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Joelbaute1 de Mayo de 2014
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Capítulo 11
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TRABAJO PRODUCTIVO E
IMPRODUCTIVO
La distinción entre lo productivo y lo improductivo fue planteada en el último
tercio del siglo XVIII por los economistas franceses de la escuela fisiocrática que
postularon la productividad exclusiva de la agricultura. Sólo la agricultura, afirmaban
los fisiócratas, era inherentemente capaz de generar un excedente por encima de los
costes necesarios, es decir, un producto neto. Las manufacturas y el comercio no eran
productivos en este sentido. Los economistas clásicos rechazaron este criterio. Sin
embargo, algunos de ellos (Smith, Malthus y John Stuart Mill) intentaron aclarar la
cuestión ya que pensaban que era importante para determinar los factores de los que
dependía el crecimiento económico.
Adam Smith aplicó la distinción entre lo productivo e improductivo al trabajo. J.
S. Mill, por su parte, extendió la distinción al consumo y diferenció entre consumo
productivo e improductivo. En ambos casos, la importancia de la distinción estaba en su
relación con la visión que tenían estos autores del progreso económico.
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Marx fue el último economista importante de la época clásica que mantuvo la
distinción entre lo productivo y lo improductivo. Para él, el trabajo (el de los obreros)
era el único factor productivo, la única fuente de todo el valor generado en la
economía.190 Después de Marx, el debate sobre lo productivo e improductivo
prácticamente desapareció de la ciencia económica.
Este capítulo se inicia con el análisis de la distinción smithiana entre trabajo
productivo e improductivo que fue aceptada, en términos generales, por los principales
economistas clásicos. Posteriormente, se exponen las opiniones de Say y McCulloch,
quienes pusieron reparos a la distinción de Smith. Finalmente, en el último apartado, se
exponen las aclaraciones de J. S. Mill sobre esta cuestión, así como la distinción que
este autor plantea entre consumo productivo e improductivo.
1. La distinción de Adam Smith
Como se adelantó en el capítulo anterior, la distinción entre trabajo productivo y
trabajo improductivo de Smith está estrechamente relacionada con su visión del
crecimiento económico. Smith identifica al número relativo de trabajadores productivos
como el segundo factor determinante, después de la división del trabajo, del progreso
económico de un país.
190 Esta idea constituye la base sobre la que Marx asienta su doctrina de la plusvalía que, a su
vez, es el fundamento de su teoría de la explotación. Esta teoría será objeto de análisis en el
capítulo siguiente.
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Para Smith el trabajo productivo es el que añade valor al objeto al que se
incorpora y resulta en una mercancía, fundamentalmente tangible y almacenable, con
algún valor de mercado. En sus propios términos, el trabajo productivo “añade valor al
objeto en que se emplea [...] se incorpora y realiza en algún objeto concreto o mercancía
vendible, que dura algún tiempo tras la finalización del trabajo. En cierta forma es como una
cantidad de trabajo almacenada y conservada para su empleo cuando se necesite para alguna
ocasión. Posteriormente, este objeto, o lo que es lo mismo, el precio de tal objeto, puede poner
en funcionamiento una cantidad de trabajo igual a la que originariamente lo produjo.” 191
Smith toma como ejemplo de esta clase de trabajo el que realizan los obreros de
las manufacturas y lo contrasta con el trabajo de los sirvientes domésticos. El trabajo del
sirviente doméstico, afirma Smith, “no añade valor a nada [...] no se incorpora ni realiza en
ninguna mercancía vendible u objeto específico. Sus servicios perecen, por lo general, en el
mismo instante de su ejecución, y raramente dejan tras ellos huella o valor alguno por los que
se pueda conseguir, posteriormente, una misma cantidad de servicios.” 192 Es decir, el trabajo
improductivo es el que genera servicios intangibles, que no añaden valor directamente y
que, difícilmente, se pueden almacenar.193
De acuerdo con lo anterior podría esperarse que para Smith todo trabajo
dedicado a los servicios fuese improductivo, pero no es así. Smith excluye de esta
191 A. Smith, La Riqueza de las Naciones, op. cit., vol. I, libro segundo, capítulo 3, p. 387.
192 Ibídem, p. 387.
193 H. Myint, sostiene en su libro Theories of Welfare Economics (1948) que en estos pasajes de
Smith se pueden encontrar dos versiones diferentes del concepto de trabajo productivo (y, por
tanto, del concepto de trabajo improductivo). La primera es la versión almacenamiento, y se
deduce de la referencia de Smith a que el trabajo productivo “se incorpora y realiza en algún objeto
concreto o mercancía vendible, que dura algún tiempo tras la finalización del trabajo.” La segunda es
la versión valor, según la cual el trabajo productivo produce artículos que “posteriormente, [...]
pueden poner en funcionamiento una cantidad de trabajo igual a la que originariamente los produjo”
(Citado por M. Blaug, Teoría Económica de Ricardo, op. cit., p. 144).
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categoría a los comerciantes e intermediarios, aunque mantiene en ella a los burócratas
y también a los médicos, abogados, hombres de letras y a los artistas en general. Las
actividades comerciales, según Smith, añaden valor a los inputs recibidos mientras que,
por ejemplo, “[...] todos los funcionarios, tanto de justicia como de guerra que sirven (al
soberano), y todo el ejército y la marina, son trabajadores improductivos, [...] sus servicios no
producen nada por lo que se pueda conseguir una misma cantidad de servicios.” 194
Smith se encarga de dejar claro sin embargo que los trabajadores improductivos,
tienen un cierto valor y merecen también una recompensa. Los salarios de los
trabajadores improductivos no provienen, según Smith, del valor generado por ellos
mismos sino de los ingresos de las personas que los emplean. Estos ingresos a su vez
pueden ser el resultado de una contribución productiva a la economía, o bien, pueden
ser una participación en el excedente generado por otros factores que sí son productivos.
La distinción smithiana entre las dos clases de trabajo resulta hoy bastante
arbitraria. No se puede seguir a Smith en limitar el calificativo de productivo de la
forma en que lo hizo. Sin embargo, para él, tenía un significado claro y no carecía de
sentido. Al definir el trabajo productivo, Smith trataba de delimitar las actividades que
estimulan la acumulación de capital y el progreso económico. En realidad, lo que
trataba de establecer era que cuanto mayor fuese la proporción de la fuerza de trabajo
que se empleaba en dichas actividades, mayor sería la capacidad de crecimiento de la
economía. El trabajo improductivo era el que se empleaba en actividades que no
contribuían directamente al crecimiento. Para Smith, estas actividades eran,
fundamentalmente, los servicios.
194 Smith, La Riqueza de las Naciones, op. cit., vol. I, p. 388.
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Es admisible afirmar que no todas las actividades estimulan igualmente el
crecimiento económico. No obstante, es difícil delimitar con claridad cuáles son las
actividades productivas en este sentido, debido a la falta de información, por lo que
sería aventurado hacer afirmaciones generales sobre esta cuestión. Esta es,
probablemente, la razón por la que el debate sobre el significado de lo productivo y lo
improductivo ha desaparecido de la ciencia económica.
Adam Smith sin embargo, estableció una jerarquía de sectores según la
importancia de la contribución de cada uno al crecimiento económico. En el capítulo 5
del libro segundo titulado “Sobre los diferentes empleos de los capitales” Smith señala
que los capitales pueden ser empleados en la agricultura, las manufacturas, el comercio
mayorista y el comercio minorista, y establece, más adelante, un ranking de estos
sectores según su contribución al crecimiento. Al parecer el criterio sobre el que basa la
ordenación es el número de trabajadores productivos que pone en movimiento cada
unidad de capital empleada en cada sector; esto es, el inverso de la relación capitaltrabajo
de cada sector. Un sector es tanto más productivo (y contribuiría en mayor
medida al crecimiento económico) cuanto menor sea su relación capital-trabajo.
Smith sitúa a la agricultura en la cabeza de la lista. Para él, “el capital del
agricultor pone en funcionamiento mucho más trabajo productivo que cualquier otro capital
del mismo tamaño. De todas las formas en que un capital se puede emplear la agricultura es sin
duda la más ventajosa para la sociedad.”195 Después viene la industria manufacturera, y a
continuación el comercio al por mayor. La actividad menos productiva de todas era el
comercio al
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