Opacando saberes del ser humano.
Roberto Parada NeiraEnsayo11 de Noviembre de 2016
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Ensayo CPC
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Opacando saberes del ser humano.
El objetivo principal de este ensayo es dar a conocer a fondo sobre la falencia en uno de los aspectos principales que debe tener una clase, luego de haber realizado la Práctica Temprana Progresiva (PTP) en donde se observó clases de cuatro asignaturas: Matemáticas, Historia, Lenguaje y Ciencias Naturales, y que duró un periodo de dos semanas, traducido a ocho horas pedagógicas para cada disciplina.
El punto trata sobre la carencia de estrategias que puede llegar a tener el docente, al momento de verse enfrentado a situaciones que exigen ser intervenidas con herramientas pedagógicas idóneas. Precisamente, un problema que surgió en el transcurso de esta observación en el aula, es el déficit atencional (DA) de ciertos estudiantes, que en algunos casos alcanza el nivel patológico, opacando el aprendizaje del resto de los niños, ya que hacen ruido, conversan, se paran, distraen a los demás, pero ¿Es sano que un profesor para continuar con la clase sin interrupciones saque al estudiante de la sala?
La exclusión de un estudiante con déficit atencional (DA) de la clase, le merma la obtención de conocimientos y no logra afianzar los contenidos. En otras palabras, cuando un/a profesor/a expulsa a un estudiante de la sala de clase, éste al verse en la obligación de salir, automáticamente, más que sentirse invitado a un re encanto con el conocimiento (o al menos intentarlo), ve que la única solución por “ser como es”, es alejándose de aquel lugar porque se convirtió en un estorbo. Esto significa que cuando el niño retorne al aula se habrá perdido parte importante de la clase y no podrá retomarla con el conocimiento necesario que se requiere para la materia o actividad siguiente.
El DA es un trastorno de inicio temprano, que surge en los primeros 7 años de la niñez y se caracteriza por un comportamiento generalizado que presenta dificultades de atención (inatención o desatención), impulsividad y, en algunos casos, hiperactividad. Este comportamiento se da en más de un contexto o situación (hogar, escuela u otro) y afecta a los niños y niñas en sus relaciones con su entorno familiar, social y educativo evidenciándose con mayor claridad cuando inician su experiencia educativa formal: la incorporación al establecimiento escolar.
Por un lado, el Ministerio de Educación publica mediante la web artículos que instruyen a los profesores y profesoras para que situaciones como la mencionada no ocurran, dictando algunas directrices que los puedan orientar. También artículos enfocados al tema de la inclusión en el aula para justamente evitar la discriminación en el contexto escolar. Es decir, a nivel general existe una conciencia sobre el DA, pasándose por alto en más de una oportunidad como se presenció en la PTP, y que incluso se podría interpretar antiético, ya que hasta las ideas de Piaget y Vigotsky definen la hiperactividad (en los niños) como algo natural que forma parte de la socialización de ellos.
Desde lo anterior, surge la necesidad de prestar atención a temas relevantes como es la forma en que un docente adecúa el contenido mediante estrategias específicas que debe dominar, y junto con eso ¿Los docentes estamos preparados para admitir que el aula es un universo de diversidad? ¿Estamos informados lo suficiente para tener en cuenta lo dificultoso que resultaría que un niño con DA consolide un aprendizaje significativo? ¿Está preparada la escuela para trabajar con estas dificultades y generar oportunidades para el desarrollo de conductas de adaptación escolar y aprovechamiento de las actividades de aprendizaje para todos/as sus estudiantes?
Por su parte, en relación a la enseñanza de la matemática, es una ciencia formal exacta basada en los principios de la lógica, estudia las propiedades y las relaciones que se establecen entre los entes abstractos (números, símbolos, figuras geométricas, etc.), entonces los niños dentro del aula para llegar a comprender y compenetrarse con la disciplina, intrínsecamente deben estar sujetos a un ambiente propicio que los direccione a entender fenómenos de su entorno y evidencien la vinculación teoría - praxis en un sólo camino. Pero si nosotros como profesores de matemáticas frente a estudiantes con DA y sabiendo que el lenguaje matemático no se presenta como una tarea fácil, no logramos abrir paso dentro de su peculiar mundo, e interrumpimos esa travesía al conocimiento sacándolo del aula ¿Estamos midiendo el daño que se traslucirá a largo plazo?
El DA puede afectar a niños de distintas maneras y por ende, no nos libramos en ningún caso. Si sacamos al niño del aula, en estricto rigor estamos dañando a la condición humana de ese pre adolescente para participar en la construcción social del conocimiento matemático. Entonces, al retornar a la sala de clases el estudiante luego de haberse perdido un momento clave (que no volverá a ocurrir), respecto de lo que se vio y por consiguiente se verá, quedará de manifiesto un fenómeno conocido como "fenómeno de adherencia". El fenómeno de adherencia no permite, tanto al estudiante como al docente, cuestionar ni trastocar la matemática escolar, se produce una especie de fidelidad absoluta la cual resulta nociva para reconocer otras epistemologías que permitan generar prácticas y usos del conocimiento matemático. (EDUCATIVA 2014, 1457) El estudiante ante esa situación no tiene un cuestionamiento sobre el contenido, y lo que hará, lo hará porque sí, ya que “la” oportunidad de plantearse interrogantes se merma, imponiéndose la forma de éste, generando como efecto dominó otro fenómeno llamado “fenómeno de exclusión”. La exclusión opaca conocimientos de la vida y produce un tercer y último fenómeno “la opacidad”.
Cabe señalar, que estos fenómenos que son patentes en el discurso matemático escolar (DME) pueden ser vistos en miles de aulas de nuestra nación, alcanzando e involucrando a millones de estudiantes con o sin DA, por tanto, es profundamente dañino considerando que la brecha de aprendizaje absoluto es delgada, expulsar de la sala de clase a un estudiante hiperactivo, porque la desventaja de evidenciar el fenómeno de adherencia sería dos veces mayor.
Un punto de vista presencial como el vivido en la Práctica Temprana Progresiva (PTP), fue justamente esta forma de resolver la hiperactividad de los estudiantes “sacándolos de la sala” o invitándolos a relajarse. Siendo así, la clase de matemáticas del día martes 11/10/2016, nivel quinto básico, cuyo objetivo era aprender el área de triángulos, se pudo presenciar un acto de expulsión a un estudiante con DA, tras varios llamados de atención la profesora decidió finalmente sacarlo del aula. La clase continuó, y en el lapsus en que el niño estaba ausente, explicó el área del triángulo y su relación con el área del cuadrado para hallar la lógica de la fórmula (figuras planas). Sin embargo, cuando el estudiante retornó a la sala se había perdido esa explicación y continuó en clase con ese vacío.
Frente a una entrevista realizada a la docente, se le preguntó si consideraba viable la opción de sacar al estudiante hiperactivo de la sala, a lo que responde: “Cuando la situación se sale de las manos e impide que otros estudiantes aprendan, es necesario”, pero ¿cómo queremos entonces salvar a esa personita de este círculo vicioso si lo excluimos y no entregamos todo el contenido? El nivel de opacidad que provocaría la expulsión de un estudiante de la sala de cierta manera se vería naturalizado, y no se tomaría el paso al daño que eso genera en su desenvolvimiento social. Precisamente, en la literatura se reconoce a la matemática escolar como aquel agente socializador que desarrollará ciudadanos plenos tanto individual como socialmente. (EDUCATIVA 2014, 1461)
Una clase de matemáticas es esencial para que un niño genere prácticas y haga uso del conocimiento de esa disciplina, no obstante, cerrar esa posibilidad da pie a que los fenómenos de exclusión y opacidad impidan un aprendizaje significativo. Los fenómenos de exclusión y opacidad inhiben esas prácticas y usos de tal suerte que a los ciudadanos no les deja otra opción que adherirse a la epistemología dominante del DME. (EDUCATIVA 2014, 1457)
Respecto de la asignatura de Ciencias Naturales podemos mencionar, que su marco referencial apunta a que los estudiantes se conviertan en ciudadanos informados en términos científicos, que puedan tener opinión y participar en la toma de decisiones con base científica. Las clases observadas en la PTP (quinto básico) hicieron hincapié a la indagación o investigación científica, porque los estudiantes utilizaban en este caso la imaginación para responder preguntas que la profesora hacía, y que tenían relación con la observación, la predicción y la hipótesis, antes de la realización de experimentos, formándolos primeramente con una base teórica. En esta parte del proceso de aprendizaje de la clase, se evidenció particularmente a dos estudiantes que interrumpían de forma permanente porque conversaban y paseaban por el salón. ¿Si el colegio por unanimidad saca a estos estudiantes de la sala, ya que "sería" la forma más viable de seguir, de qué sirve pasar después al laboratorio y hacer un experimento si no tenemos la base teórica bien fortalecida?
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