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Plaza Roma


Enviado por   •  21 de Junio de 2022  •  Ensayos  •  1.637 Palabras (7 Páginas)  •  37 Visitas

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Plaza Roma


.Raúl Gustavo Paredes.

Hombres y mujeres que caminan con esperanza o la derrota de los sueños incumplidos, nadie lo sabe a primera vista. Fernando, se mueve lentamente con el dolor de la pobreza a  los setenta años. Es flaco y huesudo, con facciones que indican cierta tristeza.  La gente lo observa, quizás porque llama la atención su vestir y todos sus dientes. Su cojera  casi pasa inadvertida.

          Son las 20.30 horas de un viernes de abril en las  primeras tardes de otoño, con los primeros vientos cordilleranos. Efusivos son los saludos  que hace la mesa, como también la sonrisa tímida y algo desganada de la joven médico. No es el cansancio lo que le preocupa. Su  mirada  no deja de estar distraída por lo que ocurre al exterior del ventanal.

¡Sé que el vuelo fue  cansador exclama Roberto!-  -Si- pero, no importa  papá, comenta Martina ¡estoy contenta! ya que el trabajo fue muy provechoso.-Tuctumbu es  la ciudad más azotada  por la guerra civil, le susurra Martina a su tía que está a su lado, mientras mira a  su  padre con una tierna mirada.

 Los brindis fueron automáticos, el restaurante ya va por su segundo turno de exitosa concurrencia.

La policía vigila las veredas espantando perros vagos. Martina se inquieta.  Marquez el suboficial a cargo del patrullaje, saluda  de la mano a Fernando, quien de un rato para otro se siente observado, mira, saca su sombrero y guiña un ojo a Martina desde la distancia. Ella teme, pero fríamente  sonríe ante el gesto del desconocido. Si bien sabe que no le vera más, le llama la atención su limpia pobreza.

La tertulia de bienvenida a la joven profesional ya termina en la degustación de postres. Los abrazos protocolares se convierten en un tedio, que contenta más a los padres que a la misma  festejada.


En la otra esquina Víctor en su habitual manera de ver las cosas por un solo ojo, vigila las noches del condominio. Tosco, serio y de poco humor,   quizás el martillo volador que le  lanzo su ex esposa hace siete años lo dejo alejado de la gente. Hoy si se explaye un poco, después de saludar a Fernando, le comenta  que su hijo mayor está a punto de egresar de cuarto medio y se le nota la emoción.

Qué grande es esto del amor…

El nuevo contrato con la exportadora me obliga a estar fuera amor, debo viajar mañana -comenta Ignacio, antes de hacer partir el auto. -  lamento eso indica Martina, ya que había cambiado mi turno para un fin de semana juntos.-  Lo siento, pero esto es urgente, sabes bien que en vacaciones nos dedicaremos todo el tiempo. -. Martina asume con sus ojos humedecidos el cambio de planes.  

Decir dos te amo está siendo parte de la  personalidad de Ignacio, exitoso  ingeniero de comercio. Los viajes están consumiendo su vida al igual que las reuniones. Sin asumir que está mintiendo y sin querer detener  lo que ocurría, Francisca esta cada día más cerca de su vida. Los constantes viajes llamaron la atención de la bella gerente del hotel en  Buenos Aires.  

           El despertar fue más tarde de lo habitual, el cambio de turno le da cierta tranquilidad. Martina disfruta estar con pijama, más aún si es sábado. Los turnos de urgencia del hospital central han sido extenuantes y le  están provocando cierta incomodidad ante lo diferente que se viene su vida. Acostumbrarse a una sociedad de privilegios, un buen estándar de vida y un matrimonio ad portas la tiene en constante alerta. Una mezcla de ansias y temor a que la rutina le pase la cuenta, muy distinto a lo vivido hace unos meses en donde no existían las jornadas iguales,  por el  propio ritmo de un territorio en guerra.

La tarde del sábado se hace animada, Martina almuerza con amigas para luego recorrer tiendas de diseño ya que la boda promete ser llamativa y la casa nueva tendrá un estilo único, algo casual en donde las telas y texturas deberán estar presentes. El hogar debe ser un lugar de relajo y de cómodo descanso. -piensa esto- mientras ve matrimonios jóvenes con sus pequeños hijos.       Martina desea una familia, ella se mueve en la ternura, como válvula de escape al convivir con el dolor que diariamente crece por accidentes, enfermedades y el aumento de inmigrantes. El sistema de salud está al borde del colapso,  Martina lo asume, hay en ella un fuerte compromiso social.


Lunes en Mancora, Martes en Santiago.

 Gonzalo comenta – “Me gusta venir, hay buenas fotografías y linda gente”. -Frente a él - terminando el mojito que prepara, se encuentra Pablo, el barman, que con un poco de envidia le hace el comentario de estabilizar su vida. ¿Para qué sirve eso che? gritonea Gonzalo, despidiéndose con un gesto indicando estar loco, luego toma su bolso y sube al taxi que lo llevara al aeropuerto, mañana exhibirá en la capital chilena “Rostros de América” una serie de 25 fotografías que ha tenido buena crítica de la prensa peruana.

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