. Barcelona, 2004. Ediciones Siglo XXI, p. 145).
Observamos la realidad y desde la realidad, construimos un problema. Lo que hacemos desde la ciencia es problematizar la realidad.
Tres vías pueden ser útiles para construir un problema de investigación, a modo de ejemplo:
a) criticar soluciones o problemas conocidos o existentes, para proponer nuevas soluciones, o nuevos enfoques de un problema ya conocido desde un mismo campo disciplinario;
b) aplicar soluciones innovadoras a problemas conocidos o existentes o proponer soluciones conocidas a problemas innovadores:
c) generalizar viejos problemas con nuevas variables u otros campos disciplinarios;
d) buscar nuevas relaciones entre problemas ya conocidos; y/o
e) abordar problemas ya conocidos desde distintos campos disciplinarios combinados.
Un problema puede definirse como “una dificultad que no puede resolverse por sí sola, sino que requiere de una investigación”. Un problema es una situación compleja, un conjunto de hechos seleccionados por el investigador y que requieren de una solución o necesitan ser comprendidos, analizados, descritos y/o explicados.
La lógica operacional alrededor de un problema es una secuencia “realidad – problema – investigación – solución”. Cualquiera sea la naturaleza de un determinado problema, considerado como objeto de investigación, contiene en sí mismo: un conjunto de factores causales o generador, un conjunto de factores constitutivos o el fondo del problema, y la solución del problema.
LA CONSTRUCCIÓN DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN.
Construimos un problema de investigación por lo tanto:
a) desde un conjunto delimitado de factores y datos de la realidad, se define una situación compleja o nudo problemático, situando el problema en una perspectiva disciplinaria o interdisciplinaria;
b) se establecen los factores de contexto (tiempo o duración, historia, estructuras o sistemas que influyen) que determinan e influyen sobre el problema delimitado;
c) se establece el o los generadores, el fondo del problema y sus efectos o consecuencias más relevantes.
Manuel Luis Rodríguez U.
Existe una versión completa de este ensayo en versión pdf. Clicar aquí:
Los problemas de las ciencias sociales
Vistas en comparación con otras disciplinas científicas, las ciencias sociales presentan sin duda algunos problemas específicos. Quienes deben evaluar la labor de investigación en las instituciones de promoción de la ciencia los enfrentan con frecuencia. De manera más general, se manifiestan en las dudas que muchas veces tienen científicos de otras disciplinas –y el público en general– sobre el rigor de la labor realizada por esas ciencias, y se evidencian en la inestabilidad de sus instituciones, que en ocasiones afecta a un amplio segmento de la comunidad académica. Podríamos resumir la cuestión de esta manera: ¿Por qué les cuesta tanto trabajo a los científicos sociales ponerse de acuerdo, aun sobre los aspectos más básicos de sus disciplinas? ¿Por qué, a diferencia de las ciencias físico-naturales, pareciera tan arduo crear un corpus firme e incuestionado de conocimientos? ¿Por qué resulta tan difícil diferenciar entre investigación sólida y la que no lo es? Cuando se quiere avanzar en la evaluación del conocimiento social, los científicos tienen la sensación de estar pisando un terreno mucho más cenagoso que en otros campos del saber. Los próximos párrafos se proponen analizar algunos de los mencionados problemas desde una perspectiva que combina la epistemología con el conocimiento directo de las prácticas profesionales de las ciencias sociales, más la experiencia de los organismos de promoción científica. El objetivo principal es intentar hacer más comprensibles algunas de las dificultades que enfrentan estas ciencias, para lo cual se hace necesario abordar determinados temas epistemológicos básicos. No es, sin embargo, propósito de esta nota avanzar en su resolución, sino señalar las consecuencias de estas dificultades en la práctica de las disciplinas. Desde luego, ambigüedades epistemológicas similares también afectan a las disciplinas físico-naturales, pero, por razones que trataremos de examinar, tienen un efecto menor en su desarrollo.
Antes de entrar de lleno en tema, creo que vale la pena abordar una cuestión de fondo. ¿Qué utilidad tienen las ciencias sociales? ¿Realizan una contribución al progreso social? Esta duda se asocia con el problema central que deseamos discutir y merece algunas consideraciones generales. Partamos de una aproximación amplia a la ciencia. Cabe aquí recordar que, entre otras cosas, la ciencia es una ideología. La expresión puede sonar muy fuerte, particularmente, por la idea difundida por seguidores de Marx –y no solo por ellos– de que la ideología es una falsa conciencia de la realidad. Incluso, autores como Louis Althusser proponían contraponer precisamente ciencia e ideología, como una forma verdadera y una ilusoria de conocimiento.
Hoy, sin embargo, pocos filósofos o pensadores estarían dispuestos a defender la noción de que existe una forma de conciencia de la realidad que sea una imagen fiel y sin presupuestos de dicha realidad; que no tenga algo de ilusoria. Toda forma de conciencia está filtrada por nuestros conocimientos previos. Incluso, en un regreso a Platón por una vía imprevista, por nociones innatas, que pueden ser el fruto de la adaptación en el proceso de hominización, según sugiere la moderna psicología evolutiva. Desde luego, esto no impide que el conocimiento sea perfectible y que genere aproximaciones sucesivamente más precisas a la realidad. Pero en un plano diferente, estas aproximaciones siempre contienen una perspectiva genérica: una forma de ver el mundo que está asociada a la concepción de la ciencia de que se trate. No se busca argumentar a favor de una interpretación idealista de la ciencia. Aun aceptando que el mundo material existe y es factible conocerlo, podemos asimismo admitir que ese conocimiento es siempre mediado por el punto de vista de quien conoce. Es a esa perspectiva a la que aquí estamos llamando ideología. Ella incluye una concepción más global sobre la naturaleza de la realidad, a la vez que una visión más restringida sobre la naturaleza de un fenómeno particular. Así, es posible concebir el mundo material como dominado por las regularidades y el orden, o bien verlo como un espacio mágico, sometido a la voluntad arbitraria de duendes o espíritus invisibles, etc.
La racionalidad del conocimiento científico
Según Imre Lakatos la única forma de justificar el conocimiento científico es a través de la crítica y contrastabilidad de nuestros ensayos de solución a los problemas surgidos en la tensión entre nuestro conocer y nuestro ignorar: "El método de la ciencia, es pues, el de las tentativas de solución, el del ensayo o idea de solución, sometido al más estricto control crítico, no es sino una prolongación crítica del método del ensayo y el error".1
La crítica consiste en intentos de refutación: si la crítica tiene éxito se descarta el ensayo de solución refutado y se busca otro; si resiste a la crítica se acepta provisionalmente en cuanto digno de seguir siendo discutido, y si persiste en resistir la crítica se puede estimar corroborado, pero eso no significa que se le acepte como verdadero, solamente significa que, de momento, no se han encontrado razones para desecharlo.2
El avance en el conocimiento científico se produce en cuanto los científicos al abandonar las teorías refutadas, por las investigaciones están obligados a reemplazarlas por nuevos ensayos de solución y eso conduce a descubrimientos e innovaciones. Así la propuesta de Popper "...no es salvarles la vida a los sistemas insostenibles sino, por el contrario, elegir el que comparativamente sea más apto, sometiéndolos a todos a la más áspera lucha por la supervivencia".3
Según el filósofo
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