PONENCIA INVESTIGACIÓN SOCIAL ISES. UNA CUESTION DE VECINOS

UNA CUESTION DE VECINOS…

…LA INVESTIGACION SOCIAL…

HOLA VECINO, ¿Cómo está?,

¿Qué tal la familia?,

¿Qué paso con las basuras, no paso el carro?,

¿Usted cree, que hayan arreglado el parque?...

Estas son algunas de las  preguntas entre vecinos que a diario se entrelazan, como se entrelaza el color de la piel, el aroma y el sabor de quienes representan un sin número de territorios, todos en la búsqueda de respuestas que los lleva a más preguntas; es decir, a la creación y al compartir de saberes, de esperanzas, a la articulación de aprendizajes y construcción de nuevos conocimientos.

Esta es una tarea constante entre vecinos, pero, también de quienes se avecinan en las aulas de clase, en las instituciones educativas, en el diario intercambio de culturas jugando el papel diseñado por los años, la experiencia y la sapiencia entre docentes y estudiantes, entre quienes poseen una parte del conocimiento y quienes se disponen a conocerlo; lo que provoca una relación de la vida social sobre la base del encuentro de diversas formas de vivir, entender y enfrentar las realidades económicas, políticas, ideológicas, morales y sensitivas desde una dinámica permanente de interacción, de alteración, de cambio; que es a lo que desde el desarrollo de las ciencias se ha denominado la dialéctica del conocimiento, que implica en la calle, en el hogar, en lo institucional, en el aula de clase lograr confrontar las bases y los procesos de apre-hendizaje con los requerimientos que la vida cotidiana exige para vivir; o para sobrevivir, o para subsistir.

Hay que hacer un alto en este recorrido y solicitar el permiso para que ustedes mismos como vecinos se pregunten, de acuerdo a sus intereses, deseos, necesidades:

¿Las exigencias de la cotidianidad les permite vivir?...

¿Les permite sobrevivir?...

¿Les permite subsistir?...

Estas deberían ser las primeras preguntas y respuestas que cualquiera de las áreas del conocimiento debe proporcionar para que el SER humano se proyecte ante una sociedad desafiando las diversas condiciones que su entorno y su contexto social le exigen; seguramente, las respuestas también serán el soporte para lograr un análisis de su propia realidad en razón de articular lo que la familia y la comunidad representan, lo que en la denominación del desarrollo y el crecimiento de las sociedades se conoce como influencia en lo local, en lo nacional y en lo internacional.

Cuando se posibilita integrar una pluralidad de respuestas desde diferentes enfoques en su mayoría complejos, desde disímiles visiones en su mayoría ininteligibles, desde   la posibilidad de complementar las denominadas ciencias exactas con las ciencias humanas, desde lograr la coordinación y la definición conjugada entre las que se consideran ciencias duras (matemáticas, química, física… lógica…) y ciencias blandas (sociales… humanidades); es decir, la práctica real de un proceso interdisciplinario, incluso trans-disciplinario; se logra a su vez, una premisa fundamental de la investigación que es la reflexión-acción, el enriquecimiento entre teoría y práctica como un compromiso esencial para generar las transformaciones sociales; o mejor, para desarrollar las transformaciones que requieren los seres humanos en la búsqueda permanente de la felicidad, la armonía, la justicia, la equidad y la dignidad permanente de las condiciones sociales.  

Cuando se habla de hacer investigación, es la posibilidad de iniciar una aventura fascinante en la vida humana como seres reales, históricos, dialécticos, dinámicos, culturales, afectivos, cognitivos, comunicativos, únicos, originales e irrepetibles; aunque utilicen procedimientos de clonación y generen repeticiones con el mayor número de similitudes posibles seguiremos siendo originales e irrepetibles… “no olviden que las apariencias engañan”… en directa relación, con las formas de pensar, sentir y actuar consigo mismo, con los demás y con la naturaleza; registrando la historia de su intervención en el contexto social, como sujetos, donde puede satisfacer, contribuir o alterar sus necesidades materiales, afectivas y socioculturales.

Cada proceso de investigación describe, refleja y analiza las percepciones que constituyen el universo cultural y social que rodea a la humanidad, cambiando esencialmente, el proceso metodológico, en donde el SER HUMANO no sea considerado como objeto de la investigación sino, SUJETO SOCIAL, partícipe de expresiones, sentimientos, esperanzas, fantasías y conocimientos alrededor de su propia realidad, de su propio mundo y del mundo de los demás, de sus propias condiciones materiales y sus propias necesidades con un sentido crítico y propositivo; esto es, renovar un sueño, una utopía de un hoy y un futuro diferente de relaciones sociales que comprometa una interacción ética, moral, crítica, propositiva, transformadora y política a la vez.

Es decir, INVESTIGAR

Es volver a ser niño…

Es preguntar en busca de respuestas…

Es dejar el miedo por lo desconocido…

Es apartarse de la mirada acusadora de quien lo señala por no saber

Es dejar atrás el juzgar o sentirse juzgado por desconocer

y en su lugar aferrarse al sentido del asombro y la alegría

por trazar y despejar el camino de la duda, del analfabetismo científico

logrando dar interminables pasos en la búsqueda de nuevas experiencias,

de nuevos aprendizajes, de valiosos saberes

que aporten en el trascender el horizonte

y en la construcción de nuevas esperanzas…

Marco Antonio Murillo Niño

(Documento guía para conversatorio de investigación social;

estudiantes Corporación Instituto de Educación Social – ISES. Bogotá. 2015)

Si estas señales son evidentes en el desarrollo de la humanidad, entonces es un deber pensar en los siguientes interrogantes:

¿De qué tipo investigación se habla, se propone y se ejecuta?,

¿Al servicio de quién o quiénes?,

¿Qué intereses de orden político, económico y cultural definen la investigación como un proceso de producción y desarrollo social?

¿Quiénes se benefician con mantener la división o subordinación entre ciencias “exactas” y ciencias “humanas”?

¿Acaso el origen de las ciencias no relaciona un sentido de complementariedad, de construcción colectiva y de integración social?  

A pesar de muchas inclemencias en las ciencias sociales, de volver la pregunta sencilla y desprevenida de un niño en una tortura para los adultos o para los docentes; en el intento de corregir la importancia de explorar, de escudriñar tildando esta actitud como un efecto de la hiperactividad; en la adversidad de definir la investigación como proyectos con grandes limitaciones económicas, materiales y profesionales; en los últimos años la definición de investigación ha venido tomando un espacio de vital importancia para el desarrollo social bajo la necesidad de encontrar alternativas de solución a grandes vacíos que vienen presentando las diversas disciplinas del conocimiento en relación con el desarrollo humano, con la interacción e integración social y las proyecciones de la sociedad en su conjunto.

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