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Orignenes Del Facismo


Enviado por   •  16 de Enero de 2012  •  3.146 Palabras (13 Páginas)  •  525 Visitas

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Orígenes del fascismo

El concepto de régimen fascista puede aplicarse a los sistemas políticos autoritarios de la Europa de entreguerras y a los que se imponen por todo el continente durante la Segunda Guerra Mundial; de un modo destacado y en primer lugar a la Italia de Benito Mussolini (1922) que inaugura el modelo, seguida por la Alemania de Adolf Hitler (1933) que lo lleva a sus últimas consecuencias, y cerrando el ciclo, la España de Francisco Franco (desde 1936) que se prolonga mucho más tiempo y evoluciona fuera del periodo (hasta 1975). El fascismo en la Alemania nazi o nacional-socialismo añade un componente racial, adoptado en un segundo momento por el fascismo italiano y el resto de movimientos fascistas o fascistizantes, para los cuales el componente religioso es mucho más importante, tanto que Trevor-Roper ha podido definir el término Fascismo clerical (entre los que estaría el nacionalcatolicismo español).

La componente social del fascismo pretende ser interclasista: niega la existencia de los intereses de clase e intenta suprimir la lucha de clases con una política paternalista, de sindicato vertical y único en que trabajadores y empresarios obedezcan las directrices superiores, como en un ejército. Tal es el corporativismo italiano o el nacionalsindicalismo español. El nacionalismo económico, con autarquía y dirección centralizada se adaptaron como en una economía de guerra a la coyuntura de salida de la crisis de 1929. No obstante, no hubo en ningún sistema fascista ni planes quinquenales al estilo soviético, ni cuestionamiento de la propiedad privada ni alteraciones radicales del sistema capitalista más allá de la intervención del mercado. Estas características sirven como base a una crítica (de orientación tanto liberal como materialista) que resalta la conveniencia del fascismo para la burguesía.

Desde ese punto de vista, se suele mantener que los movimientos fascistas de entreguerras fueron alimentados por las clases económicamente poderosas (por ejemplo la alta burguesía), para oponerse a los movimientos obreros y a la democracia liberal. Aunque es una cierta simplificación, se suele considerar al fascismo como un movimiento de derecha ya que los aliados del fascismo históricamente han estado en las clases económicas más poderosas. A pesar de esto, ciertas características del fascismo italiano provienen del socialismo estatalista, ya que Mussolini, antes del término de la Primera Guerra Mundial, era un importante ideólogo obrerista y militante Partido Socialista, en donde ya gestaba el fascismo, aun así difílcilmente se puede considerar al fascismo como una forma del socialismo.

El fascismo es un movimiento "totalitario" en la medida en que aspira a intervenir en la totalidad de los aspectos de la vida del individuo. En realidad, el fascismo surge con vocación de ir más allá de las ideologías tradicionales y se presenta como la superación de todas la demás ideologías, es mucho más cercano al populismo (sea cual sea su tendencia o bandera) que a una ideología política específica.

El fascismo hace hincapié en el nacionalismo, pero su llamamiento ha sido internacional. Surgió con fuerza por primera vez en distintos países entre 1919 y 1949, sobre todo en Italia, Alemania y España. En un sentido estricto, la palabra fascismo se aplica para referirse sólo al partido italiano que, en su origen, lo acuñó, pero se ha extendido para aplicarse a cualquier ideología política comparable. Del mismo modo, Japón soportó durante la década de 1930 un régimen militarista que presentaba fuertes características fascistas. Los regímenes fascistas también existieron en periodos variables de tiempo en muchos otros países. Incluso democracias liberales como las de Francia e Inglaterra tuvieron movimientos fascistas importantes durante las décadas de 1920 y 1930. Después de la derrota de las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokio en la Segunda Guerra Mundial, el fascismo sufrió un largo eclipse, pero en los últimos tiempos ha reaparecido de forma más o menos abierta en las actuales democracias occidentales, sobre todo en Francia y en Italia.

Se caracteriza por ser anticomunista, antiliberal, oponerse a la democracia de partidos, a la pluralidad y a la variedad. Exalta el sentimiento irreflexivo y promueve la unidad de la Patria, ante todo (es totalitario). Promueve en lo económico un tipo de capitalismo corporativista.

El fascismo tiene una base racial en Alemania por donde nace el nazismo, aunque no en Italia; los nazis construyen el mito de la raza aria superior de origen nórdico (en realidad, los nazis confunden la teoría de un pueblo indoeuropeo original con la poco científica teoría nórdica). Para realizar esta amalgama ideológica se basan en fuentes mitológicas y literarias, así como en los textos clásicos dedicados a consagrar la desigualdad de las razas. El ideario del partido nazi se nutre también de publicaciones y panfletos de carácter ocultista. Italia aprobará también leyes raciales en un segundo momento por la presión de los nazis. Asimismo, la concepción alemana se alimenta de tesis antisemitas medievales y supersticiones de carácter romántico. El antisemitismo era muy fuerte en muchos lugares de Europa y los nazis explotaron ese sentimiento a conciencia. El resultado fue que en muchas ocasiones los verdugos de las SS eran superados por soldados de países aliados, a los que tenían que contener (por ejemplo Rumanía).

Es muy controvertido el papel de la Iglesia católica al respecto: se acusa a Pío XII de tibieza, cuando no de complicidad, por no condenar de modo claro el régimen nazi y la persecución de judíos desde un primer momento. Muchos criminales de guerra de la Segunda Guerra Mundial huyeron a Suiza y a Argentina con la ayuda de religiosos católicos (algunos con pasaportes del Vaticano y disfrazados de sacerdotes).

El fascismo desdeña las instituciones del Estado republicano y sustituye el voto como expresión de la voluntad popular por las expresiones masivas de apoyo al líder. Hitler utiliza el plebiscito como arma en las relaciones internacionales: sus grandes decisiones son apoyadas por plebiscitos de apoyo masivo utilizados como amenaza: el líder fascista se presenta como portavoz de la nación unificada que habla con una sola voz. Esto refuerza otro de sus elementos principales: el "liderazgo carismático". El líder es casi divino y su liderazgo no es racional: "Führer", "Duce", "Caudillo", etc. El Fascismo no considera un valor la libertad de expresión y recurre a la violencia sistemática para obtener el poder o mantenerse en él; la violencia tiene un valor positivo para el movimiento fascista, es una fuerza de cambio, al igual que la juventud, que también es exaltada. Mussolini, fundador

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