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El Facismo


Enviado por   •  4 de Abril de 2015  •  2.741 Palabras (11 Páginas)  •  143 Visitas

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Fascismo. Sólo se puede dar en períodos revolucionarios, en períodos de grandes crisis sociales, cuando no es posible ningún arreglo pacífico entre las clases, cuando la salida no puede ser otra que o fascismo o socialismo. O lo que es lo mismo o victoria de la reacción o victoria de la revolución. El fascismo tiene corta duración. Cuando la burguesía ha aplastado al movimiento obrero y no necesita mantener un movimiento de masas fascista, el régimen evoluciona hacia una dictadura policiaco-militar normal. En esta fase, la clase dominante se puede encontrar con el problema de una posible rebelión de los elementos que cautivó con su demagogia cuasi revolucionaria.

Por ejemplo, la burguesía alemana tuvo que liquidar físicamente a los cuadros de mando de las SA, muchos de los cuáles procedían del movimiento obrero y que pretendían apartar a Hitler del poder y expropiar a los capitalistas, en lo que llamaron la “segunda revolución”. Estos elementos desclasados fueron barridos por el régimen nazi en la famosa “noche de los cuchillos largos”. Como vemos, el fascismo es un modelo de dominio muy peculiar, que se distingue perfectamente de una dictadura bonapartista, aunque también conserve rasgos comunes.

Historia

En "principio" se habla de fascismo para referirse al movimiento político autoritario de Benito Mussolini, pero por extensión suele aplicarse a cualquier manifestación de autoritarismo. Sin embargo, uno de los primeros modelos fascistas, aunque aún sin ese nombre, lo creó en Francia, a comienzos del siglo XX, el escritor Charles Maurras, con su partido Acción Francesa y su grupo de choque juvenil, al que llamó los Camelots du Roi. A finales del siglo XIX empezó a tomar cuerpo en Italia una ideología nacionalista ultraconservadora que se denominó fascio. Tras la Primera Guerra Mundial, el país estaba empobrecido, el gobierno era débil y había muchos resentimientos porque Italia no estaba de acuerdo con las conclusiones del Tratado de Versalles.

En 1919, Benito Mussolini canalizó el descontento popular y fundó el Partito Nazionale Fascista (PNF), caracterizado por su oposición a las ideologías políticas liberales y al comunismo. La alta burguesía italiana utilizó a los fascistas para desarticular los movimientos obreros organizados y Mussolini fue reuniendo partidarios, hasta que, en 1922, obligó al rey de Italia, Víctor Manuel III, a entregarle el poder, que detentó con el título de Duce (caudillo). Las ideas fascistas tuvieron eco en casi todos los países europeos y algunos sudamericanos (Argentina), sobre todo en Alemania y en menor medida en España, donde cobraron importancia organizaciones de corte fascista como el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (nazi) y la Falange Española respectivamente.

Mussolini captó voluntades entre los jóvenes a través de la agrupación de los camisas negras, así como Adolfo Hitler tuvo sus camisas pardas, como continuidad del modelo de Maurrás. Los despliegues de masas, organizados y disciplinados, formaron parte de la liturgia fascista en Italia, Alemania y Grecia. En Grecia, el General Ioannis Metaxas estableció un régimen de carácter fascista en 1936. El Fascismo Griego tenía muchos paralelismos con el fascismo alemán e italiano (militarismo, saludo romano, intervencionismo, doctrina racista y nostalgia por las glorias pasadas del país), aunque algunas características propias lo distancian. El periodo fascista en Grecia acabó en 1941, con la muerte de Metaxas y la ocupación alemana.

En España, el general Francisco Franco contó con la ayuda de los fascistas italianos y los nazis alemanes para derrotar al ejército republicano en la guerra civil iniciada en 1936, e instaurar un régimen dictatorial que duró 36 años y que al principio contó con el apoyo de los falangistas, de cuño fascista. La alianza entre Hitler y Mussolini conocida como Eje Berlín – Roma fue un paso previo al inicio de la Segunda Guerra Mundial. El fascismo en sus expresiones más tradicionales resurgió en Occidente en las décadas de los 80 y 90 del siglo XX bajo el nombre de neofascismo, aunque con formas no muy distintas a las que tuvo históricamente. En concreto en Italia apareció después de la segunda guerra mundial bajo la forma del partido político Movimento Sociale Italiano (misinos).

Características

Se caracteriza por ser anticomunista, antiliberal, oponerse a la democracia de partidos, a la pluralidad y a la variedad. Exalta el sentimiento irreflexivo y promueve la unidad de la Patria, ante todo (es totalitario). Promueve en lo económico un tipo de capitalismo corporativista. El fascismo tiene una base racial en Alemania por donde nace el nazismo, aunque no en Italia; los nazis construyen el mito de la raza aria superior de origen nórdico (en realidad, los nazis confunden la teoría de un pueblo indoeuropeo original con la poco científica teoría nórdica). Para realizar esta amalgama ideológica se basan en fuentes mitológicas y literarias, así como en los textos clásicos dedicados a consagrar la desigualdad de las razas.

El ideario del partido nazi se nutre también de publicaciones y panfletos de carácter ocultista. Italia aprobará también leyes raciales en un segundo momento por la presión de los nazis. Asimismo, la concepción alemana se alimenta de tesis antisemitas medievales y supersticiones de carácter romántico. El antisemitismo era muy fuerte en muchos lugares de Europa y los nazis explotaron ese sentimiento a conciencia. El resultado fue que en muchas ocasiones los verdugos de las SS eran superados por soldados de países aliados, a los que tenían que contener (por ejemplo Rumanía). Es muy controvertido el papel de la Iglesia católica al respecto: se acusa a Pío XII de tibieza, cuando no de complicidad, por no condenar de modo claro el régimen nazi y la persecución de judíos desde un primer momento. Muchos criminales de guerra de la Segunda Guerra Mundial huyeron a Suiza y a Argentina con la ayuda de religiosos católicos (algunos con pasaportes del Vaticano y disfrazados de sacerdotes).

El fascismo desdeña las instituciones del Estado republicano y sustituye el voto como expresión de la voluntad popular por las expresiones masivas de apoyo al líder. Hitler utiliza el plebiscito como arma en las relaciones internacionales: sus grandes decisiones son apoyadas por plebiscitos de apoyo masivo utilizados como amenaza: el líder fascista se presenta como portavoz de la nación unificada que habla con una sola voz. Esto refuerza otro de sus elementos principales: el "liderazgo carismático". El líder es casi divino y su liderazgo no es racional: "Führer", "Duce", "Caudillo", etc. El Fascismo no considera un valor la libertad de expresión y recurre

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