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“Prohibicionismo y actualidad del cannabis en Argentina”

ianratque96Ensayo22 de Junio de 2018

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“Prohibicionismo y actualidad del cannabis en Argentina”

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IV Jornada de Alfabetización Académica

Ian Ratque y Braian Schefer

Estudiantes del Instituto Superior del Profesorado N°60 de San Carlos Centro.

El cannabis (nombre científico de la marihuana) es una especie herbácea originaria del Asia Central. Existen diferentes tipos de cannabis que se destinan a diversos fines, entre ellos encontramos el “cannabis industrial” o “cáñamo”, el “cannabis sativa” y “cannabis indica”, como también distintas variedades dentro de estas. El cáñamo es el principal recurso natural renovable de la Tierra y tiene un fin industrial (papel, telas, viviendas, alimentación, combustible) y no posee efectos psicoactivos por su bajo contenido de THC. Las variedades de cannabis sativa y cannabis indica tienen como fin el uso medicinal o terapéutico/recreativo, debido a su efecto narcótico y por su alto nivel de THC, CBD, CBN, que sirven para el tratamiento de numerosas patologías.

La marihuana, tal como lo concebimos actualmente, pasó por diferentes nomenclaturas a lo largo del devenir histórico, en las distintas sociedades y culturas. Por ejemplo: chanvre, en francés; canapa, en italiano; nasha, en turco; kanabira, en sirio; kannab, en árabe. Estas sociedades se relacionaron de formas diferentes con esta planta y han formulado variadas valoraciones y concepciones de la misma.

Para poder entender las situaciones actuales, haremos un breve desarrollo histórico del cannabis. Desde las sociedades igualitarias del paleolítico hasta la sociedad industrializada, su uso fue parte de la humanidad. En algunos casos, este conocimiento fue restringido al público y acaparado por el sector dominante, quedando su uso limitado a los sacerdotes y miembros de la realeza.  En las sociedades orientales, su uso y conocimiento se remonta a miles de siglos antes de cristo, siendo en muchas culturas una forma de contactarse con los dioses. En la India se considera al cannabis como un regalo del dios Shiva para beneficio y disfrute de la humanidad. Pudiendo observar el carácter mitológico de la planta, en relación a las creencias con otros dioses. Por otro lado, en América, según la teoría más aceptada, esta planta fue introducida por los conquistadores durante el siglo XVII aproximadamente, con un fin industrial y pronto se incorporó a las viejas medicinas de los pueblos originarios.

Esta planta, proveniente de Asia, se distribuyó por todo el planeta a partir del establecimiento y extensión de las rutas comerciales y llego a diferentes regiones del mundo adaptándose a las condiciones geográficas y ambientales de las mismas. El cannabis formó parte de las primeras medicinas más utilizadas por la humanidad durante 3000 años hasta su prohibición.

A principios del siglo XX el uso recreativo de la marihuana se había difundido y era parte de los hábitos de los sectores marginales.

Como el cáñamo servía para producir papel, textiles, combustibles, viviendas, alimentos; fue considerado una amenaza por partes de las grande corporaciones estadounidenses como la Dupont o la Hearst. Un conjunto de grandes empresas conspiraron y ejercieron control sobre el estado (muchos de las personas dentro del gobierno trabajaban para las empresas o eran accionistas) para que prohibieran la producción de esta planta que arrastraría inmensas pérdidas.

En este contexto, el gobierno de Estados unidos, a través de una campaña mediática de desinformación y satanización de la planta, que responde a los intereses de los grupos económicos, buscó asociar a la marihuana con el crimen y la violencia, usando como chivos expiatorios a los inmigrantes mexicanos y a los negros (se decía que uno de los efectos negativos de la marihuana era hacer que los negros creyeran que eran iguales a los blancos). A la lista de chivos expiatorios se le  sumarian los latinos, los asiáticos, los musulmanes, los comunistas, los homosexuales y todo aquel que piense distinto.

En esta etapa tiene fuerte protagonismo Harry J. Anslinger, quien estuvo  por más de 30 años al frente de lo que ahora conocemos como la DEA. Es unos de los máximos impulsores del “Acta de impuesto a la marihuana sancionada en 1937” que consiste en: un “impuesto prohibitivo” cuyo fin no es recaudar fondos sino censurar y perseguir una conducta. A partir de entonces, esta ley se profundizaría (década del 60/70; 80/90) y pasará por distintos procesos o bases argumentativas (algunas dispares entre sí) que, en lo que coinciden siempre es en la criminalización, la persecución y estigmatización del usuario.

Entendemos el prohibicionismo como un mecanismo de control social, que busca reprimir los placeres de las clases populares y castigar a lo distinto de lo común, imponiendo un discurso dominante de lo que “es” y “no es”. A través de esta herramienta se legitima la cultura patriarcal occidental que condena lo femenino y los valores de las sociedades arcaicas, valores fraternales e igualitarios que buscan un fin común y no perseguir un fin individualista.

El control se ejerce desde diferentes ámbitos e instituciones, un elemento clave es el discurso hegemónico que impone sobre las masas una visión de la realidad construida por la elite dominante. Es interesante analizar las variaciones del discurso sobre la marihuana. Durante los años 30 era considerada como una droga que producía locura, que generaba violencia y destrucción;  a mediados del siglo XX el discurso da un giro y sostiene que la marihuana produce zombies pacíficos, que apaga el espíritu de lucha de los norteamericanos y que es un arma utilizada por el comunismo para desestabilizar la nación. Estas posturas se sostienen a través del  periodismo amarillista, de estudios fraudulentos y estadísticas falsas.

Detrás de estas medidas se esconden prejuicios raciales, étnicos, de género. Una censura a la independencia de pensamiento, a los valores femeninos que la cultura cannabica exalta y eleva. Las plantas de marihuana pueden ser machos o hembras, las que producen resina que contiene THC (la sustancia que provoca los efectos psicoactivos) son las plantas hembras. Un cultivador que busca los efectos narcóticos o medicinales cuida y busca propagar las plantas hembras, en la mayoría de los casos el macho es retirado ni bien es detectado. Esta valoración de lo femenino va en contra y atenta contra los supuestos machistas de la cultura patriarcal dominante, que prefiere una droga como el alcohol o la toxicidad del tabaco, en la que ambas legitiman la cultura patriarcal sin poner en cuestión a este discurso dominante, ya que, con estas drogas no se produce un estado mental que lleve a cuestionar y auto reflexionar sobre la cultura dominante y que ponga en discusión los valores dominantes. Por ello, la discusión por la legalidad de la marihuana es tema complejo debido a que implicaría legalizar un factor social que puede modificar los valores egodominantes.

En la argentina las políticas de drogas y su tratamiento legislativo responden a los intereses de los países dominantes. Desde la década del ‘20 en adelante, Estados Unidos orientara los pasos a seguir en materia de drogas e impondrá su criterio al resto del mundo, hasta los países de la unión soviética en los cueles no tienen influencia, pero de manera indirecta incide. En 1974, López Rega sanciona la “Ley de Drogas”, la cual no diferenciaba ningún tipo de drogas, ni entre consumo, tráfico, suministro o almacenamiento, lo cual lleva por detrás la criminalización de los usuarios del cannabis y de las demás drogas. Luego, durante el menemismo en la década de los ´90 (1989) se da la 1ª sanción para una nueva Ley de las Drogas. Cabe destacar, que con esta nueva ley las cosas se endurecieron aún más y el carácter prohibicionista toma más fuerza, ya que los artículos polémicos que fueron discutidos en la anterior legislación, aquí siguen estando presentes. Puede verse, a través de estas medidas, como se violan las libertades individuales de los usuarios que quieran consumir este tipo de sustancias. Este, sería uno de los puntos inconstitucionales que contiene, por la violación a los derechos individuales de las personas que se esbozan en la Constitucional Nacional Argentina de 1853 de corte liberal.

En la actualidad, si bien hay un cambio social en lo que respecta a la perspectiva del tema, las políticas prohibicionistas siguen teniendo un fuerte peso, más aún en las mentalidades de la sociedad que lleva un fuerte arraigo que se expresa en la culpabilidad-estigmatización de los usuarios del cannabis sin muchos argumentos o conocimientos en lo que respecta al tema y, el estado, a través de las fuerzas represivas, continua ejerciendo su rol punitivo en el tratamiento de la marihuana.

De esta forma, la Argentina comienza el siglo XXI con una Ley de Drogas anticuada y muy discutida. Pero, cabe aclarar que, frente a estas situaciones de ilegalidad, las nuevas generaciones que conforman la sociedad actual, comienzan a investigar sobre esta temática debido a que es una cuestión que los abocan a los usuarios cannabicos. Así, con la ayuda de las nuevas redes de comunicación e información, se comienza a formar un nuevo colectivo que se empezó a visibilizar en la sociedad. Dentro de estos movimientos sociales se encuentra la producción periodística de una revista (THC) que concierne solamente a temáticas cannabicas brindando muchos conocimientos e información sobre los derechos y argumentos de los usuarios del cannabis, desde su primer número en 2006 hasta la actualidad que sigue en vigencia, exhibió una cultura ya existente que comienza a salir de los aplacares.

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