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PAGAMOS POR AIRE?


Enviado por   •  23 de Diciembre de 2022  •  Tareas  •  760 Palabras (4 Páginas)  •  50 Visitas

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¿PAGAMOS POR AIRE?

Miles de personas al día, por no decir millones, deciden por un pequeño snack mientras hacen sus actividades diarias que se traduce normalmente en comprar una bolsa de papas fritas. No obstante, muy pocos saben que este no es un método de estafa de las grandes compañías para vender “aire” con cada bolsa de papitas, sino que es para la protección del mismo producto a los agentes externos a la bolsa. Pero, ¿por qué se inflan las bolsas de papitas? ¿Pagamos por el aire que viene en las papitas?

A continuación, veamos las razones y la explicación científica por la cual las bolsas de las papas contienen más aire que comida.

Una bolsa de papas contiene mucho más aire que su contenido, pero no es solo aire, es una serie de gases por una razón. El aire que queda en la bolsa actúa como una especie de colchón para las patatas fritas. Sirve como conservante de los alimentos para que este no llegue hecho migajas a nuestras manos.

La razón de por qué las bolsas de papitas fritas están infladas tiene que ver con la conservación de su contenido. Ya que estos productos son más susceptibles a descomponerse por las grasas saturadas que contienen las cuales reaccionan al oxígeno.

Por lo que es necesario cuidar la calidad del envase y también impedir que en el interior quede oxígeno. Por eso los fabricantes emplean bolsas opacas que sirven como barrera para la luz (de ahí que todas o en su mayoría sean “metálicas”), así como también de nitrógeno gaseoso, que es el gas que hace que tu bolsa de chips se vea llena de puro aire. Todo esto genera un ambiente y una atmósfera para que las papas mantengan su color dorado, su contextura crocante y su sabor, además de evitar que se descompongan y se llenen de moho o bacterias que puedan afectar la salud de quien las ingiere.

En realidad, el aire está compuesto por un 78 % de nitrógeno, un 21 % de oxígeno y un 1 % de CO2. Al introducir nitrógeno, no hay demasiado oxígeno en el interior de estas bolsas, lo que evita la oxidación y deterioro del producto y facilita el control de la humedad en el interior del envase.

Además, el nitrógeno no tiene ni sabor ni olor, por eso los alimentos se conservan igual. Tampoco resulta peligroso, debido a que el aire que respiramos está compuesto de un 78% de nitrógeno.

De hecho, Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, cita en su libro “Que no te líen con la comida” lo siguiente:

“…En el caso concreto de las patatas fritas normalmente se utiliza nitrógeno, que es un gas incoloro, inodoro, insípido e inerte, es decir, no reacciona con otros compuestos y es seguro para la salud. Para lograr que esa atmósfera protectora sea efectiva, la relación entre el volumen de gas y el volumen de alimento debe ser igual o superior a dos, lo que explica que en las bolsas haya tanto «aire» y tan pocas patatas. De paso, así se protege el producto frente a roturas por impacto o aplastamiento, es decir, sirve como «airbag…» 

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